Comunicado

Solidaridad con Rafael Uzcátegui y Luis Zapata, ante amenaza pública de criminalización

Viernes, 10/05/2024 05:32 AM

10-05-24.-Publicamos a continuación el Comunicado que suscriben el Comité de familiares y amigos por la libertad de lxs trabajadorxs presxs y diversas organizaciones sindicales, corrientes y organizaciones políticas de izquierda en solidaridad con Rafael Uzcátegui y Luis Zapata, ante amenaza pública de criminalización.

En la edición del programa Zurda Konducta de la noche del 2 de mayo, transmitido por Venezolana de Televisión, el diputado por el Estado La Guaira, Carlos Pacheco, amenazó públicamente a los compañeros Luis Zapata y Rafael Uzcátegui con investigaciones en su contra, que estarían teniendo lugar en estos momentos debido a su supuesta responsabilidad en las acciones de violencia ocurridas el 1ro de mayo.

Es importante resaltar que las alegaciones realizadas carecen por completo de fundamento y veracidad. Y es imperativo desmentir categóricamente sus afirmaciones, que sólo buscan amedrentar, desmovilizar e intimidar a quienes luchan, preparando el terreno para una posible criminalización y judicialización de Rafael Uzcátegui y Luis Zapata, así como de otras y otros compañeros de la izquierda, el movimiento obrero y el campo popular.

Los hechos como realmente ocurrieron, no como los quiere tergiversar Carlos Pacheco
Lo ocurrido el 1ro de mayo es público y notorio, y existe suficiente documentación audiovisual en las redes que demuestra que los señalamientos del señor Pacheco son absolutamente falsos. No obstante, a los fines de refutar sus difamaciones, vale la pena hacer un breve recuento.

Que el lugar de convocatoria de la movilización obrera en la que participaron varias organizaciones de izquierda y sindicatos era la Plaza Venezuela, fue difundido ampliamente durante los días previos a través de las redes sociales y en diversas prensas de izquierda e independientes al Estado. Era por lo tanto, un hecho público. El plan de movilización implicaba marchar desde allí hasta la Plaza Morelos, como ya había ocurrido el año pasado.







El 1ro de mayo no había acceso vehicular a la Plaza Venezuela, porque la PNB bloqueó las calles y avenidas que dan a acceso a la Plaza con piquetes policiales. En consecuencia, como habrá ocurrido con los ciudadanos que no pudieron circular alrededor de la Plaza en sus vehículos debido a la restricción de tránsito, a los “motorizados alegres” por los que se preocupa Carlos Pacheco la PNB también debió prohibirles el tránsito hacia la Plaza. Pero no fue así. Estos grupos parapoliciales lograron atravesar los piquetes porque alguien arriba dio la orden a la PNB de dejarles pasar.

Una vez que los grupos parapoliciales llegaron hasta la Plaza, y se encontraron con la movilización, pudieron optar a dar la vuelta o virar a la derecha y desviarse por las avenidas que suben y bajan de la plaza hacia la Av. Libertador y la Andrés Bello. Esa era otra opción de resolver la cuestión pacíficamente. Pero no era esa su intención, o no era esa la orden que tenían. Querían romper la movilización a la fuerza, que ya había tomado la calle aledaña a la Plaza y se preparaba para iniciar la marcha.

Por otra parte, y resaltando una vez más lo evidente, si el bloque de “motorizados alegres” querían alcanzar la movilización oficialista sin problemas y en paz –porque según el señor Pacheco los violentos somos otros y otras- les hubiese bastado con dirigirse por las vías habilitadas por la PNB y luego atravesar el piquete policial que bloqueaba el acceso de la Libertador hacia la CANTV, lugar de concentración de la marcha oficialista. Los “motorizados alegres” de Pacheco no tenían nada que hacer en la Plaza Vzla.

Otra cosa que llama poderosamente la atención es que, si eran “motorizados alegres”, ¿porque no avanzaban derrochando alegría? Usualmente, en el contexto político, una caravana motorizada suele ser muy ruidosa. Los conductores hacen rugir las motos más de la cuenta y aturden tocando sus bocinas. Se trata por lo tanto de un estruendo.

El día de los hechos, los “motorizados alegres” de Pacheco llegaron en silencio, sin hacer rugir sus motos ni aturdir con las bocinas. Avanzaron lentamente hasta acercarse a nuestra movilización. Extraños e inusuales esos motorizados alegres, que se desplazaban sin hacer ruido, sin algarabía, sin alegría.

La respuesta más natural de cualquier protesta pacífica ante amenazas de violencia es la defensa.

Compañeros y compañeras que participaban de la movilización entonces decidieron mantenerse de pie sobre la calzada, porque era nuestro derecho constitucional movilizarnos y protestar pacíficamente. Allí fue cuando empezaron los problemas.

Los copilotos de las motos se bajaron y se fueron contra varios compañeros y compañeras para hacerlos a un lado. Intentaron quitarlos del camino a golpes y empujones, para que avanzaran las motos.



Fueron los parapoliciales quienes iniciaron la violencia, agrediendo a compañeros y compañeras por igual, golpeándoles con los cascos de las motos, tratando de quitarles los palos de las pancartas para golpearles con éstos, o simplemente golpeándoles con los puños.

En algunos casos hubo miembros de estos grupos parapoliciales que hicieron gestos de sacarse pistolas debajo del pantalón, cosa que no es juego alguno. Pudo haber ocurrido una tragedia. En la movilización había personas mayores que resultaron heridas. Hombres y mujeres fueron golpeados por igual por este grupo parapolicial. Y mientras tanto, ¿qué fue de la PNB?



Los comisarios jefes que suelen encargarse de las manifestaciones de la izquierda se apersonaron haciendo gestos inútiles para calmar la trifulca, pero más nada. No se ordenó a los efectivos de la PNB detener a los agresores, ni tampoco movilizaron el piquete que estaba más adelante –o alguno de las calles aledañas- para parar la violencia -o prevenirla antes- y evitar que la cosa fuese a más. Cuando el grupo parapolicial cruzó la movilización finalmente, tampoco fueron contenidos ni detenidos por dicho piquete.

La gravedad de la acusación y las amenazas de Pacheco
Durante su entrevista, Pacheco emplea dos términos de suma gravedad, entendiendo el contexto de represión política y criminalización de las luchas populares, que hoy existe en el país.

Pacheco acusa a ambos de participar en acciones de manipulación y conspiración. Sobre todo este segundo término es particularmente grave, porque acusa de antemano a los compañeros de estar involucrados en un delito que es castigado hasta con la pena máxima por el Estado venezolano, y que además hoy se ha convertido en moneda corriente para encarcelar a cualquier activista social o político opuesto al gobierno Maduro.

Sobre la base de la acusación de conspiración, entre otros delitos, se persiguió, encarceló y judicializó a los 6 activistas sociales de Bandera Roja, entre quienes había dos dirigentes sindicales. Pero también se ha criminalizado a muchos otros activistas sobre la base de ése mismo delito.

Pacheco menciona supuestas investigaciones en curso cuyos detalles serán conocidos posteriormente. Nos preguntamos: ¿quiénes están llevando adelante tales investigaciones? ¿Qué institución del Estado está a cargo de ellas?

A partir de la larga e intensa experiencia de criminalización y judicialización de compañeros y compañeras a lo largo del último lustro, lo anterior pareciera la antesala de una persecución judicial contra los compañeros, y por ello denunciamos desde ya al país, al conjunto del movimiento obrero, a la izquierda y al chavismo honesto de base, cualquier intento de judicialización que se pretenda tomar desde el Estado contra ellos.

Todo lo anterior nos indica que estamos ante una posible escalada en la represión estatal contra la izquierda
El Estado es responsable de que los cuerpos parapoliciales en moto llegasen ése día hasta la Plaza Venezuela, porque la PNB controlaba las vías de acceso. La PNB pudo haber intervenido justo antes de que comenzara la agresión –o haberlo intentado-, pero esto no ocurrió. En este caso la responsabilidad también recae en el Estado. Finalmente, la PNB pudo haber detenido a los sujetos, pero más bien les dejaron la vía libre. Y luego, un día después, un politiquero al servicio del gobierno acusa públicamente a dos compañeros de la izquierda de participar de actos de conspiración y violencia. ¿Por qué? El fin de todo esto es evidente.

Seguiremos en la lucha
En tanto Pacheco ha sido la punta de lanza de esta campaña de difamación contra los compañeros Uzcátegui y Zapata, queremos dejar constancia de que cualquier consecuencia negativa derivada de sus acusaciones infundadas recaerá directamente sobre él. Por lo tanto, nos reservamos el derecho de tomar las medidas legales correspondientes para proteger la integridad de los afectados por sus difamaciones.

Mediante la única arma con que contamos –la protesta pacífica-, comenzamos desde ya a levantar nuestra voz en la prensa, las redes sociales y en las calles, contra esta grave amenaza hacia los compañeros Rafael Uzcátegui y Luis Zapata. No permitiremos que criminalicen a otros dos compañeros inocentes.

Suscribimos:

Comité de Familiares y Amigos por la Libertad de lxs Trabajadorxs Presxs

Colectivo de DDHH Surgentes

Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela

Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora

Lucha de Clases – CMI

Partido Socialismo y Libertad (PSL)

Mujeres en Lucha

Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS)

Pan y Rosas Venezuela

Movimiento de Mujeres Clara Zetkin – Ccs

PPT-APR

Equalia – ONG

Plataforma de Lucha CST

Asociación Civil «Negra Matea»

Comunicado originalmente publicado en:
https://comitelibertadtrabajadorxs.wordpress.com/2024/05/05/solidaridad-con-rafael-uzcategui-y-luis-zapata-ante-amenaza-de-publica-de-criminalizacion/

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