Con la convicción absoluta de que no ha existido un gobierno que haya distribuido la renta petrolera con más justicia social que el gobierno revolucionario del comandante presidente Chávez, y por que debemos asumir de una vez por todas la actitud y responsabilidad por la transformación de l@s ciudadan@s, es por lo que escribo esta reflexión.
Para
que el éxito de esta justa inclusión social continúe y sea sustentable
en el tiempo, hay que empezar primero por nosotros mismos. Necesario es
combatir la cultura del contra-valor con la que nos formaron como
mecanismo de dominación, elevar el nivel de conciencia y sin dudas,
encumbrar el nivel ideológico para alejarnos del pensamiento burgués
mezquino y avaro que termina por fomentar miseria, pues reproducimos y
alentamos los patrones contra los que estamos batallando, que lejos de
combatirlos, estos nos distancian del avanzar hacia el socialismo que
buscamos.
Siendo
que las misiones sociales son un mecanismo revolucionario que combaten
la inequidad heredada, es peligrosamente asombrosos como la expresión:
“Yo no me voy de mi barrio” ha tomado cuerpo entre l@s beneficiari@s
de la Gran Misión Vivienda (GMV). En la GMV se oye esta expresión en
compatriotas o no compatriotas que han sido beneficiados con la entrega
material de su casa o apartamento, llave en mano, completamente
equipada, quienes lo que terminan haciendo es
vendiendo,
alquilando, engordando o simplemente asumiendo la nueva vivienda como
un casa alterna a la cual darán diferentes destinos que no son de
justicia social.
No
generalizo, pero una sola de estas viviendas que pierda su objetivo
para el cual fue concebida, construida y destinada, ya resulta una
ruindad inadmisible en revolución. Aceptar un solo caso con conocimiento
de esta postura, inhumana y contra-revolucionaria es abrirle el albañal
por donde pudiera írsenos de las manos esta revolución desde todo puto
de vista.
El
estado y gobierno revolucionarios, la inteligencia social y el poder
popular deben agudizar sus sentidos y montar una cacería a est@s
irresponsables, así como hacer un seguimiento de estas viviendas
asignadas, ya que, como propiedad social que son, no deben de estar en
manos inescrupulos@s y contrarrevolucionari@s, sino, en manos de quien
verdaderamente las necesiten.
(*)Médico gastroenterólogo venezolano / Vocero de la CONAMEV