Sí, me pasó una cosa que usted ni yo nos imaginamos.
Pero ¿Qué ocurrió?
Me obligaron a ser un inmigrante, algo que desde muy joven rechacé, ante muchas propuestas de vivir en EEUU.
Pero una confabulación en mi contra me hizo perder el cargo laboral en Venezuela. Y otras cosas más a las que me hicieron vivir un grupo despiadado, pero este no es el momento de hablar sobre eso.
Pero si es el momento de decirles que me convirtieron en inmigrante
¡Gracias Nicolás Maduro! Eso es gracias a ti…
En Perú ha sido una montaña rusa, altos, muy altos, bajos y muy bajos momentos en la vida.
Doy gracias a esas personas que me han tendido la mano y me han levantado en el momento de mis caídas.
Pero usted no se imagina que formarse profesionalmente para vivir en la tierra natal fue mi objetivo de vida. Pero de nada valió soñar en esos momentos. Llegó una horda y destruyó sueños, vidas, momentos, etapas, empresas, negocios y mil cosas más a las que eso duele en el alma.
Pero usted no se imagina que aún hay miles de venezolanos que apoyan al presidente, y creo que no tienen la capacidad de recular y ver por el retrovisor todo el desastre que han ocasionado por más de 20 años.
¿Dónde está la conciencia del venezolano?
¡Se la robaron!
Esto es solo unas líneas sutiles ante la pluma fuerte que tengo como periodista (si escribo más lo que siento puede que tiemble el sequito que engrana a la corrupción).
Atentamente.-
Manuel Gutiérrez Jiménez
magutierrezjimenez@gmail.com