Releyendo el libro "Hugo Chávez Mi Primera Vida Conversaciones con Ignacio Ramonet"(*) y escuchando al presidente Nicolás Maduro y a otros voceros del corpomilitarismo hablando respecto a la posibilidad que desde territorio colombiano se realicen algunas acciones de falsa bandera y mirando por los medios de comunicación social y redes sociales el panorama que a diario se presenta a lo largo y ancho de la frontera venezolana con Brasil y Colombia me pregunto que si la clase política gobernante en el país (corpomilitarismo) no se ha leído el libro arriba mencionado o si lo ha leído no ha analizado y contextualizado muchas de los elementos allí expresados por Hugo Chávez Frías.
Referente a la frontera se encuentra en el libro cosas interesantes y con mucha validez hoy día. Por ejemplo cuando Hugo Chávez Frías hace referencia a la tradición progresista de los militares latinoamericanos que intentaron avanzar en el establecimiento de un gobierno popular y progresista, entre ellos el gobierno general boliviano Juan José Torres (7 de octubre de 1970 - 21de agosto de 1971). Citando al general Torres, Chávez señala: "Tenia Torres una tesis interesantísima: el concepto de 'frontera interior'. El decía que hay que cuidar las fronteras exteriores, pero que la 'frontera interior' -el pueblo, la igualdad social, la justicia económica, el desarrollo- hay que cuidarla más todavía. Se pueden proteger muy protegidas las fronteras exteriores, pero si se descuida la 'frontera interior' aumenta la miseria y las injusticias, y estalla la sociedad..." (Ramonet, 2013)
Me pregunto será que los pensa de estudio de la "nueva" doctrina militar venezolana de la que tanto hacen eco los jefes del corpomilitarismo han leído el programa "Mandato Revolucionario de las Fuerzas Armadas" elaborado por el general Juan José Torres. Me hago la interrogante porque al pasearme por parte de territorio fronterizo y además cuando viajo más allá de la frontera -bien sea en transporte público o vehículo particular- encuentro puestos de control fijo militar o policial o puestos móviles que muchas veces no cuentan tan siguiera con una señalización (cono, aviso, mechurrio) donde se trata de la manera más descortés al ciudadano. Parece una competencia entre los componentes militares y policiales destacados en las alcabalas en cuanto al maltrato al ciudadano que se moviliza desde la frontera hasta cualquier sitio del territorio nacional. Al llegar a un puesto de control militar o policial lo primero que se le viene a la mente al ciudadano es "coño cuanto me irán a quitar estos zánganos", "hasta cuando carajo va a durar este martillo convertido en vulgar robo". Este pensar del ciudadano se debe a que desde el primer puesto de control ubicado en la frontera hasta llegar a Barinas, Lara, Portuguesa, Trujillo, Cojedes, Guárico... la pregunta es "de donde viene" "para donde va" y cuando el chofer responde que vine de la frontera de inmediato le ordenan ¡¡¡a la derecha!!! y ras allí viene el más vulgar de los pillajes. Por cualquier cosa que usted lleve debe pagar "la guía bolivariana" (así llaman al matraqueo) de lo contrario corre usted todo el riesgo de perder toda o parte de las cosas que allá comprado en el "otro cachete" -léase- medicina, comida, calzado, ropa, teléfono móvil, entre otros. Y si usted trae moneda extranjera de una lo pasan a un "cuartico" para que "soberanamente" entregue una parte de la divisa (dólar) que trae consigo y que adquirió después de una gran y a veces inhumano esfuerzo al vender lo único que tiene el pobre: la fuerza de trabajo.
Ni hablar de la vejación y humillación que a diario sufren los campesinos y productores agrícolas y pecuarios que viven en frontera a quienes sin ningún purito "nuestros abnegados guardianes fronterizos" le expropian desde un kilo de queso hasta un racimo de plátano o topocho -cuando "sale barato"-, dice el campesino o productor agrícola.
Esta situación viene generando una profunda arrechera en los sectores populares de la ciudad y el campo y la vaina es que no hay institución gubernamental (civil o militar) que dé respuesta satisfactoria a esta humillante situación.
La falta de respeto, el trato prepotente hacia el ciudadano de a pie hacen recordar el famoso y tenebroso Teatro de Operación N° 1 creado en el año 1995 durante el gobierno del chiripero (por cierto, apoyado por un porcentaje relativamente importante de civiles y militares que hoy ejercen funciones de gobierno "socialista" carajo) presidido por el Dr. Rafael Caldera donde la violación de los derechos humanos era la orden del día.
Hoy quienes viven en la frontera o pasan por ella por cualquier razón o circunstancia, no son acusados de "guerrilleros" como en los gobiernos del pacto de punto fijo. Hoy son llamados "bachaqueros" y por esa razón deben "bajarse de la mula". Mientras los que se lucran con el gran contrabando pasean "sin novedad" por este hermoso territorio.
Cuando oigo hablar a un alto jerarca del corpomilitarismo sobre el posible accionar de grupos paramilitares amparados por el gobierno del vice Iván Duque me pregunto: ¿Sera que esa situación real y precisa, no virtual ni es una falke new no es un terreno fértil para el posible accionar paramilitar? ¿O es que acaso la seguridad y defensa de la nación no tiene relación alguna con esta situación? ¿Es que los jefes de las ADI, REDI, ZODI, los alcaldes, gobernadores, constituyentes y demás gente influyente desconocen esta realidad o son cómplices silenciosos de la misma?
Resolver este drama-trauma en beneficio de los ciudadanos de a pie, abordar con sinceridad los viejos y nuevos problemas que se presentan en la frontera es sin duda un reto para quienes desde las altas esferas del corpomilitarismo hablan y hablan que el pueblo organizado vencerá cualquier intervención paramilitar auspiciada por Uribe-Duque-Bolsonaro y demás miembros del cartel de Lima, tutelados por Trump & Company.
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*Ramonet, Ignacio: Hugo Chávez Mi Primera Vida Conversaciones con Ignacio Ramonet. Vadelll Hermanos Editores. Caracas – Venezuela –Valencia 2013
