Trabajadores y vulnerables. ¿“País potencia” o corte de mendigos? Sustancial definiciòn

Martes, 09/03/2021 02:21 PM

Hay por demás un discurso, procedente del sector oficial, según el cual toda iniciativa, mejora, debe estar dirigida muy especialmente a proteger y defender a "los vulnerables". Con la antojadiza idea que estos son pocos y menos que antes. Sin querer aceptar que, al contrario, ese universo se amplió; los vulnerables son de aquí pa`allá, hasta "más allá de más nunca, donde comienza la fila de ricos de última generación que se empata con la de los de siempre. Como decir, a casi todo el mundo aquí, lo volvieron vulnerable. Estamos como en una fábrica de eso. Como si el gobierno, inspirado en Aldous Huxley, hubiese montado una fábrica de puros vulnerables, alfas y betas. Pues se nos vino encima una vaina como esa que se canta en el cuplé "No hay novedad señora baronesa:

"¡No hay novedad señora baronesa!

No hay novedad, no hay novedad.

Solo pasó que anoche cayó un rayo

Y que el palacio hizo un solar.

Y que después lo que quedaba

Se lo ha llevado el huracán.

Por lo demás, es esto un paraíso".

Es la misma ironía de estamos como estamos, pero construyendo el socialismo, "es esto un paraíso".

¿Acaso las tablas salariales de ONAPRE y el idealismo del gobierno no es hacernos a todos los trabajadores, sin importar el rango, nivel académico, nivel de productividad de cada uno, etc., y hasta a quienes nunca han trabajado, iguales a fuerza de deseos y normas dictadas desde el alto poder, porque la igualdad se logra así, con leyes y mando? ¡Es la felicidad de la igualdad alcanzada a fuerza de leyes, decretos, inspirados en pajaritos que trinan dentro del baño!

Entonces el objetivo ha sido hacernos a la mayoría en buena medida vulnerables y ya lo somos y por demás.

Es decir, el gobierno, la señora baronesa, engañada por su mayordomo que lo anterior canta, no se percata que Venezuela, casi toda, se ha vuelto vulnerable; pues por la vulnerabilidad, sus trabajadores, médicos, enfermeros, docentes, etc., hasta muchos de muy alto nivel académico, están cogiendo sus peroles para irse a otros "pagos", porque aquí, para ellos, "no hay vida".

¿Y no es eso grave? ¿No es una amenaza más para la ruina del país? ¿No es el país todo, el vuelto vulnerable, ante la miseria y la fuga de su clase trabajadora, productiva? ¿Cómo soñar reconstruir pronto un país del cual su rica, riquísima mano de obra ha fugado, salido huyendo, por la miseria, porque se volvió vulnerable y, aún así en esta categoría no entran en las estadísticas del gobierno? Es decir, el gobierno no lo reconoce, pese es su obra, para ahorrarle gastos al Estado.

Pero ese discurso no anda sólo, sino que va acompañado de otro, según el cual, el gobierno opera con una conducta determinada, en un particular hecho histórico, según el cual, quienes ahora "tienen bajo su mando" el aparato del Estado, accedieron a eso por la vía electoral y no por las armas. Y, esto, para ellos, ha sido un impedimento para profundizar la revolución, hasta donde hubieran querido, porque así, todo hubiese dependido de su voluntad, pese lo que hubiera sido, algo así como tropezar con la misma piedra o caer en el mismo hueco, donde vieron tropezar o caer a su vecino y hasta acompañante y pese estos le hubiesen advertido, si no con voces y señales, si con los hechos.

Para ellos, la sociedad no la cambia la gente, el pueblo en ejercicio de sus derechos y creatividad sino una vanguardia que, además, si pudiera andar con un fusil al hombro y la cara amenazante por quienes no quieran coger el carril, sería mucho mejor. ¡Ah malaya!

Con lo que parecieran querer decir, que, si hubiesen llegado por este último medio, el de las armas y no los votos, las cosas fueran ahora diferentes. Pasan por alto toda la historia moderna, la de la URRSS, China y cubana, donde se constató que, el problema "no era llegar primero", por las armas, ni lo electoral, "sino el saber llega" o el saber qué hacer. Con lo que a uno recuerdan aquella exitosa canción mexicana.

Cualquiera, a la carrera, pudiera pensar que una y otra cosa, no tienen relación; sino que lo de aludir a lo armado, como fórmula requerida para hacer otra cosa, como lo que la gente quiere y ellos mismos hubieran querido, no pasa de ser un disparate; pero no es verdad.

Lo primero que resalta es que quienes así argumentan, que es gente del gobierno, estarían deslindándose de Chávez y hasta echándole la culpa, pues fue él, quien, en 1997, les dijo, "yo me voy por la vía electoral, quien se quiera quedar atado al pasado que se quede". Y fue él, con sus votos, quien les llevó al gobierno y no por las armas. Y por culpa de Chávez llegaron al poder por una vía que no les permite, según ellos, hacer lo que querían.

Es cierto, pareciera ser que, el modo de llegar al poder, los votos, indujo a la dirigencia a cambiar las ideas, los conceptos. Ya esa revolución no se apoyaría en los trabajadores, en su fuerza de trabajo, ni en todo lo existente, necesario y positivo, la creatividad, para construir una sociedad nueva, sino que la tarea sería ganar elecciones unas tras otras, "hasta que San Juan Baje el deo" y la gente toda, hasta el imperialismo y las clases dominantes que seguirán jugando el mismo rol, se acostumbren a verles en el poder, como si allí hubiesen nacido, pegados a la teta del Estado y, hasta como que esta cosa, y ellos fuesen la misma vaina.

Y esto tiene que ver además con el cambio de estrategia y planes todos; por esto mismo, se echó al cesto dela basura el plan soñado de cambiar del modelo rentista a otro y el de redistribuir la población ligado íntimamente al anterior. Sólo la realidad, la caída del ingreso petrolero, impuesto por el pésimo manejo del área desde Rafael Ramírez hasta hoy y las posteriores sanciones estadounidenses, los obligan a hacer un discurso anti rentista que no pasa de lo formal, el agitar de manos, los gritos y señas.

Sí, la pobreza avanza; si, caen rayos y los palacios hacen volar, pero no hay novedad, porque eso dice el mayordomo y a él conviene creerle para no incomodarse, lo importante es seguir a bordo del carro estatal a como dé lugar, es esta una demasiado buena vida.

Y siendo así, entonces lo importante es el montón de votos y lograr que todos estén contentos aunque no trabajen y aquí nada se produzca y las empresas se arruinen y quiebren o como aquello que, el gobierno hace las veces, finge que paga salario y los trabajadores que trabajan y los que nunca han trabajado sigan como venían, para eso pagaremos las nóminas sin pedirle cuenta a nadie para que ellos no nos las pidan a nosotros; lo importante es que la oposición no vote y unos pocos de los "nuestros" si lo hagan, para que cuando el CNE sume, siempre salgamos ganando. Y para eso, nada de planes económicos que pongan a la gente a trabajar y producir para que entonces reclamen derechos y salarios y esa lista se haga muy grande, sino que mientras menos trabajen mejor, eso sí, les mandamos sus bonos para se sientan felices, agradecidos y esa felicidad se contagie. Esta es la estrategia a seguir, ya que nosotros no llegamos al poder por las armas, como para imponerle a la gente lo que nos dé la gana y el que no se cuadre le caiga la chupa, entonces tengámosles, así como engañados.

Pero como la masa no está pa` bollo o, como dice el camarada Farías ¡hasta cuándo vamos a decirle que no hay real para pagar salarios y al que no le guste que coja su cachachá! vamos a clasificar a la gente entre "vulnerables e invulnerables". Lo importante es saber que unos y otros votan. Pero eso sí, la cifra de vulnerables, tal como la planifica Menéndez, debe ser lo más pequeña posible para que los reales alcancen.

Por ejemplo, los maestros, docentes todos, médicos, de cualquier nivel, dejémosles como eran o están. Antes estuvieron entre vulnerables e invulnerables, pero más allá que de acá, pero aun así comían completo y tenían acceso a unas cuantas cosas. Ahora no, no nos metamos embustes, por nosotros, son más vulnerables que volverlo a decir; pero digamos lo contrario, es decir, subámoslos de categoría, lo que quiere decir que a ellos no le entra ni coquito, entonces no les sale Clap, medicinas ni nada de esa vaina y, además, los salarios lo más bajo posible, porque son invulnerables. Esos no se mueren, ni que les caiga un rayo, porque Menéndez ya los puso en esa lista. Y si se van, aunque dejen solas las escuelas y hospitales mejor, pues serían unos votos menos que pudieran sumársele, al contrario. Y este es el sencillo juego a jugar, que los vulnerables se vuelvan mayoría aplastante y queden, por la fuerza y convicción de los bonos y otras muestras de generosidad de nuestra parte, sumamente agradecidos.

¡Abajo el ganado!, como decían algunos caudillos de la Venezuela agraria, digamos ahora ¡abajo el trabajo, los trabajadores y la productividad; ¡al demonio eso que llaman las fuerzas productivas y arriba el voto agarrado por las agallas con un anzuelo coge moscas de los más pequeños!

¿Qué debemos construir, un "país potencia", como dice el discurso oficial, o una corte de mendigos, pero votantes?

 

 

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