Este lunes, en el tradicional discurso de comienzos de año ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa Francisco pidió "un mayor compromiso de la comunidad internacional" con el derecho humanitario en un momento en el que no hay "una distinción entre los objetivos militares y civiles" y los conflictos "golpean indiscriminadamente a la población civil".
El pontífice, que se refirió a diferentes situaciones mundiales, mencionó que en el continente americano, "si bien no hay guerras abiertas", "existen fuertes tensiones entre algunos países, por ejemplo entre Venezuela y Guyana, mientras que en otros, como Perú, observamos fenómenos de polarización que socavan la armonía social y debilitan las instituciones democráticas".
Asimismo, se refirió a que "Ucrania y Gaza son una prueba evidente de esto. No debemos olvidar de que las violaciones graves del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra, y que no es suficiente con evidenciarlos, sino es necesario prevenirlos".
En su larga intervención, el pontífice, que volvió a apelar a una "política de desarme mundial" y al diálogo como "alma de la comunidad internacional", además de evitar "las colonizaciones" y "polarizaciones ideológicas", repasó la situación internacional, en particular las guerras de Gaza y Ucrania, para las que pidió un alto el fuego y el inicio de negociaciones.
"Reitero mi llamamiento a todas las partes implicadas para que acuerden un alto el fuego sobre todos los frentes, incluso en el Líbano, y para la inmediata liberación de todos los rehenes en Gaza" y "pido que la población palestina reciba las ayudas humanitarias y que los hospitales, las escuelas y los lugares de culto cuenten con toda la protección necesaria".
"Confío en que la comunidad internacional promueva con determinación la solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino, así como también un estatuto especial internacionalmente garantizado para la Ciudad de Jerusalén, de modo que israelíes y palestinos puedan por fin vivir en paz y con seguridad".
Además, la guerra en Gaza "desestabiliza ulteriormente una región frágil y cargada de tensiones", dijo, sin olvidarse del pueblo sirio, que "vive en la inestabilidad económica y política", como el libanés, al que dirigió "un pensamiento particular «con la esperanza de que (…) tenga pronto un presidente".
Con información de agencias.