Este año que se inicia se augura poco prometedor en materia de mejoraras salariales para los trabajadores. Pero es un año electoral y el gobierno está obligado a mejorar los ingresos, argumentaran muchos, dejándose llevar mas por los deseos que por la dura y cruel realidad que los golpea. Veamos los hechos e intentemos que sean estos, los que conduzcan el análisis.
A pocos días de culminar el año 2023, en el marco de la aprobación del Presupuesto de la Nación por parte de la Asamblea Nacional un Diputado opositor (AD) declaro que el Presupuesto preliminar para el 2024 contemplaba un incremento del salario que no supera el 10% y que el incremento en materia de bonos podría superar el 70%.
El Diputado Oscar Ronderos en declaraciones que ofreció Unión Radio afirmo que “se estaría priorizando la bonificación del salario en vez de la salarización”.
¿Qué han dicho, respecto a estas declaraciones de Ronderos, voceros oficiales del gobierno nacional?. Francamente nada, al menos nada nuevo con relación a la política laboral que desde 2018, con el Decreto-Memorandum 2792 se comenzó a implementar.
Pero ello ocurrió en el marco de las sanciones económicas que ahorcaron la economía venezolana y que al día de hoy comenzaron a “flexibilizarse”, como resultado de los acuerdos de Barbados y de las negociaciones con el gobierno de Joe Biden, argumentaran muchos, como en el caso de la pregunta anterior no hay argumentación oficial que se contraponga a quienes así razonan.
En mayo del 2023, con el Decreto Presidencial 4.805, se creó la figura del “Ingreso Mínimo Mensual”, que no es otra cosa que los bonos (bono de guerra y bono de cesta tickets) que vinieron a sustituir, en los hechos, al salario mínimo de los trabajadores y trabajadoras, establecido tanto en la CRBV como en ley Orgánica del Trabajo, de los trabajadores, y las trabajadoras (LOTTT). Todo ello en el marco de la “protección del pueblo venezolano”.
Aunque muchos pueden pensar que este año 2024 el gobierno en el fragor de la campaña electoral puede dar un giro en esta política laboral, los hechos no parecen nada promisorios al respecto.
No pocos insisten en que a pesar del “crecimiento económico” apenas un porcentaje minoritario de la población ha incrementado exponencialmente su consumo (Juan Carlos Valdez menciona que apenas 16% de la población consume alrededor del 70% de lo que se produce), como consecuencia de la política gubernamental de bajos salarios; mientras tanto, el gobierno se ufana de las cifras de “crecimiento económico” al cierre del año 2023.
Mientras el discurso oficialista se regodea con las cifras macroeconómicas alcanzadas en 2023, los bajos salarios de los trabajadores, y sus consecuencias en la brecha de desigualdad, no se mencionan, en su entrevista con Ramonet el Presidente apenas dijo: “Así que creo que estamos dando pasos certeros. Siempre yo digo, claro falta mucho todavía, sobre todo para generar la riqueza, la platica que necesitamos para impactar salarios, ingresos. Hemos hecho de tripas corazón para mejorar el ingreso integral de los trabajadores, ingreso mínimo integral de los trabajadores”. Ya ni ruido causa el concepto de ingreso mínimo integral, en los hechos el salario mínimo ha quedado abolido.
Es claro que desde 2018 se ha diseñado e implementado una política laboral que, hasta el día de hoy, se ha mantenido inflexible, en este sentido el Presidente menciono: “En el año 2023, Venezuela logró el nivel de abastecimiento interno, de su mercado interno, más alto de los últimos veinticinco años, 97 por ciento de abastecimiento en lo fundamental con producción propia, y con la actividad de los sectores económicos privados con importaciones complementarias, con una política muy clara de qué se importa, qué no se importa, y de protección del productor nacional”
El gobierno mantiene el marco discursivo de las sanciones económicas para justificar la política laboral vigente y prueba de ello es lo que respecto a esto señalo el Presidente Nicolas Maduro en entrevista a Ignacio Ramonet que: “Así que creo que estamos dando pasos certeros. Siempre yo digo, claro falta mucho todavía, sobre todo para generar la riqueza, la platica que necesitamos para impactar salarios, ingresos.
Victorias políticas del gobierno.
Si bien el gobierno además de cerrar el año haciendo loas a las cifras de “crecimiento económico” del año 2023, sin mencionar para nada la brecha de la desigualdad que el modelo económico esta generado, es preciso reconocer que el gobierno obtuvo victorias políticas que lo han oxigenado para la contienda electoral del 2024.
La mas notable de ellas fue la del Referéndum Consultivo sobre el Esequibo, con lo que descoloco a sectores opositores que históricamente han asumido posiciones contrarias al país y sus intereses, en concreto a la candidatura opositora de María Corina Machado, quien resulto favorecida en las elecciones primarias de la oposición.
La otra victoria, fue la de la liberación de Alex Saab, quien era mantenido prisionero por el gobierno de los EE UU y quien fue liberado después de 3 años en un proceso de intercambio de prisioneros, pero que todo el mundo sabe es un logro político indudable del gobierno y de su poder de negociación frente a EE UU, desde donde se ha manejado desde siempre los hilos de la oposición contra el gobierno venezolano.
Si bien muchos podrán decir, con mucho acierto, que las victorias políticas del gobierno no necesariamente son victorias del pueblo, lo cierto y verdadero es que ambas victorias apuntan a que hoy el gobierno de Nicolas Maduro no solamente tiene un pleno reconocimiento nacional, nadie puede desconocer que sectores opositores que ejercen la acción política (Gobernadores, Alcaldes, Diputados, etc.) actualmente, además de reconocer a Maduro y su gobierno, se han desmarcado de las posiciones extremistas que desde 2015 apostaron al desconocimiento de la legitimidad del Presidente y las instituciones del Estado. En pocas palabras en el plano político interno se ha consolidado el gobierno actual.
Pero además fuera de nuestras fronteras el gobierno del Presidente Maduro, que desde 2019 y aproximadamente durante casi dos años, intentaba ser deslegitimado por el “interinato” de Juan Guaido, ha ganado terreno y se ha fortalecido internacionalmente. La correlación de fuerzas que en los tiempos en que Guaido, como marioneta de los EE UU, fungió y fue reconocido como “Presidente interino”, es favorable al actual Presidente y su gobierno.
Desafíos del nuevo modelo económico
El principal desafío que enfrenta el gobierno actual es el de atender la brecha de la desigualdad social que genera cada día se ensancha.
Si bien los datos macroeconómicos hablan de un crecimiento sostenido, es claro que una vasta mayoría va quedando excluida de este crecimiento y “prosperidad económica” y si bien hasta la fecha ha reinado la paz, no son pocos los sectores (educación, salud, etc.) que acumulan malestares y descontentos propios de quienes cada día sienten que el gobierno no satisface sus expectativas de vida, mientras minorías terminan siendo beneficiadas y favorecidas.