La palabra NAVIDAD presente en el título de éste artículo le da una connotación que lo relaciona automáticamente con la espiritualidad amorosa, la paz, la reconciliación y la alegría, són conceptos que forman parte integral del ambiente de las festividades navideñas de fin de año, que a nivel global felizmente celebran casi todos los pueblos del mundo, es tradición en cada hogar reunirse las familias para compartir alegrías motivadas por la natividad del mecía Jesús de Nazareth cada 24-25 de diciembre y luego, una semana después se festeja la despedida del año viejo el 31 de diciembre y llegada del año nuevo el 01 de enero. Aunque también en venezuela es una tradición de renovación espiritual y fé cristiana con respeto, de júbilo por la llegada de el hijo del padre, el señor, el salvador, son momentos de inspiración amorosa que recrean las emociones de la bondad familiar y de amistad entre los venezolanos de bien, más allá de las dificultades materiales que hoy afectan gravemente a nuestro país, por lo que las navidades éste año 2024 no serán muy felices aunque sean adelantadas al primero de octubre, tomando en cuenta la actual coyuntura derivada del mal gobierno madurista que ha sido fatal para el pueblo trabajador venezolano.
Pero cómo entender y aceptar los malos hábitos políticos de presidente Nicolás Maduro?, acaso jugar con la buena fé del pueblo no es un contrasentido común?, el abuso de poder autoritario para cambiar el inicio de la navidad no es la negación simplista de una tradición universal aceptada en el tiempo por la humanidad?. No puede tener buen hábito democrático quien gobierna ignorando la Constitución Bolivariana, quien traicionó y abandonó a los trabajadores y a su propia clase social frente a la voracidad patronal neoliberal, no es buen hábito ético acusar a civiles de terroristas sin pruebas ni fundamentos, quien persigue y encarcela a los que reclaman sus derechos constitucionales, no tiene buen hábito moral el que salta la ley a la torera y compromete gravemente las libertades democráticas con un grotesco fraude electoral desconociendo la voluntad popular, no es buen hábito mantener una actitud de arrogancia indigna y tiranica, en medio del dolor familiar y el sufrimiento social de los venezolanos producido por la desconcertante crisis total, como comprender ése anuncio de bombos y platillos con absoluta hipocresía de adelantar sin justificación alguna la navidad a partir del primero de octubre, con el avieso propósito de enfriar las calles e inducir el olvido del golpe electoral de facto a la voluntad popular y su irreversible ilegitimidad cuando a partir del 10 de enero deje la tiranía para convertirse literalmente en el nuevo dictador de la corriente neoliberal madurista. Será el reinicio de la nueva era de las dictaduras en modo "electorales" de la "modernidad" política venezolana y de América Latina, creanlo! porque nos tocará luchar en otros términos de la política.
Pero también podemos decir que la palabra NAVIDAD contenida en el título de éste escrito se relaciona con la expresión cultural más pura de la musica típica de la época navideña que animan tradicionalmente el ambiente propio de las navidades, lo cual no tendrá inicio el primero de octubre como lo desea y decreta el presidente Maduro, pues NO, ésa condición de las costumbres y tradiciones navideñas surgen naturalmente en su momento indicado como una sensación mágica que ambienta y crea una emoción en la gente la cual se siente sin necesidad de decreto oficial porque simplemente llega solo en diciembre como la brisa fría (el pacheco) de ésa temporada, la propia navidad adornada y motivada por repiques del folklore venezolano con éxitos musicales de tiempos pasados que expresan la alegría navideña con el exquisito buen gusto de las parrandas, las gaitas, los aguinaldos venezolanos como: Si la virgen fuera andina, Niño lindo, Fuego al cañón, El burrito sabanero, Corre caballito y Al llegar aquí, entre muchos otros, sumados a inolvidables exitos internacionales de siempre como: Felíz Navidad de José Feliciano, Navidad y Amor de Yaco Monti, Ven a Mi Casa Ésta Navidad de Luis Aguile, etc. Ésa si es la verdadera y auténtica navidad, la del pueblo llano, de los sectores populares empobrecidos por el catastrófico gobierno madurista y la cúpula oportunista y gris del psuv.
Según la tradición cristiana "el espíritu de la navidad llega el día 21 de diciembre de cada año", no el primero de octubre como lo desea y necesita el presidente Nicolás Maduro y su cuestionado e inútil gobierno neoliberal, la que simplemente es una necedad extemporánea, porque más allá de éso el espíritu navideño trae consigo una hermosa y contagiante magia amorosa que endulza los corazones transmitiendo amor, conciliación, paz y bondad del compartir solidario, contrario a la evidente ingerencia oficial con su grotesco interés de la manipulación vulgar propia de una contracultura dañina a los valores originarios de la creencia y fé cristiana universal, de respeto por el verdadero momento del inicio de la navidad generado por un proceso natural en cualquier sociedad del mundo y particularmente en la venezolana.
De siempre ésos momentos trascendentales como el descrito están asociados a un estado sociólogico de la emoción humana experimentado en la población en términos socioeconómicos del bienestar familiar que desde hace más de dos mil años han podido gozar de la navidad en el mes de diciembre sin la imposición extensiva por el capricho presidencial a un periodo ajeno que no encaja en ésa ancestral e inamovible costumbre en el mundo, que no admite cambios retrogrados de contaminación politiquera para que la gente se olvide de la actual situación de agravios a la voluntad popular de desconocimiento a los resultados electorales judicializados, un absurdo que ahora también quiere afectar el tiempo de la navidad.
En venezuela todos los gobernantes incluído Chávez, mantuvieron respeto por la tradición navideña de los venezolanos, pero además responsablemente cumplieron con las obligaciones del estado hacia los trabajadores, fuera del interés particular de la perversión política, pero ahora el presidente Nicolás Maduro con su notable déficit como estadista echó manos a la estúpida idea de esconder el coletazo del fraude a la voluntad popular, que no deja de ser una contradicción política, al caer en su propia trampa con la cual su ego lo mantendrá ocupado sin poder dormir en paz hasta el 10 de enero cuando se le acabe el saldo de la legitimidad y probablemente surja un punto de quiebre político que nadie quiere para la historia venezolana, de allí que nuestra propuesta de la Junta Patriótica de Salvación es la salida política más adecuada para una transición en democrácia y paz con la participación de todos los factores de la vida nacional en la conducción de un nuevo proceso electoral limpio, libre y democrático una propuesta que hicimos meses antes del 28J. Nosotros como siempre sin adelanto ni desespero esperaremos pacientemente sin sobresaltos el genuino ambiente navideño de diciembre abrazados a la Constitucion bolivariana de la que nada ni nadie nos apartará por más poder que tenga, porque las navidades populares siguen siendo del pueblo.
Sin embargo la navidad también tiene una que otra "expresión loca" en la que se pueden mostrar que "la estupidez humana es infinita porque no tiene límites" (Albert Einstein), y en ésta nueva conjetura presidencial con el característico mal gusto desaliñado por el antojo del "adelanto chucuto" de la navidad 2024, también es parte del teatrillo pos-electoral para que la gente se olvide del fraude judicializado contra la voluntad popular, buscando que al pueblo se le deprima el ánimo de lucha y sea víctima de la distracción en un prematuro ambiente navideño artificial, lo que no ocurrirá porque ésa condición estaría sujeta no solo a un estado de animo, sino a condiciones socioeconómicas objetivas que la realidad actual del país contraponen.
Ahora, si éste presidente neoliberal, antiobrero y desclasado quiere ver arrancar el primero de octubre un exitoso adelanto de ambiente de alegría navideña, simplemente tiene que dejarse de pendejera y cumplir de una vez con el artículo 91 de la Constitución Bolivariana, que según el valor de la canasta básica actual sé debe aumentar el salario básico mensual a 520 dólares; liberar a todos los presos políticos y pedirle perdon públicamente a los encarcelados, a sus familiares y al pueblo por el abuso de poder en la persecución política y la aplicación del terrorismo de estado; también debe adelantar ya 3 meses mínimos de aguinaldos al precio de la canasta básica para el salario mínimo de $ 520 X 3 meses = a 1.560 dólares a todos los empleados públicos según su escala tabular, también para los jubilados y pensionados del SSO y Amor Mayor.
Eliminar de un plumazo el instructivo ONAPRE y el memorando 2792. Si quiere y tiene voluntad política puede hacerlo, es posible (claro, éso implicaría romper su luna de miel con fedecamaras, la burguesía exploradora y el neoliberalismo opresivo, dejando de entregarle a la banca y empresas de la oligarquía el 70% de ingresos petroleros como lo viene haciendo hasta ahora). Si cumple con la propuesta anterior tendría lógica razonable adelantar la celebración de la navidad el primero de octubre porque en la práctica la mayoría del pueblo trabajador tendría con que, es decir, un mejor poder adquisitivo frente a las actuales condiciones de precariedad laboral, pobreza y miseria, de lo contrario entonces su decreto no pasará de ser otro autoengaño más así mismo, porque el pueblo yá no le cree nada, Okey.-