Por ahora

No es Maduro, es el salario

Lunes, 30/01/2023 12:23 PM

La indexación salarial se transformó en la causa de las movilizaciones de las distintas jornadas de protesta que trabajadoras y trabajadores han protagonizado a todo lo largo del mes de enero. En el dramático cuadro de empobrecimiento que sufre el pueblo venezolano, el salario ha venido convirtiéndose, en el centro de un debate que comienza a desbordar las vallas de una lucha acotada a objetivos meramente economicistas, la discusión colectiva está sirviendo para dejar al gobierno de Maduro al desnudo, o sea, ¿Qué es el salario y porque en Venezuela una inmensa mayoría de empobrecidos sobrevive con 130 bolívares mensual sin sistema público de salud, sin educación y sin trabajo, y ¿por qué hay una oligarquía madurista y una oposición de derecha y una Federación que agrupa a los explotadores de los trabajadores (FEDECAMARAS) que llevan una vida de lujos y orgías y tienen el poder de explotar, oprimir y decidir cuánto deben ganar los venezolanos?

Las respuestas que la población se viene dando indican que el pueblo venezolano comienza a dar un salto cualitativo en la comprensión de su propia problemática lo que lo ha llevado a conseguir elevarse a niveles de conciencia de clase para sí. Sin embargo, le queda aún por resolver cómo superar la ausencia de una vanguardia cohesionada que surja de su propio seno.

El problema de la unidad popular entonces adquiere en esta coyuntura una importancia vital, es un asunto estratégico, porque como decía el cantor del pueblo Alí Primera: "La opresión está reunida en masa bajo un solo estandarte y si la lucha por la libertad se dispersa, no habrá victoria popular en el combate". Ahora bien, la unidad no quiere decir que las fuerzas populares se unan a cualquier burocracia sindical o partido político subordinados a los intereses patronales.

Se trata de construir un Frente Nacional de las Trabajadoras y los Trabajadores dueños de un programa donde estén expresados claramente los intereses del pueblo trabajador, que sostengan un plan de lucha liderizado por una vocería colectiva de suficiente solvencia moral para que pueda desmarcarse de quienes se prestan para desviar y deformar las luchas del pueblo.

Nadie, con cuatro dedos de frente, puede esperar que con unas cuantas marchas, el pueblo venezolano pueda obligar a un gobierno como el de Maduro a cumplir con su obligación constitucional de garantizarle un salario digno a la los trabajadores. El salario miserable que los trabajadores y las trabajadoras ganan hoy en Venezuela viene determinado por el proyecto económico neoliberal que Maduro asumió como la expresión más concreta de la contrarrevolución, es decir, de su traición a la revolución bolivariana. Para derrotar esta política antipopular, harán falta muchas marchas, muchas protestas, cacerolazos todas esas acciones hay que seguirlas haciendo y repitiendo. Pero hay una que debe ser permanente, La unidad de los trabajadores.

Es decir, si los trabajadores venezolanos logran conquistar la indexación salarial estarían como clase social desposeída y empobrecida anotándose una victoria política estratégica, porque el salario es esencialmente un problema de poder, el salario es la expresión más concreta de una sociedad divida en clases, el precio de la fuerza de trabajo la definen en Venezuela los que tienen el poder político en sus manos, es decir la alianza del madurismo-fedecámaras con la alcahuetería de las burocracias sindicales y los partidos de la oposición.

Por eso la primera tarea de los trabajadores venezolanos es trabajar duro y sin descanso, abandonando el dañino comportamiento de parcelas, sectarismo y oportunismo que impiden construir la unidad de todas las fuerzas laborales y sociales en un solo frente de lucha. La lucha en este momento no es por derrocar a maduro, esa consigna huele a politiquería barata, la lucha por el poder político de los trabajadores es la indexación salarial, lo que la revalorizaría como clase social sujeto de su propia liberación.

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