En Cabelum la lucha es por la carroña

Jueves, 06/06/2019 09:33 AM

Ante la perdida total del Estado que se puede esperar de las instituciones, un ejemplo de la ineficiencia, mala gerencia y la corrupción acabaron con la empresa CABELUM. La más importante de Ciudad Bolívar, planta transformadora de aluminio, actualmente impera el caos, el desorden y la desidia, las gerencias parecidas a madrigueras de zopilotes y zopencos que se disputan las últimas carroñas existentes, después que el fugitivo presidente Carlos Azarri, emprendió la huida y dejo en estado de coma esta factoría. Las autoridades nacionales y regionales hacen nada, solo voltean y miran hacia otro lado, porque ellos son protagonistas y coautores del desastre y la debacle que esta sumido el país y la región de Guayana, esta hecatombe son responsabilidad de Nicolás Maduro. Rangel Gómez y Justo Noguera.

Cuando se fue Carlos Azzari y un grupo de gerentes cómplices de la corrupción. Este sembró el nepotismo, otro modelo de la quinta republica, la manera feudal de administrar las empresas y el país. Porque aquí se aprovechan de sus posiciones para colocar a las familias en cargo gerenciales, solo revise la nomina gerencial de CABELUM y encontrará que la empresa se ha convertido en una suerte de agencia de empleos para nombrar a sus familiares.

Ahora hay nuevos dueños, pero la corrupción sigue imperando, los gerentes, la junta directiva y el presidente encargado la están saqueando y los grandes perdedores son los trabajadores y trabajadoras que les han conculcado sus derechos contractuales y legales, les quitaron las clínicas, las medicinas y los médicos. Adiós al HCM, lo mas rápido morir en un CDI o en Ruiz Páez, por falta de insumos y medicinas. Paralizaron la planta y apagaron el horno desde el mes de agosto de 2018 y los trabajadores no pueden asistir a cumplir horario, porque eliminaron el transporte, les regalaron el gasoil a Ferrominera del Orinoco y la ambulancia se la llevaron para Guri, dejando a los pocos trabajadores desguarnecidos si se llegase a presentar una emergencia y debe llevar al trabajador a un centro hospitalario a recibir atención medica, esta Junta Directiva se pagan y se dan el vuelto, aprueban bonos para los gerentes y los trabajadores pasando hambre con el salario mínimo que no alcanza ni para comprar dos artículos alimentario. También eliminaron los reembolsos de las medicinas, les quitaron los juguetes a los hijos de los trabajadores, el plan vacacional y los uniformes del plan eliminado, se declararon enemigos de los niños.

Las ultimas semana se han presentado grandes show, es vergonzoso la entrega de cajas de comida se han presentado reyertas, porque los gerentes hacen las listas y de primero van sus amigos y familiares dejando la mayoría de los trabajadores sin su caja de comida, es injusto y malévolo la conducta de estos gerentes que juegan con el hambre y la miseria en que viven la mayoría de los trabajadores, la dirigencia sindical ante tales hecho calla y son cómplices de la gerencia de CABELUM y responsable y cómplices de la situación, hace mucho tiempo esta dirigencia perdió su espíritu de lucha, actúan como mandaderos del patrono y defienden todos los abusos que estos cometen contra la clase trabajadora. Es vox populi lo que hacen algunos miembros de la junta directiva, que aun en las ruinas de la empresa sacan viáticos para asistir a las marchas del PSUV en Caracas, pero no can se quedan con el dinero, la denuncia señala a José García y sus acólitos que son los que actualmente dirigen a CABELUM, y se pelean como aves de rapiñas los últimos despojos.

Lo preocupante de todo esto es la indefensión laboral en la que están los trabajadores no se vislumbra aun el arranque de esta planta transformadora de aluminio, porque las empresas que suministran el aluminio primario VENALUM operaba al 7 por ciento de su capacidad instalada y ALCASA operaba al 4 por ciento de su capacidad instalada y después del apagón del 7 de marzo quedaron apagadas todas sus celdas. La situación es critica porque no hay ente gubernamental interesado en resolver el problema y echar andar las empresas básicas de Guayana destruidas por este gobierno que se hizo llamar socialista, revolucionario y bolivariano cliché y ardid usado para favorecer a una elite gobernante que se beneficia con la importación de materias primas y productos acabados que sin vendidos a precios exorbitantes, cargando el precio al pueblo consumidor.

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