La huelga petrolera de 1936

Martes, 15/12/2020 12:47 PM

El 14 de diciembre de 1936 se dio inicio en la industria petrolera la más importante huelga de trabajadores ocurrida en Venezuela. Publicamos aquí una breve reseña de la misma, que forma parte del libro: El movimiento de trabajadores en Venezuela durante la revolución bolivariana: 1999-2012 .

LOS EMBRIONES DE ORGANIZACIÓN EN LA INDUSTRIA PETROLERA Y PRIMERAS HUELGAS.

En la industria petrolera, la necesidad de luchar por mejorar las condiciones de trabajo y de vida que le imponían las multinacionales a los trabajadores venezolanos, actuaron como incentivo para que surgieran núcleos organizados de trabajadores, que progresivamente comenzaron a ejecutar acciones conflictivas en contra de las compañías. En 1925 los trabajadores petroleros de Mene Grande realizan dos movimientos huelguísticos, el primero en el sector del transporte y el segundo entre los obreros de campo. La primera huelga fue de un solo día y generó el despido de varios de los participantes. La segunda huelga abarcó a más de 10 mil trabajadores y paralizó las actividades en toda el área de Mene Grande (Lucena, 1998: 156). Luego de 12 días de huelga los trabajadores conquistaron algunas reivindicaciones ante la empresa, como por ejemplo aumentar en 2 Bs. diarios el salario que era anteriormente de 5 Bs. diarios (Godio, 1980: 61). En 1928 la protesta estudiantil que insurgió ese año contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, también contó con la participación de sectores obreros que se incorporaron a jornadas de calle y huelguísticas que enarbolaban reivindicaciones no sólo de carácter político, como lo era la exigencia de mayor democracia, sino también de carácter social y económico, vinculadas precisamente a los inicios de las luchas reivindicativas obreras por mejores condiciones de trabajo y de vida (Aranda, 1992: 72).

Es de señalar que en Venezuela tuvo escasa influencia inicial el movimiento comunista internacional que se había organizado en Londres desde 1864 en la Asociación Internacional de Trabajadores. Debido al tardío desarrollo industrial venezolano, y a la escasa población inmigrante europea, factores que en países como México, Argentina, Uruguay, Brasil y Chile contribuyeron a la formación de núcleos comunistas, anarquistas y socialistas desde finales del siglo XIX, en nuestro país las ideas comunistas y anarquistas no tuvieron expresiones organizadas hasta las primeras décadas del siglo XX (Rama, 1976: 68). Las doctrinas políticas vinculadas al fortalecimiento del movimiento obrero en Europa y los Estados Unidos comenzaron a organizarse en nuestro país sólo a partir de la llegada de exiliados que regresaban luego de tener experiencias de organización en países como México y Cuba, como fue el caso de Pío Tamayo y Salvador de la Plaza.

LA HUELGA PETROLERA DE 1936-37.

El movimiento de trabajadores en Venezuela va a tener su primer momento estelar a partir de las luchas de los trabajadores petroleros en la década de 1930. La primera confederación de trabajadores de alcance nacional, la Confederación Venezolana del Trabajo (CVT), se constituyó precisamente en el marco de la huelga petrolera. Su congreso fundacional se efectuó entre el 26 de diciembre de 1936 y el 7 de enero de 1937 (Arrieta, 1995-a: 21). Este movimiento de trabajadores jugó un papel destacado en la conformación de los llamados partidos políticos modernos, principalmente en el surgimiento inicial de Acción Democrática (AD) y del Partido Comunista de Venezuela (PCV), y en las luchas por conquistar la democracia política luego de la caída de la dictadura gomecista (en los gobiernos de López Contreras y de Medina Angarita) (Tenasse, 1979).

La muerte del dictador Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935 abrió un período, desconocido hasta entonces, de auge del movimiento obrero en Venezuela. Como afirma Rodolfo Quintero, "los trabajadores petroleros viven en 1936 un período de gran importancia para su desarrollo como parte de una clase social: el de su politización" (Quintero, 1976: 128). Más de un centenar de sindicatos se legalizan, uniéndose a un número similar de organizaciones obreras que actuaron en los últimos años de la dictadura, bajo la figura de sociedades de mutuo auxilio. El fallecimiento de Gómez implicó que se relajaran las medidas represivas que por décadas se ejecutaron contra el movimiento obrero, facilitándose el proceso de conformación de nuevas organizaciones sindicales. Aunque esa "apertura política" duró pocos meses, porque ya a partir de junio de 1936 el gobierno de López Contreras comenzó a reprimir con fuerza al nuevo movimiento democrático que surgía en Venezuela.

En este contexto el naciente movimiento obrero comenzó a manifestarse contra la denominada "Ley Lara", propuesta ante el Congreso Nacional por el ministro lopecista Alejandro Lara, la cual restringía considerablemente las libertades democráticas. El 10 de junio de ese año se realiza un fracasado intento huelguístico en contra de dicha ley. El 24 de junio de 1936 una asamblea de obreros petroleros reunida en Mene Grande para protestar contra la ley es reprimida por fuerzas militares asesinando a 5 activistas sindicales (Brett, 1986: 11).

El gobierno de Eleazar López Contreras (1935-1941) restringió la actividad sindical, sobre todo después de la huelga petrolera efectuada de diciembre 1936 a enero de 1937 (García Salazar, 1982: 39), y de 241 sindicatos legalizados a mediados de 1936, en 1941 sólo quedaban activos 140 (Arrieta, 1995-a: 22). Durante su gobierno, el inciso VI del artículo 32 de la Constitución de 1928 fue modificado en 1936 ampliando las restricciones ideológicas hacia las actividades comunistas. Anteriormente el inciso VI prohibía la difusión de propaganda comunista en el territorio nacional. La modificación ejecutada por López Contreras en 1936 consideró al comunismo un pensamiento pernicioso y quienes lo siguieran se consideraban como traidores a la patria. Esta definición se ampliaba a las actividades anarquistas (el inciso VI fue eliminado en la reforma constitucional de 1945, promovida por el presidente Medina Angarita, lo que permitió la legalización del Partido Comunista de Venezuela ese año).

Fundamentándose en esa reforma constitucional, López expulsó del país a 48 dirigentes sociales en marzo de 1937, acusándolos de actividades comunistas. En el grupo de expulsados destacaron Rómulo Betancourt (quién paso a la clandestinidad), Carlos Irazabal, Luís Hernández Solís, Jóvito Villalba, Alejandro Oropeza Castillo, Miguel Acosta Saignes, Gonzalo Barrios, Juan Bautista Fuenmayor, Rodolfo Quintero, Salvador de la Plaza, Miguel Acosta Silva, Gabriel Bracho, Jorge Saldivia Gil, Carlos Rovatti, Germán Herrera, Alfonso Escuraima, Ramón Quijada, Valmore Rodríguez, Francisco José Delgado, Alfredo Jahn, Carlos D’Ascoli, Raúl Leoni, Guillermo Mujica, Augusto Villalba, Inocente Palacios, Isidro Valles, Miguel Otero Silva, José Antonio Mayobre, Manuel Antonio Corao, José Hermenegildo Briceño y Gustavo Machado. Muchos de ellos eran destacados dirigentes sindicales, como Isidro Valles, Juan Bautista Fuenmayor, José Antonio Mayobre y Rodolfo Quintero, de significativa participación en la huelga petrolera que recién había ocurrido en diciembre del 36.

No obstante, la Ley del Trabajo promulgada en julio de 1936, y que estuvo vigente hasta 1991, permitió por primera vez el derecho a la organización de sindicatos y el derecho de huelga, aspectos que facilitaron el desarrollo del movimiento sindical, además de reconocer también por vez primera el pago por antigüedad (pago por el patrono de quince días de salario por cada año de servicio, al finalizar la relación laboral).

El principal redactor de esta Ley del Trabajo fue Rafael Caldera, para entonces sub-director de la Oficina Nacional de Trabajo, y quién contaba con apenas veinte años de edad. Steve Ellner y otros autores han hecho énfasis en esta característica del origen de la legislación laboral en Venezuela, al afirmar que a diferencia de otros países, en Venezuela las conquistas laborales no fueron el producto de largos períodos de luchas obreras, sino derivadas de concesiones otorgadas por la propia burguesía (Ellner, 1997: 3). Las medidas protectoras de los intereses del proletariado que aparecen tanto en la Ley del Trabajo de 1936 como en la de 1991, superan lo que el movimiento obrero hubiera podido conquistar con su capacidad de lucha. Sin embargo, otra lectura nos indica que la ley de 1936 constituyó una medida "preventiva" que tomaban los sectores capitalistas gobernantes con el objetivo de disuadir la conflictividad obrera que ya se avizoraba en el país.

La huelga petrolera (1936-37) constituirá el momento culminante de este período que puede considerarse como el del nacimiento definitivo del movimiento obrero en Venezuela (Villegas, 1988: 10). Fue el evento que le dio fisonomía, identidad, presencia a la clase trabajadora. Manifestó la existencia de un nuevo sector en la sociedad venezolana, una clase trabajadora surgida en el contexto de una economía primaria exportadora dominada por capitales extranjeros. El movimiento obrero petrolero de 1936 significó la primera gran batalla de las luchas de los trabajadores venezolanos, y los dirigentes formados en ese conflicto jugaron un papel protagónico en las siguientes décadas. Los principales dirigentes de esa huelga fueron Juan Bautista Fuenmayor, Rodolfo Quintero, Valmore Rodríguez, Isidro Valles, Felipe Hernández, Dilio Marín, José Antonio Mayobre, José Pariz María (español), Domingo Mariani (francés), Manuel Taborda, Fernando Colina Nava, Luis Marín, Aníbal Mestre Fuenmayor, Luis Torres Nava, Hermes Coello León, Luis Gallardo, José Martínez Pozo, Juan José Medina, Espartaco González Pacheco, Max García y Pantaleón García Salazar (García Salazar, 1982: 41) (Rangel, 2007: 113).

Autores como Pedro Castro consideran que la huelga petrolera constituyó "una derrota" y que sus causas hay que buscarlas en la inconsecuencia de sus dirigentes, que no estuvieron dispuestos a enfrentar decididamente al gobierno de López Contreras y a las multinacionales (Castro, 1982: 93). Luego de finalizada la huelga, López dicta un decreto de disolución de los partidos políticos que se habían legalizado en 1936, acusándolos de comunistas y utilizando para ello la ya mencionada "Ley Lara". Fueron disueltos los partidos ORVE (Movimiento de Organización Venezolana), FEV-OP (Federación de Estudiantes de Venezuela – Organización Política), PRP (Partido Republicano Progresista), Frente Obrero y Frente Nacional de Trabajadores.

Esta medida permitió la persecución contra numerosos dirigentes sindicales, y la disolución de las organizaciones partidistas redundó en la desorganización de las fuerzas sindicales vinculadas a los partidos ilegalizados. De igual forma, condujo al decreto de expulsión ya mencionado antes.

Aunque la huelga petrolera de 1936 no alcanzó reivindicaciones de gran significación (apenas el aumento de 1 bolívar en el salario y otras medidas como la disposición de agua en las áreas de trabajo), su impacto se extendió por décadas. De la misma surgieron los principales líderes sindicales del Partido Comunista y de Acción Democrática, que actuarían en los siguientes 50 años. En los hechos fue el inicio formal de la lucha obrera en Venezuela, pero posteriormente no se desarrollaron acciones huelguísticas que la equipararan. Durante el resto del siglo XX, la clase trabajadora no pudo consolidar una fuerza suficiente como para incidir de manera determinante en el proceso político venezolano. La sombra de la huelga del 36 cubrió toda la acción política de los trabajadores venezolanos hasta finales de siglo, sin que pudieran reeditarse jornadas de lucha que implicaran un mayor protagonismo político para el movimiento sindical.

BIBLIOGRAFÍA:

  • ARANDA, Sergio. 1992. Las clases sociales y el Estado. El caso Venezuela. Editorial Pomaire. Caracas (Venezuela). 235 p.

  • ARRIETA, José Ignacio. 1995-a. El movimiento sindical en Venezuela I. Curso de Formación Sociopolítica. Fundación Centro Gumilla. Caracas (Venezuela). 71 p.

  • BRETT MARTÍNEZ, Alí. 1986. 50 años de la huelga petrolera de 1936. Editorial Manos. Caracas (Venezuela). 25 p.

  • CASTRO, Pedro. 1982. Movimiento obrero en años de represión. 1937-1941. En: Clase obrera, partidos y sindicatos en Venezuela. 1936-1950. Ediciones Centauro. Caracas (Venezuela). Pp. 91-104.

  • ELLNER, Steve. 1997. El movimiento sindical venezolano. Historia para todos nº 24. Historiadores sociedad civil. Caracas (Venezuela).

  • GARCÍA SALAZAR, Pantaleón. 1982. Aporte para la Historia del Movimiento Sindical Zuliano. Maracaibo (Venezuela). 191 p.

  • GODIO, Julio. 1980. 50 años de la CTV (1936-1986). Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales ILDIS. Caracas (Venezuela). 149 p.

  • LUCENA, Héctor. 1998. El movimiento obrero petrolero. Proceso de formación y desarrollo. Ediciones El Centauro. Caracas (Venezuela). 539 p.

  • PLA, Alberto y otros. 1982. Clase obrera, partidos y sindicatos en Venezuela. 1936-1950. Ediciones Centauro. Caracas (Venezuela).

  • QUINTERO, Rodolfo. 1976. Antropología del petróleo. Siglo veintiuno editores. México.

  • RAMA, Carlos. 1976. Historia del Movimiento Obrero y Social Latinoamericano. Editorial LAIA. Barcelona (España). 171 p.

  • TENASSE, Paul Nehru. 1979. Venezuela. Los obreros petroleros y la lucha por la democracia. EFIP – Editorial Popular. Caracas (Venezuela). 351p.

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