"Nunca seas esclavo de tu pasado, sino arquitecto de tu futuro"
ROBIN SHARMA
"Camarita, camarita… aunque sé que de lo que habla la gente hoy en día es de las infames, groseras, y por demás ilegales acciones de bloqueo unilateral por parte del imperio para terminar de ahogarnos si no les obedecemos, debo confesarle que me tiene intrigado un comentario que escuché en una fiestecita en casa de unos amigos colombianos que llevan más de cincuenta años en el país y que lo aman como si fuese su verdadera patria. El tema salió a flote por las declaraciones de Marta Lucía Ramírez sobre los panfletos en los que se amenaza con ‘limpiar a Bucaramanga de venecos y de todos aquellos que los ayuden o les den trabajo’. Sabrá que Marta Ramírez es la vicepresidenta de Colombia y aseguró que no permitiría malos tratos ni xenofobia en contra de los venezolanos migrantes y que los protegerán. ¡Vaya cinismo! No han podido proteger a los líderes sociales que a diario asesinan en Colombia, a los que se acogieron al tratado de paz, ni a los que reciben los embates del narco-paramilitarismo para despojarlos de sus tierras y aumentar los cultivos de amapola, y van a ‘proteger’ a los venezolanos a los que tratan como recomendó el cobarde asesino Julio Borges: como enfermos contagiosos. Bueno, en la conversación hablaron de los años que llevan viviendo aquí sin ningún tipo de problema ni trabas, de cuántos son los migrantes colombianos en Venezuela y de cómo, ante los últimos acontecimientos, se han visto en la necesidad de reunirse en algún tipo de asociación que los asesore para que, los que aún no tienen sus papeles en regla, puedan legalizar su estadía en la nación. Hablaron de las organizaciones hasta ahora existentes y del incumplimiento de sus metas, puesto que aún existen muchas familias que viven en la ilegalidad porque sus representantes no han sido lo diligente que amerita el trabajo; hablaron de lo cansados que están de que les mamen gallo y no los asistan cuando más lo necesitan. Me limité a escucharlos y llegué a la conclusión que están tratando de crear un nuevo movimiento que los aglutine, los represente y que les ayude con todos los trámites aún pendientes para regularizar su permanencia y serles útil al país. Debemos tener en cuenta que tenemos casi seis millones de colombianos, algunos ya naturalizados, que hacen vida en las diferentes regiones de Venezuela; otros que son venezolanos de padres o abuelos colombianos, porque les ampara el derecho de haber nacido aquí (ius soli), tal y como lo establece nuestra CRBV, que reciben todos los beneficios patrios. Desean que esa organización tenga oficinas en las regiones o provincias para no tener que estar viajando a la capital en busca de respuestas y para no ‘crear’ jefes inaccesibles. Decía uno llamado Jaime que si logran reunir al menos al 25% de todos los colombianos en Venezuela, constituirían una fuerza, tal y como les enseñó Chávez, que les permitiría la autogestión. Además, serían un factor de poder en las relaciones con el gobierno venezolano y un factor con poder electoral en las elecciones colombianas. Pero que para ello tienen que sembrar por todo el país y regar la siembra, sólo así podrán obtener el fruto deseado. ‘Estamos en eso’, terminó diciendo. Vea, camarita, los noté muy entusiasmados. Es más, ni siquiera opiné ni hice preguntas. Una organización de ese tipo lograría muchas cosas buenas para sus miembros y tranquilidad al país que vería con muy buenos ojos toda articulación de los migrantes. Mientras a los nuestros los tratan como basura en los países que conforman el Cartel de Lima, Venezuela propicia cualquier tipo de agrupación que les brinde beneficios. ¡Me iría demasiado!"
Durante mucho tiempo, los venezolanos cruzaban la frontera hacia Colombia para hacer compras de productos colombianos o importados, ya que el cambio monetario les favorecía. Así alimentamos durante décadas, sin ánimo de ofender a nadie, a todas las poblaciones fronterizas del lado colombiano. Al mismo tiempo, gran cantidad de colombianos cruzaban la frontera hacia Venezuela, unos huyendo del abandono en que los tenía el gobierno oligarca santandereano, en busca de un futuro mejor, otros huyendo de los paramilitares y narcotraficantes que los corrían de sus tierras para apoderarse de ellas y aumentar los cultivos de amapola. De Colombia vino de todo tanto así que hoy son el setenta y pico por ciento de la población migrante en Venezuela; suman unos seis millones legales y otros cientos de miles ilegales.
Hoy en día los venezolanos que cruzan esa frontera podemos diferenciarlos en tres grupos a saber: uno que cruza a diario ida y vuelta porque va de compras, bien sea de uso personal o comercial, o cualquier diligencia que se le presente del otro lado; un segundo grupo que va hacia Ecuador, Perú, Bolivia o cualquier otra nación y que sólo está de tránsito; y un tercer grupo conformado por los que aspiran a quedarse, conformado en su mayoría por venezolanos hijos o nietos de colombianos que reciben el apoyo de sus familiares allá.
Ojalá y reciban los nuestros un trato que asemeje al que nosotros le hemos dado a todos los que han venido buscando refugio y futuro en nuestro suelo, a nuestros hermanos colombianos y de otros países, en honor a quién hace 200 años selló la independencia colombiana con la Batalla del Puente de Boyacá, el Libertador Simón Bolívar y en agradecimiento al comandante Chávez por tanto esfuerzo en pro de la paz de nuestro vecino (malagradecido por cierto).
Los colombianos que hacen vida en nuestra patria ya la consideran como propia, y muchos han recibido los mismos beneficios que los criollos, vivienda de la GMVV, salud y educación gratuita, pero sobre todo han tenido protección y estabilidad social, a pesar de los pesares. Hoy en día y ante la difícil situación por la que atraviesa el país, producto de las agresiones imperiales y guerras de no sé ya que generación aplicadas por el mismo agresor, Venezuela debe poder contar con esa población migrante, a la que se le dio cobijo y asistencia necesaria en tiempos mejores, para seguir la construcción de la patria buena. Y si está bien organizada, mejor.
Por eso los "run runes" y los comentarios acerca de la conformación de una estructura organizativa de los migrantes será siempre bienvenida. Dicha agrupación, si tiene como meta la asistencia y asesoría de los migrantes colombianos en Venezuela para la resolución de sus asuntos, si tiene como meta integrar sus esfuerzos a los de los venezolanos patriotas para el progreso de la nación sin ambigüedades ni temores, ayudaría a resolver los inconvenientes que se presenten en menor tiempo, aliviando con ello sus pesares y la carga del gobierno.
Como dice el refrán: "La unión hace la fuerza" o como decían los tres mosqueteros "todos para uno y uno para todos". Esperaremos a ver el rumbo que tomen los acontecimientos para opinar al respecto, pero de que hace falta, hace falta.