El Presidente camarada Nicolás Maduro anunció la detención, por actos de corrupción o robo de 84 millones de bolívares fuertes, a siete miembros del Partido Primero Justicia. En una Revolución que lleva 14 años gobernando eso debería causar un asombro y estupor: no por el robo sino por quiénes lo ejecutaron. Nada más y nada menos que el robo se produjo en el Fondo Chino-Venezolano y Bandes. ¿Quién puede explicar tamaño entarimado?
Los ladrones no sustrajeron el dinero de una empresa privada ni tampoco de la bóveda o el cajero de un banco. No hubo violencia sino inteligencia; no hubo amenazas sino astucia, no hubo bobadas sino marramuncias, no hubo perfección pero seguro sí complicidad. No es un simple acto de corrupción, porque éste hubiese sido si los ladrones pertenecieran a las filas del PSUV o de algún otro partido del Gran Polo Patriótico. Ese robo es ideal para hacerse preguntas de las mil lochas. ¿Quiénes permitieron que entrasen los siete miembros de Primero Justicia en ese género de negocios que tienen los Estados chino y venezolano y cómo estiraron sus manos a las arcas de Bandes, que es del Estado venezolano? ¿Será que cachicamo –ente del Estado- está trabajando para lapa –PJ-
El Fondo chino es un “… Fondo de Cooperación Binacional para el financiamiento de proyectos en Venezuela”. Se creó con aportes o dinero del Banco de Desarrollo Chino y de FONDEN, administrados por medio de Bandes. Se entiende que allí el dinero es de dos Estados destinado para el financiamiento, solidaridad técnica y cooperación tanto en lo nacional como lo internacional. Un dinero del Estado y más cuando hay otro Estado comprometido en alianza, se supone, debe ser administrado con una pulcritud que sea ejemplar y de combate ante tantas especulaciones y usuras de la banca privada. Dinero para el desarrollo, lo cual debe convertirlo en intocable para esas manos peludas que lo desvían para enriquecimiento de sus arcas personales.
La transición del capitalismo al socialismo necesita, entre otras cosas, un manejo riguroso, honesto, pulcro, efectivo de los dineros del Estado para que el beneficio sea, fundamentalmente, social y no privado. Una vez pasada la raya de esa transición, el Estado debe ser el principal monopolista, en este caso, bancario. De lo contrario, corre el riesgo que los dineros públicos sean desviados de curso o cauce y terminen perteneciendo a pequeñas elites económicas que harán todo lo posible por derrumbar a los elementos socialistas para que vuelvan los capitalistas mucho más fuertes que antes. Si algo cobra, para la construcción del socialismo, importancia capital en una Revolución Socialista es un sistema sólido y fuerte de la moneda. El dinero, como duende, lo tendremos en casi toda la fase socialista hasta que ejerciendo la sociedad la administración social por sí misma soterre para siempre las clases, el Estado y sus primordiales aditamentos.
Cuando un Gobierno revolucionario se ve en la necesidad de anunciar la detención de un grupo de corruptos en una de sus instituciones esenciales, de esas que tienen que ver con el manejo de los dineros públicos para inversiones en diversos campos, es que internamente hay células cancerígenas que deben ser extirpadas. Pero cuando el mismo se ve en la necesidad de anunciar que los corruptos o ladrones no pertenecen a las filas del Gobierno es porque internamente existe el profundo peligro de que el cáncer se esté expandiendo o convirtiendo en metástasis.
¿A qué obliga eso a un Gobierno revolucionario? Antes del anuncio de la detención de los enemigos infiltrados ha debido producirse un revolcón tanto en el Fondo chino como en Bandes. Revolcón de raíz donde participen los más preparados, claros y fieles agentes de seguridad al Proceso Bolivariano para que ningún detalle se escape. Nadie puede creer que los siete enemigos entraron simplemente por buen currículo y que hayan actuado aislados del entorno gerencial y de seguridad. No estamos diciendo que no haya enemigos honestos, pero se trata de los dineros de la nación y no de una empresa en particular. En la Rusia de Lenin, en el Vietnam de Ho Chi Ming, en la Cuba de Fidel, sin que estemos proponiendo copia textual, hubiesen rodados cabezas como ruedan las piedras en río que suena.
Un anuncio de esa naturaleza debe ir acompañado de otra importante información, es decir, de la buena nueva que el Gobierno ha hecho una limpieza en esas instituciones para que nunca jamás vuelvan a darse casos de corrupción como el que llevó –supuestamente y decimos así porque no somos ni jueces ni fiscales ni miembros de organismos de seguridad del Estado para tener la información exacta- a siete miembros de Primero Justicia –precisamente- a las manos de la justicia y respondan por el robo millonario que le hicieron al Fondo chino y a Bandes. De no ser así, mucha gente terminará creyendo en cosas que no se deberían creer y que dañan la imagen del Gobierno. Menos mal que, por lo menos, se han realizado otras detenciones por corrupción lo que evidencia que sí existe la intención de combatir ese flagelo que enriquece a unos pocos a costilla de los dineros públicos que pertenecen al pueblo.
El Pueblo Avanza (EPA) se solidariza con todas las decisiones o acciones del Gobierno que preside el camarada Maduro que tengan que ver con la lucha implacable contra la corrupción. Pero ello es sólo un importante elemento. El otro combate que debe emprender el Gobierno es la lucha efectiva contra el burocratismo porque éste es el padre de la corrupción si se deja galopar y abarcar demasiados espacios en un proceso revolucionario.