Nicolás, tienes el poder institucional, la obligación constitucional y el claro derecho moral de proteger y resguardar a cada uno de los venezolanos, estén en los XXV estados de la patria que indiscutiblemente es de todos. Igualmente en cualquier país del planeta que haya una embajada de la República Bolivariana de Venezuela, debe ejercer sus funciones y proteger a sus nacionales. La inmensa mayoría de los países ya han conseguido extraer o mejor dicho, repatriar a todos sus conciudadanos de la zona de guerra y devueltos a sus países de origen, mientras los venezolano siguen esperando la ayuda humanitaria o simplemente cumplir con vuestras obligaciones de estado que nunca llega y aun espera. Que hacen y porque aún están en tierra, los 13 inmensos aviones de cargas, mejor conocidos como Hércules, de la Fuerza Armada Bolivariana, poseyendo altísimo riesgo de exterminio de miles de venezolanos en el Líbano.
Se presume que nuestro embajador en el Líbano, el ex general en jefe, Jesús Gregorio González, se encuentra con flujo o simplemente es un incapaz para las ocupaciones consulares. Supuestamente debería ser el representante y protector de los criollos dentro del Líbano, y no han ayudado a los desplazados venezolanos, más bien fueron burlados y desamparados a merced de los malnacidos bombardeos sionistas. No tiene la más mínima idea de cómo tratar a los indefensos y desplazados civiles, ya que está acostumbrado a dar órdenes a las tropas que deberían enfrentar la guerra y no huir. Una minoría de los venezolanos desalojados tuvieron que transportarse como sea y quien pueda cruzar el peligrosísimo tramo de Beirut hacia la embajada de RBV, en Siria, donde se sintieron en casa, la atención fue clara y el servicio recibida por su embajador José Gregoria Biomorgi, es agradecida su sinceridad.
Sorprendentemente y presumidamente el general Gonzales, se le ha visto en varias ocasiones, en el norte del país, nada menos que cómplice y coautor de los israelíes, en 1982 en la sangrienta masacre de Zabra y Chatila, Samir Geagea, representa un poco más del 35% de todos los cristianos en el país, mientras la totalidad de los católicos personifican el 25 % de los libaneses. Este asesino condenado por el atentado en la iglesia Saydet el Najat, fusilamientos de oficiales libaneses y asesinato del ex primer ministro, insólitamente está libre y peor aun ejerciendo. Declarado aliado del sionismo, insólitamente el general en jefe de la patria venezolana, se la pasa con este asesino y aliados de israel. Como fue que la cancillería no le habían preavisado de los buenos, malos y feos en el país donde ejercerá, porque el embajador no fue adiestrado y advertido, para no mezclarse con el enemigo que fueron expulsados de la tierra venezolana. Israel.
Líbano lamentablemente y dolorosamente es un país discriminatorio y racista por excelencia, en cambio nuestro patria caribeña gracias a Dios, no sufrimos de este mal. Sorprendentemente en vez de darles cátedras a los segregacionistas libaneses, nuestra embajada no se comportó como venezolanos, al contrario se infectaron de la misma peste racial, desde hace décadas solo contratan trabajadores casualmente de la creencia del con cañero homicida y minoría de los libaneses. Cuando un venezolano de nacimientos, criollo y de pura cepa, orgullosamente entra a su embajada, no siente el cambio, el ambiente etnográfico aún se traspira dentro del suelo venezolano. Más del 85% de los venezolanos no son de la misma creencia de los trabajadores libaneses dentro del consulado. Porque no se contratan originarias de todas las creencias, enseñar a los alumnos libaneses nuestra costumbre venezolana y humana, como ser libre de esta obtusa peste.
En conclusion la embajada de Venezuela en el Líbano, los criollos y criollas se sienten burlados, bailados y abandonados. Que espera la cancillería para salvaguardar las vidas de miles de desamparados y desprotegidos bajo los constantes bombardeos israelíes. No es una ayuda humanitaria, sino es una orden constitucional, cúmplase.