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En la ciudad de la Luz, ésta, se está apagando paulatinamente. La otrora llamada ciudad de la Luz, puede quedar en la penumbra, dirigida por un Presidente, peón, del ajedrez geopolítico norteamericano, que no sólo le echa leña a su pueblo, reprimiéndolo, sino, que el propio pueblo, empieza a comprar leña, para prevenir las fuerte olas de frio que se avecinan, y que no podrán paliar con gas Ruso, porque con la Guerra de Ucrania, que apoya Emmanuel Macron, el gas les fue cortado.
Revelan las novelas históricas refiriéndose a la Segunda Guerra Mundial, que Hitler, encolerizado y con sus achaques personales preguntaba a sus comandos en Francia y a los Generales que estaban al frente, si cumplían las ordenes que había dado de destruir a Francia y les repetía una y otra vez ¿Arde París? ¿Arde París? . Las instrucciones del Dictador no fueron cumplidas, a la sazón, se salvo París de una devastadora destrucción, pero parece según las informaciones de Medios internacionales, que lo que no pudo cumplir Hitler, lo ha iniciado el actual Presidente Macron.
Conmocionada se encuentra París, donde una multitudinaria manifestación salió en protesta contra la Inflación. Parece que la mano invisible del Mercado, los agarra por el cuello y el pueblo exige congelamiento de las tarifas eléctricas, detener el aumento de la gasolina, elevar los salarios, y el congelamiento de precios de los alimentos. Mientras esto acontece , Macrón saca la policía a la calle para reprimir a los manifestantes, a Rolo y Tolete, en la cuna de los Derechos Humanos. Ya la ciudadanía, que cree poco en el gobierno, compra leña, por que se avecina el invierno y por motivos de la guerra en Ucrania, que imponen los Estados Unidos, y apoya Macrón a pie juntillas, no tendrán el gas proveniente de Rusia, que por años se los suministraba. Pero esta no es la primera vez, que el pueblo francés sale a la calle a protestar en los últimos años. Ya lo denominados Chalecos Amarillos, han enarbolado consignas donde solicitan reivindicaciones para la clase media y la empobrecida de Francia y también la renuncia de Emmanuel Macrón, actual presidente, ficha del ajedrez norteamericano en Europa,
Más de 600.000 ciudadanos en extrema pobreza contabilizan los estudiosos del tema social en Francia, más los cinturones periféricos de gente de escasos recursos económicos que se sienten segregados y marginados. Frente a esto, las políticas públicas de Macron han fracasado y constituyen un detonante de violencia permanente. Esto lo podemos apreciar en los medios internacionales cuando en violentas protestas los carros son incendiados por centenares, los negocios saqueados y el clima llega a niveles de graves enfrentamientos con los organismos de seguridad. El riesgo de pobreza según las investigaciones sigue creciendo amenazando a millones de franceses.
En parís los ricos viven separados de los pobres, hay que pasar un puente para ir a los barrios de parisienses ricachones y allí afloran las contradicciones. Puede Ud. Observar, gente viviendo en carpas o tirados en la calle durmiendo entre mantas rodeados de basura incluso en las cercanías de la emblemática Catedral de Notre Dame que es un icono de la sociedad francesa.
La otra cara, de la otrora ciudad luz, la de la moda, el lujo, la de afamadas marcas comerciales, no es mostrada por los medios de comunicación franceses ni internacionales, eso es caca. La ciudad cuna de los Derechos Humanos y de la Declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano se sume en la oscuridad, con retaliaciones religiosas, con un presidente haciéndole el juego al imperialismo norteamericano. En las grandes avenidas, frente a las cristalinas y lujosas vidrieras donde Ud. Puede ver las marcas de cosméticos y ropa de todo el mundo, pupula la mendicidad y grupos que esperan el menor descuido de los transeúntes para apoderarse de sus carteras o de las bolsas con mercancías recién adquiridas.
Es en esta selva de cemento, donde el lujo y la moda contrasta permanentemente con la pobreza de su periferia, donde su Presidente Emmanuel Macron, en vez de ocuparse de resolver esos problemas, le hace el juego a los Estados Unidos, descalificando a Venezuela, calificando su gobierno como dictadura, reconociendo como presidente a un títere designado por los norteamericanos y llevando a Francia a una Guerra, que genera costos sociales y económicos para su pueblo. Esto lo hace Macron quizás para distraer la opinión pública de su país, frente a los problemas sociales que tiene Francia, pero, hay que decirlo, esta postura servil ha chocado con la de millones de francés que respaldan a Venezuela, a su gobierno legítimo y su pueblo que resiste las sanciones que tanto Estados Unidos como la Unión Europea imponen para tratar de doblegarlo. ¡ Arde Paris y ya no tienen una Juana de Arco que les apague la candela¡