Quizás nunca en la historia contemporánea de América Latina, y ni el peor de los dictadores se derecha se había atrevido a generar sobre los educadores de su país, la más grande de las burlas, ofensas sociales, y desprecio por el pueblo, que por sus desgraciadas e ínfelices acciones desde el poder han empobrecido a toda la población venezolana.
Ignoro si mi indignación es la voz de millones de venezolanos, pero si estoy seguro que representa la inmensa mayoría de las maestras y profesores del país que hemos visto como Nicolás Maduro ha destruido la profesión docente y la educación de escuelas, liceos y universidades, al punto que tenemos que luchar para sobrevivir hasta con un mendrugo, o ver que no tenemos ni ropa ni calzados para poder asistir a nuestras depauperadas funciones en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por ello, cuando el propio Maduro en una de sus ignominiosas alocuciones, en las cuales impone su arrogancia con pésima verborrea y bazofia política, se atreve a decir que venderá a los docentes "zapatos" por un valor de "9 bolivares", es decir, algo así como un dólar, es la más protuberante referencia en reconocer que no sólo nos han llevado a la miseria humana, si no que además se atreve a fijar el valor de lo que deben costar tales "zapatos" para quienes según él y sus connotados acólitos, entre ellas, Yelitze Santaella - que acaba de estar en la sede de la ONU en Estados Unidos- seríamos como unos "muertos de hambre", verbigracia, la praxis de ser unos miserables sociales.
O sea, que Nicolás Maduro me obliga a ponerme un par de zapatos, que en el mejor de los casos, si quería congraciarse con la población docente, hubiese sido mejor decir que nos regalaba un par de alpargatas, que cuando menos dejaría la esencia y la cultura llanera con la cual muchos lanceros de Páez y Bolívar lucharon en tiempos de independencia ¡Pero no! Mientras Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Delcy Rodriguez, así como el resto de la cúpula civil y militar seguramente compran sus zapatos en Europa o el odiado imperio o son hechos en las más connotadas fábricas de marcas mundiales, el autodenominado "hijo de Chávez" se atreve a decir que me hace un "gran favor" al venderme unos zapatos de 9 bolivares.
Que sepa Nicolás Maduro y toda su desgraciada élite política de arrodillados ideológicos que mi dignidad y las de miles y miles de docentes no se vende por unos zapatos de 9 bolivares, y que puede ir sustrayendo del presupuesto de 300 mil dólares con la cual pretenden entregar un par de zapatos a cada docente, que mejor disponga tal dinero para los niños del hospital J. M de Los Ríos que mueren por procesos de donantes o médicos, o simplemente empleé tal dinero que seguramente, "quebrará" sus arcas, en reponer cuando menos el techo de los destruidos planteles del país.
Si Nicolás Maduro piensa que podrá comprar la esencia de un educador venezolano por unos zapatos de 1 dólar, es porque es un individuo que desprecia en todo su origen, la carrera docente y la educación del país. Es simple. Para ellos la educación vale eso: 9 bolivares.