El Servicio Exterior representa nuestra punta de lanza en materia de aplicación, ejecución y divulgación de nuestra política exterior. Funciones de una gran importancia y de gran riesgo para nuestros funcionarios que han sido designados para cumplir con tan importante labor.
No es lo mismo haber sido funcionario diplomático durante los gobiernos de Acción Democrática y COPEI que en la actualidad bolivariana. En la época de AD y COPEI, la política exterior de la República de Venezuela estaba alineada a los intereses de la política exterior de los Estados Unidos de América. Desde la invasión a Guatemala en 1954, la invasión a Cuba en Playa Girón, el bloqueo y expulsión de Cuba de la OEA tras la crisis de los misiles en 1962, promovida por el gobierno de Rómulo Betancourt, hasta la invasión a Santo Domingo, en la OEA los cancilleres de Venezuela votaron a favor de todas esas intervenciones de los EUA en América latina.
La posición alineada de Venezuela a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos de América en la OEA, cambió radicalmente con la política exterior del gobierno bolivariano, a raíz del triunfo del Comandante Hugo Chávez en el año 1989. Este cambio está determinado porque ahora se trata de "garantizar la orientación de la política exterior de la República, hacia la configuración de un mundo multipolar, libre de la hegemonía de cualquier centro de poder imperialista, colonialista o neocolonialista y de los principios que rigen la actuación internacional del Estado en función de la soberanía y de los intereses del pueblo venezolano; se declara el servicio exterior como actividad estratégica de Estado…" (Art. 4 de la Ley del Servicio Exterior)
Estos principios de nuestra política exterior consagrados en el artículo 4 antes mencionado, son entendidos por parte del imperialismo como una transgresión a su política exterior por parte del gobierno de Venezuela, recordemos que uno de los motivos de la persecución internacional contra Alex Saab fue la supuesta violación de las medidas coercitivas unilaterales e ilegales contra el pueblo venezolano, que el imperialismo llama sanciones. En consecuencia, el gobierno imperialista de los EUA, está al acecho de cualquier debilidad que presente nuestro servicio exterior, para sabotearlo.
En estos momentos al personal diplomático en el exterior le adeudan en algunos casos hasta 11 meses de sueldo. Entendemos que el bloqueo financiero dificulta el pago de los sueldos de los diplomáticos en el exterior, pero desde que comenzaron las acciones de bloqueo contra Venezuela que se remontan a la promulgación de la ley, (Orden Ejecutiva (13692)), el 9 de marzo de 2015, bajo la rúbrica del presidente Barack Obama, han pasado 6 años, en ese tiempo han debido encontrar mecanismos para pagar a los funcionarios de manera regular.
En consecuencia este llamado lo hago porque el servicio exterior de Venezuela se encuentra en un estado de vulnerabilidad a los intentos de penetrar a los funcionarios por el hecho de que nuestros diplomáticos no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación y vivienda. Esto significa que están sujetos a cualquier táctica de infiltración, como puede estar ya ocurriendo sobre todo en las misiones de Nueva York, Washington y Suiza que son misiones estratégicas debido a las representaciones que tiene la República Bolivariana de Venezuela en los organismos multilaterales que funcionan en esos países.
Le sugiero al gobierno venezolano que acuda a la asesoría de los gobiernos de Irán, Siria, Cuba y Rusia que entre otros, igual están bloqueados por el imperialismo norteamericano y europeo y sin embargo sus diplomáticos reciben puntualmente sus sueldos y así mantienen su poder adquisitivo y no viven sometidos como están los venezolanos a amenazas y medidas de desalojos al no poder pagar, ni los alquileres de sus viviendas, ni su alimentación, ni los servicios básicos necesarios en los países que están acreditados.
Así esos gobiernos aliados cuidan la buena imagen de sus diplomáticos y no los colocan en situación de vulnerabilidad, ni se encuentran acechados por esos gobiernos enemigos de la Revolución Bolivariana que consideran que los diplomáticos venezolanos son presa fácil para comprarlos porque viven en estado de extrema necesidad al no recibir sus sueldos que se encuentran atrasados.