¿Será que González Urrutia perdió la moral, cuál moral?

Sábado, 21/09/2024 01:35 AM

¿Acaso la moral se pierde sino se tiene moral?

¿Y qué es la moral?

Hay muchas respuestas sobre ese particular, pero esta es la que más me gusta como: "Doctrina del obrar humano que pretende regular el comportamiento individual y colectivo en relación con el bien y el mal y los deberes que implican". Es decir, la moral lo es todo en la vida para un individuo dentro de una colectividad y, si no se tiene moral se es inmoral como amoral que, en general la mayoría lo es de una u otra forma haciendo el bien como el mal y, mentir es lo más práctico en el mundo y sobre todo el actual. ¿Quién no miente, existe?

Lo grandioso del ser humano es que somos contradictorios -de eso vivimos- y engañamos y mentimos, seria y juguetonamente. Dual particularmente satisfactorio pues, el mundo está empeñado en vivir a su manera, cada quien en lo suyo. Pero siempre hay el insatisfecho entre el bien y el mal, pero como eso no es mal de morir, a no ser que seamos rencorosos, otra particularidad del ser humano cuando, se dice, lo dije y no me acuerdo y, de allí viene la retórica del bien para aplacar el mal.

¿Pero se puede perder la moral sino se la tiene? Parece particularmente engañoso afincarse en esa pregunta y sobre todo los políticos que, jamás se queman sus manos porque hablan muy bien por su boca como el que dice esta boca no es mía y entonces se callan.

Otra cosa que pudiéramos preguntar: una persona que se asila como sea, tendrá moral al dejar su país por otro, aunque no esté haciendo bien o mal, pero afectivamente está perdiendo parte de sí y más cuando se debe políticamente a una colectividad y pudiera ser que bajo el efecto del miedo tenga que mentir como sería irse sin querer irse y, como la mentira tiene patas cortas, preferible es decir cualquiera cosa que pueda demostrar que la persona no es cobarde y tenga que apelar a la sabiduría de expresar cosas para tratar de tapar lo que otros no quieren oír y además, en esta vida no se puede complacer a otros con el bien y con el mal, sino con uno de los dos, es decir, con un sí o con un no como tabla de salvación, que quizás fue lo que hizo González Urrutia en la embajada española.

Entonces de acuerdo a lo antes expuesto, se pudiera afirmar que, González Urrutia hizo uso del bien para negar el mal o, utilizó el mal para negar el bien, por lo que posiblemente para él negar o afirmar es parte de su vida privada que sin ser político dentro de la política de MCM, lo pusieron a actuar y no supo actuar y, como su asesora es tan cruelmente errada como política con fama de inmoral como inconsciente, él en tal caso olvidó y no es ni lo uno ni lo otro o, quizás todo lo contrario, lo que no sabemos porque él mismo, se quedó callado y quizás pensó que, otro lance la primera piedra y como un obsesionado del bien como del mal posiblemente imaginó que lo coaccionaron por su bien que hasta brindaron con güisqui 12 años y tragaron chocolate venezolano y no suizo con mucha alegría que, ¡Viva España!, cuando, era por su mal y, como no hay mal que por bien no venga, coaccionado se quedó y así llegó a España y, hasta olvidó por su bien que quiso ser presidente de Venezuela que Maduro con mucho interés no lo dejó que, por su mal proceder firmó ebrio para afirmar cosas que algún día no habrá de arrepentirse aunque callado esté.

Lo que no han dicho los medios españoles es que, la primera llamada telefónica que le llegó a González Urrutia estando en España fue de Colombia de un tal Pedro Carmona Estanga (el breve), el primer presidente interino autojuramentado en Venezuela que, a lo mejor después de saludarlo le diría, por qué no te quedaste luchando en Venezuela como yo…, y él le respondería, me coaccionaron los hermanos Rodríguez -Jorge y Delcy- y ahora Maduro me dice que no tengo palabra ni moral y, hasta creerá que lo perdió todo sin haberlo ganado como asilado.

Esteban Rojas

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