Reflexiones Ingenuas

El caso ONAPRE y las contradicciones de la revolución socialista venezolana

Lunes, 19/09/2022 01:38 PM

"La libertad es siempre la libertad de

aquellos que piensan de otra manera"

Rosa Luxemburgo

La sociedad capitalista presenta intrínsicamente un conjunto de contradicciones que surgen de la división en clases que la sustenta. Una de éstas, y quizás la principal de ellas la constituyen la contradicción capital-trabajo pues es justamente la explotación del trabajo a través de la cual se mantiene y da pie al fundamento ideológico que justifica la explotación del trabajador y la conversión del trabajo en un fetiche denominado mercancía que domina tanto a sus productores como al resto de la población.

El medio fundamental para convertir trabajo en mercancía es el salario a través del cual el trabajador es expropiado del producto ya que ésta pasa a ser propiedad del capitalista el cual lo incorpora al mercado y lo vende a los consumidores (incluído el trabajador que lo produjo) a precios fijados por el mismo productor (o fijados por la ley de la oferta y la demanda). Al trabajador se le cancela un salario fijado por los dueños de los medios de producción o fijado por los entes oficiales creados para tal fin los cuales legalizan y legitiman la misma explotación capitalista al validar dicho salario ya que en él (salario) se apropia parte del verdadero valor del trabajo realizado.

En el caso de los trabajos intelectuales el proceso de explotación se realiza a través del mismo proceso pero de lo que se apropia el capitalista es, primero la venta de los instrumentos a través de los cuales se realiza el trabajo, segundo, la plusvalía que genera el mismo trabajo, y tercero, con el precio el patrón paga al trabajo realizado.

Ahora bien, en el caso de los trabajadores de la administración pública es el Estado el ente que regula el salario de los trabajadores el cual es fijado a través de actas convenios aprobadas entre los entes oficiales y el Estado y cancelado por los entes oficiales a los cuales los trabajadores prestan servicio. En este caso el patrón es el Estado y él se apropia de la plusvalía que genera el trabajo de los empleados de los entes oficiales.

El organismo que se encarga de administrar y transferir a los entes oficiales el salario de los trabajadores de la administración pública es la ONAPRE la cual lo transfiere a los ministerios y los cuales a su vez hacen lo mismo a través de los oficinas administrativas de los mismos.

Ahora bien. Debemos develar las contradicciones presentes en estos procesos.

En primer lugar la contradicción capital-trabajo, contradicción fundamental del sistema capitalista permanece intacta en el Estado Venezolano la cual es necesaria resolver para la construcción de una sociedad socialista.

Segundo, los organismos del Estado Venezolano están penetrados por personas que desconocen los mecanismos a través de los cuales se construye un modelo que permita ir superando tal contradicción, o son contrarios a la visión socialista y en consecuencia sus acciones están destinadas a mantener el sistema capitalista.

Tercero, los trabajadores del país, y por ende los empleados públicos ven el salario como forma de obtener beneficios económicos y no como un elemento que le de herramientas para mejorar tanto sus condiciones intelectuales, afectivas, familiares, esto es, sigue siendo un fetiche que domina sus sentidos, afectos, sentimientos.

Cuarto, en los actuales momentos se vive una guerra entre el imperio y sus secuaces contra la sociedad venezolana cuyo objetivo es la destrucción de cualquier vestigio de una democracia incluyente o intento de construir un modelo que fortalezca los principios de inclusión, participación, protagonismo.

Una de las tácticas que usa el hegemón consiste en la penetración de, tanto el alto gobierno, gobernaciones, alcaldías así como del resto de las instituciones públicas y fundamentalmente los organismos de protagonismo, inclusión y participación ciudadana como lo son los Consejos Comunales, Comunas, Consejos de Trabajadores entre otros.

No es casual que haya un proceso de liquidación física y desaparición de líderes fundamentales del proceso revolucionario así como la contaminación creciente de los candidatos y luego su elección de supuestos revolucionarios a los que luego se les demuestra hechos de corrupción, tráfico de drogas, tráfico de armas y otros delitos.

Ante esta compleja situación a los revolucionarios no nos queda otra alternativa que develar los mecanismos a través de los cuales el imperio y sus cómplices intentan enfrentarnos entre nosotros y generar un proceso interno de confrontación con el objetivo fundamental de enrarecer el próximo proceso electoral a fin de lograr la salida del poder del Pte. Maduro y el retorno de la IV República y con ello la desaparición de cualquier oportunidad para rescatar y fortalecer la visión socialista y chavista así como su retorno al poder en forma efectiva y definitiva.

Se hace necesario el fortalecimiento político, moral y ético de los militantes revolucionarios a fin de construir y dotarnos de las armas políticas, filosóficas, estratégicas para primero, lograr el verdadero cambio que necesita Venezuela, en segundo lugar, el acceso del pueblo organizado, educado, fortalecido al poder y lograr los cambios que necesita nuestro país.

El enemigo cada vez más utiliza sus armas para lograr sus objetivos. Es necesario diseñar estrategias, tácticas con las cuales podemos enfrentarlo. Cualquier trastabilleo puede ser mortal. Es ahora o nunca.

Chávez vive. La lucha sigue.

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