Está claro que el éxito de una convocatoria a una huelga general el próximo 1° de mayo depende de derribar el muro ideológico con el cual han manipulado espiritualmente, separando y puesto a pelear al pueblo empobrecido de Venezuela en dos bandos: chavistas escuálidos. Es imprescindible construir una solida política de unidad y un poderoso y renovado discurso que le llegue claro a ambos sectores, para acabar definitivamente con esta desunión que favorece a las clases dominantes hamponiles del gobierno y las cúpulas burguesas de los partidos de la oposición y fedecámaras. Es necesario que estas dos fuerzas populares se integren en una sola fuerza social y política, porque al fin y al cabo son parte de una misma clase social, las clases trabajadoras que fueron empobrecidas para favorecer al capitalismo mafioso.
Es pertinente, en este sentido, concentrar todos los esfuerzos por facilitar el encuentro directo, sin mediaciones burocráticas y partidistas de los chavistas empobrecidos y los escuálidos empobrecidos pero hacerlo en el marco de las lógicas e intereses de las clases trabajadoras. A estas dos fuerzas se les puede encontrar en iguales condiciones de empobrecimiento en los campos de la salud, de la educación, de los productores del campo, los profesores universitarios, los estudiantes de bachillerato, los padres y representantes, los soldados y oficiales honestos, patriotas y bolivarianos de nuestras FANB, la PNB, que en sintesis historica conforman el pueblo "venezolano.
Por consiguiente para que la propuesta de convocar una huelga general sea atendida por toda la población, a estas fuerzas debe facilitarsele que se constituyan en nuevo bloque histórico para que todas sus energías y esfuerzos de liberacion puedan ser canalizados a traves de un programa correcto.
Por lo tanto, es urgente que las organizaciones , movimientos sociales y sindicatos en resistencia cedan en sus agendas el paso a la construccion estratégica de una política de unidad patriótica. El pueblo venezolano necesita frenar la destrucción de la nación en manos de esta hamponcracia. Debemos construir una política de unidad aunque fuere , por ahora, mínimamente, para empezar, debido a la urgencia que impone la coyuntura, siempre cuidando por un lado, que sea bajo una sola línea estratégica insurreccional, por otro lado, reunir la mayor cantidad de fuerzas sociales y, de otro lado, en torno a un programa mínimo contra la desigualdad y por la vida y con actores que no hayan sido y sean cómplices de este desastre como son las burocracias sindicaleras y los partidos de la oposición de la derecha.
Al pueblo empobrecido de Venezuela le asiste el derecho constitucional y humano, la ética de liberarse y ser liberadores, de levantarse contra y desobedecer la autoridad de una clase política hamponil que se apoderó del estado para robarse y destruir los bienes públicos, en consecuencia el bienestar y la seguridad social.
La huelga general adquiere entonces prioridad frente a las demas formas de salir de este desastre, porque se torna muy peligroso esperar el 2024, es mucho tiempo y se pondría en riesgo la vida de miles de venezolanos y venezolanas que probablemente mueran de hambre y enfermedades curables, además de que a otros millones se les negaría el derecho a educarse y a desarrollar integralmente su personalidad.
Seguimos ratificando entonces la propuesta de la necesidad y urgencia del deber de concentrar todas las energías en la convocatoria a una huelga general incorporando en un solo bloque a los empobrecidos traicionados del Chavismo y de la oposición. El madurismo no se sentará a negociar con los sectores populares, en este sentido, organización que se esperanzarse con esa golosina sólo lograra hacerse complice en engañar al pueblo y colaborará en desperdiciar la oportunidad política que esta presentando la coyuntura para unir a toda la sociedad en función de ampliar y profundizar la aparición de una situación revolucionarias.
Estamos convencidos que de una jornada como la huelga general sería el pueblo venezolano quien emergería política y organizativamente fortalecido, con la seguridad que en ese proceso desarrollaría una conciencia de clase para sí, una conciencia de ser un pueblo para sí. Una huelga general es la única oportunidad para salir de esta oscuridad.