Recientemente en el marco del discurso del Estado y la Nación del Presidente Donald Trump, un prófugo de la justicia venezolana protegido por el imperio, en un desesperado acto por ganar notoriedad ante sus amos, declaró que con "dos drones" se resolvería los problemas de gobernabilidad en la patria de Bolívar y Chávez, aludiendo al asesinato del liderazgo revolucionario de Maduro y Cabello tal y como lo hicieron contra el Mártir General Qasem Soleimani y los Comandantes combatiente de Hezbollah en el aeropuerto de Irak.
A ese infeliz personaje se le olvidó, que la dignidad es inmortal; que el honor no se rinde y que la sangre de los hombres grandes, justos y revolucionarios; potencia más que a la venganza, al compromiso con la unidad, lucha, batalla y victoria, que en conjunto son el arma letal contra el hegemónico imperial.
De allí que, los desesperados alaridos de Mr. Trump en su discurso; el irrespeto a las formas protocolares en el Congreso y la exacerbación de la xenofobia, la aporofobia y los instintos asesinos, en sus más arrastrados legionarios, apátridas y cipayos, como estrategia para reconstituir los afectos perdidos en un electorado mayoritariamente desfavorecido por las abismales diferencias económicas y sociales, no han hecho más, que sumar los desafectos a su mandato e incentivar una nueva praxis políticas contrarias a sus aspiraciones en el mundo.
En ese sentido, a pesar de la violencia aparentemente "primitiva reptil" y sospechosamente "espontánea e inconsciente" del agresivo discurso de Mr. Trump en favor del títere fascista auto-proclamado venezolano y contra la Revolución Bolivariana comandada por el Presidente Nicolás Maduro, contrasta las derrotas continuadas y los fracasos recurrentes recogidos por él, en cada acción guerrerista contra esta Patria Revolucionaria Bolivariana y Chavista, que para su desgracia, sintetiza en el Binomio Maduro-Diosdado, la conducción política-militar que se ha plantado como ejemplo de resistencia, desde el Estado y sus instituciones, y desde lo político, militar popular, doctrinario colectivo, junto a un pueblo más organizado (rumbo a los 4.000.000 de milicianos) y más consciente que con Disciplina, Estudia, Trabaja y Reflexiona permanentemente, resiste los embates y contra ataca con la fuerza y el vigor de su organización y entendimiento de la coyuntura para construcción del poder popular.
Pareciera un lugar común, pero el devaluado presidente Norte Americano, no tiene salida en su laberinto, pues por un lado pierde audiencia electoral en su casa y por el otro, va de fracaso en fracaso y en el caso de Venezuela, no da pie con bola, ni con ataques económico y menos aún, con relatos ideológico, pues salvo algunos aletargados embrutecidos por el marketing del imperio, las mayorías de las y los venezolanos, rechazamos su injerencismo.
Indudablemente, el bloqueo financiero, la supremacía imperial y las intromisiones en los asuntos inherentes a nuestra auto determinación, nos han hecho daño, pero frente a esa realidad, es menester reconocer en el liderazgo del Presidente Maduro y quienes le acompañan, ha marcado son eficacia política y la eficiencia estratégica la línea que nos separa y donde enfrentamos con certeza los zarpazos del águila calva, rabiosa, torpe y envejecida.
Es importante recordarle siempre al invasor, que en la Venezuela Bolivariana y Revolucionaria, todos los patriotas somos Chávez, todos los comprometidos estamos bajo el mando indiscutible del Presidente Nicolás Maduro Moros y organizados en bajo comando de la dirección política del PSUV y el Gran Polo Patriótico. Como relato el compañero Adam Chávez Frías ante los restos inmortales del Comandante Eterno, si uno de nosotros cae, levantaremos su morral y continuaremos la marcha. Hoy somos millones y hemos alcanzado el estadio más alto de la lucha cívica-militar; hoy somos sin ningún distingo, Patriotas Unidos y Convencidos que estamos en lado correcto de la historia.