Cotidianas 2.0

El grito de los jubilados

Domingo, 20/08/2023 01:36 PM

Nadie tiene derecho a permanecer indiferente ante la huelga de hambre y vigilia activa que mantienen trabajadores jubilados, pensionados y Accionistas Clase B frente a la sede de la Corporación Venezolana de Guyana -CVG- en demanda de sus derechos laborales. Podemos tener diferencia de enfoque con la acción y sus protagonistas. Nos puede parecer un movimiento aislado, pero nadie puede negar que su reclamo sea justo y su perseverancia exige nuestro apoyo y solidaridad porque con esa lucha seguirá retumbando el eco angustiado del grito de los jubilados de todo el país.

El trabajador jubilado se distingue del sector activo por la reserva de experiencias vitales, formación profesional o técnica, capitales culturales y sociales construidos a lo largo de toda la vida. Esto constituye un saber que le pertenece y forma parte de su historia personal en el contexto social e histórico de la construcción de la Guayana productiva. Esos trabajadores entregaron los mejores años de su vida para construir las empresas que otros destruyeron.

El trabajo, como responsabilidad social, adquiere una importancia trascendental en la vida cotidiana de las personas y tiene un significado que supera una simple estrategia de supervivencia económica. Desarrolla importantes funciones en el individuo, determinando el desempeño social de las personas, codifica el ritmo y la actividad cotidiana, construye relaciones sociales, estimula la creatividad, otorga significado a la acción individual e influye en la autoestima. El trabajo dignifica y permite sentirse útil haciendo lo que nos gusta y al momento de jubilarse abrazar la convicción de haber cumplido una etapa que merece el reconocimiento social y la seguridad económica.

En nuestro complejo orden social, la jubilación supone el paso a la categoría de adulto mayor y el surgimiento de una serie de estereotipos negativos que identifican a esta nueva etapa. Lo más grave es que se desarrollan políticas institucionales que valoran al trabajador jubilado como un problema social porque se asocia la jubilación con la vejez y se concibe la vejez como una enfermedad. Se considera al jubilado como una persona no productiva subestimando su capacidad, experiencia e ignorando su historia de vida. En una sociedad basada en el trabajo, la pasividad laboral y económica se identifica con pasividad social.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela dedica los capítulos V y VI del Título III, exclusivamente, a la Seguridad Social e Integral y la consagra como un derecho social y humano. El espíritu constituyente de 1999 consideró el carácter sensible y la complejidad del tema valorando su incidencia de manera directa en el desarrollo económico y social del país. Ese precepto constitucional se ha convertido en "letra muerta". Los jubilados han sido despojados de sus beneficios laborales y la protección social se ha reducido de una manera tan drástica que los ha llevado a la indigencia social junto con su núcleo familiar.

Desde esta perspectiva, la lucha de los trabajadores jubilados está plenamente justificada. Son hombres y mujeres que coadyuvaron en la construcción de las empresas. Son ejemplo de lealtad y compromiso con el país. Soportaron con firmeza la hiperinflación, la pandemia, los efectos de las sanciones impuestas al país y las consecuencias de la corrupción administrativa. Hoy, sufren la pérdida de los beneficios laborales tal como lo impone el nefasto memorando 2792.

La Junta Interventora de la CVG no puede permanecer indiferente a estas acciones de los trabajadores porque ahí está el grito angustiado de los jubilados…es un grito de compromiso con la patria…un grito que advierte, denuncia y convoca a la lucha…es el clamor de todos los jubilados del país.

P.D: Cuando esta columna sea publicada es posible que haya terminado la huelga de hambre. Eso no le quita vigencia a su contenido.

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