Yo no sé lo que valga mi vida

Kathy Mendoza está en el bar de la quinta Prohibido Olvidar. Pensativa, sentada en una silla Luis XV, piensa que algo raro le está pasando a su esposo Jean Brillembourg. Se levanta y toma una botella de coñac Remy Martin, se sirve un trago y va a la cditeca y busca allí las obras completas de José Alfredo Jiménez, coloca el CD en el novedoso aparato reproductor, y con el control remoto, va directo a la canción que le gusta. Y comienza a sonar Paloma Querida, y Kathy comienza a cantar con José Alfredo, “Yo no sé lo que valga mi vida, paloma querida, yo no sé si tu amor la reciba, pero yo te la quiera dejar”.

En el estudio, mientras escucha la segunda sinfonía de Mahler, Jean Brillembourg habla por uno de sus tres blackberrys. Su amigo Heiz Machado lo acaba de llamar preocupado porque le vendieron unos edificios, “en planos, claro, a un montón de gente de clase media, y ahora mi socio se fue del país y yo no sé quién va a correr con ese muerto, amigo Jean, te confieso que estoy asustado”. Jean baja el volumen de la música y le dice a su amigo Heinz: “No te preocupes, ahora la vaina es más fácil. La consigna entre nosotros es: Estafa a la clase media y échale la culpa al gobierno, es decir, al tirano. Después que los estafas, el dictador que corra con los gastos, y tú te fugas con el dinero de esos miserables que después no te van a denunciar, sino por el contrario, te van a defender, para eso tenemos nuestros medios, allí está Miguelito que te defiende”.

Heinz le agradece el consejo a su amigo Jean y se despide, ahora alegre, porque “es cierto esa vaina; Jean, yo los he visto defendiendo a Mezerhane después que los estafó y a Zuloaga después que les acaparó los vehículos y a la gente de Econoinvest después que los utilizaron como les dio la gana, gracias, amigo, voy a celebrar”.

Jean deja el celular en la mesita y escucha con atención que algo mexicano está sonando en el bar. Afina su oído musical y se dice: “Kathy no se olvida del José Alfredo, qué le pasará, mejor me acerco para averiguar”.

Cuando Jean entra al bar, ve a Kathy abrazando al aparato de sonido y cantando a coro con José Alfredo Jiménez: “Yo no sé lo que valga mi vida, pero yo te la quiera dejar”.- Jean se acerca y apaga el aparato de sonido. Abraza a Kathy y le quita el vaso donde todavía quedan restos de coñac. Ve la botella de Remy Martin que está casi vacía y se asombra. Y Kathy. Le dice. “Lo sé todo, Jean, estás enamorado de Kiki Aranguren, y por eso te arrecha que se acueste con un chavista”.

Y Jean la llevó a dormir.

robertomalaver@cantv.net



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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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