"Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor." ~~
Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz 1984
Título atrevido y hasta comprometedor. Pero quiero llamar la atención a las palabras confesadas por Elías Jaua, revolucionario chavista, que detentó cargos públicos de importancia pasando por la Secretaría de la Presidencia, el Ministerio de Educación, el ministerio de Economía Popular, de Agricultura y Tierras, hasta Canciller de la República.
Palabras confesadas en la entrevista con Vladimir Villegas el pasado miércoles, cuando muy camaleónico, empezó tempranito entrevistando a este político chavista, que deseaba postularse al cargo de Gobernador del estado Miranda, y terminó el día entrevistando también a David Uscátegui, igualmente pretendiendo ese cargo que anhela desde hace años.
Una excelente entrevista a Elías Jaua, que me permitió conocerlo algo mejor. Muy serio, para nada anti-Maduro, chavista como antes, como siempre. Y la sorpresa fue ver a Vladimir tranquilito, oyendo a Elías sin chistar, yo diría que hasta con respeto, sólo tomando oportunidad al leer las capciosas preguntas que le llegaban por el chat.
En la primera parte del programa Elías Jaua me sorprendió gratamente, y me ayudó a entender mejor su visión de la situación actual, que todos deberíamos aprender ¿Para qué? Para responder con propiedad, con argumentos, a los escuálidos que siempre nos rodean, y siguen sintiéndose, cada vez más, con grandes razones para denigrar del chavismo, y de nosotros que seguimos sumergidos en esa doctrina bolivariana maravillosa.
Y hasta que no llegó al tema sobre su excompañero de luchas, me agradó mucho su posición frente a la desunión actual con el partido comunista de Venezuela. Buscar la unidad programática que los unió a todos en 1998, actuando como un frente común. Grandioso.
Una unidad programática con cinco macro principios: la independencia nacional, la soberanía económica y política, el papel del estado en la economía, la superación de la pobreza e igualdad social, y la ética política.
Y justo en la ética política me extrañó Elías José Jaua cuando Vladimir le pide su opinión sobre el caso de Rafael Ramírez, solicitado por la justicia venezolana por corrupción, solicitada su extradición al gobierno de Italia, y creo, hasta en la lista roja de Interpol.
Extrañó la solidaridad automática que percibí en las palabras de Jaua, ya que según su hablar, al tratarse de un compañero de trabajo, de lucha, al igual que a los compañeros del PCV, prefiere no juzgarlo, no hablar sobre eso. Y adicionalmente, señala desconocer los delitos por los cuales se lo busca detener para que responda ante la justicia y ante el país todo.
¡Eso sí que no! Podrá haber sido muy compañero y todo, tal vez hasta le lea los artículos que el presunto corrupto manda a Aporrea, pero siendo chavista, del PSUV, habiendo ostentado altos cargos de dirección política en el Gobierno, y creyendo en este principio de la ÉTICA REVOLUCIONARIA, ¿no está enterado sobre cuáles delitos cometió Rafael Ramírez? ¡Insólito!
Y escribo sobre mi asombro porque también Elías José Jaua debe darnos la cara a tantos venezolanos que sufrimos en carne propia la macabra trama de corrupción donde, al parecer, hay altas posibilidades de que está involucrado el ex Ministro de Energía y Minas, así como ex Presidente de PDVSA. El editor del blog La Tabla, el periodista Víctor Hugo Majano, explica que los delitos por los cuales se le acusa a Rafael Ramírez pudieron haberse detectado cuando estaban en desarrollo (entrevista por Clodovaldo Hernández, La Iguana TV).
Entonces compañero Elías Jaua, luchador desde la época universitaria, en los mismos pasillos que yo recorrí, pero como docente, ¿dónde estabas tú cuando eso ocurría? Ocurría ni más ni menos en el importante Ministerio de Petróleo y en PDVSA. Y seguramente tú serías Secretario o Ministro de alguna cartera importante.
Entendiendo que la situación de parir a la Patria Socialista era cuesta arriba, contra golpes de estado, traiciones internas, sobrevivencia y lucha continua contra los de adentro y los de afuera, el Presidente Chávez confió ciegamente en ustedes para llevar adelante esos ministerios.
Y aun suponiendo que, en ese entonces tampoco sabías, desde que se descubrió la tramoya, denunciada a voz alta y fuerte por el propio Presidente Maduro ¿cómo no te preocupaste de informarte, de entender, de explicarnos a los chavistas, aunque sea para intentar acompañarnos en la inmensa decepción?
No, no puedes mantenerte neutral a nombre de un pasado compañerismo. Al declararte neutral, desde mi punto de vista estás siendo cómplice, pues a todas luces ha sido una gran injusticia, enorme para el chavismo, tener que aceptar y reconocer que uno de los más cercanos a Chávez, falló, robó, traicionó por dinero el gran proyecto de la Patria Socialista. Tan cercano a Chávez que ahí se encontraba, en su última alocución al país el 8 de diciembre 2012.
De alguna manera, has elegido estar del lado del opresor. Opresor porque los sentimientos del patriotismo, los principios en los que hablas de la unidad programática, sobre la cual no debe haber dudas, han sido muy atropellados por actuaciones como las de Rafael Ramírez. Y creo que tú, siendo un reconocido chavista, no puedes callar y mucho menos ser neutral.
Así que estimado Elías Jaua, mientras cosechas tus plátanos, tu yuca y ají dulce, por allá en tu ranchito de Barlovento, mientras te preparas para apoyar al próximo Gobernador de Miranda que espero sea Héctor Rodríguez, por joven, por sano, por hacer bien las cosas, por ser necesaria la reafirmación de sus proyectos ya iniciados y bien encaminados, por haber demostrado, a pesar de la época, ser un buen Gobernador, prepárate también para explicarnos a todos y todas, cómo pudo acontecer que una figura emblemática, muy estrecha al lado de Chávez, ha podido cometer tal desatino. Por el bien del chavismo.
Y si acaso el personaje te invita a su castillo allá en Italia, tomando buen vino y disfrutando de las alcachofas a la romana, persuádalo para entregarse a la justicia y defender en presencia su visión y razón, quien sabe, tal vez así lograremos prestarle un poquito de atención.