Cuando comenzó a hablarse del sacudón por parte del presidente Nicolás Maduro, la primera asomada del mismo ocurrió en el Ministerio de Agricultura y Tierras, sobre todo un organismo tan importante para la revolución como es el Instituto Nacional de Tierras. Efectivamente, el INTI tiene como finalidad tiene la reorganización, redistribución de las tierras y regularización de la posesión de las mismas, así como también corresponde a este Instituto otorgar, renovar y revocar certificados de clasificación de fincas en los cuales se determinara su condición finca productiva, finca mejorable o finca ociosa. Conocer, decidir y revocar la procedencia de adjudicación de tierra; otorgar los títulos de adjudicación permanentes establecer los proyecto de mejoramientos de tierras adjudicadas que deben cumplirse a los fines de hacerla productiva; ordenar la apertura de procedimiento de expropiación en sus fases Administrativo y solicitar en sede Judicial, llevar el registro agrario de tierras y agua.
Obsérvese la importancia estratégica de dicho instancia de gobierno, creada en la ley de Tierras y Desarrollo Agrario (tan cara al comandante Hugo Chávez), pero que ha tenido pésimas gestiones en los últimos años.
De allí que la remoción de William Gudiño ni fue una sorpresa, más en el marco del “sacudón” cuando el mismo Presidente Nicolás Maduro firmó la destitución de este funcionario, pero colocó en el INTI otra figura gris que no augura tampoco nada positivo. Lamentablemente, varios presidentes del INTi lo han usado para financiar grupos de poder para controlar movimientos campesinos y cogerse cuotas de poder, tanto parlamentarias como económicas.
Es por ello que hace falta en dicha institución personas al frente de la misma con condiciones técnicas, conocimiento del agro venezolano y suficiente cualidad revolucionaria, que la coloque al servicio de la nación, de la revolución y no de grupos particulares como Wiliam Gudiño, quien se aprovechó de la presidencia en el INTI para hacer gala del nepotismo tantas veces cuestionado (su esposa era la Vicepresidenta o Gerente General del mismo), pero más que eso, para impulsar su proyecto de Red de Comuneros, usando los recursos del gobierno.
No dudamos de que Gudiño sea un revolucionario, pero erró al desviar los objetivos del INTi y colocarlos al servicio de una parcialidad política, gastando en ello millones de bolívares del erario público. Espero se entienda que una cosa son las organizaciones sociales que apoyan la revolución y otra usar los recursos del gobierno o del estado para financiar sus actividades. Eso no lo puede hacer ni el PSUV.
En eso debe estar pendiente el gobierno bolivariano ahora en manos del Presidente Nicolás Maduro quien ha entendido que su rol ahora no es sólo la conducción de la nave venezolana con inteligencia y mano firme, sino haciendo gala de la honestidad revolucionaria que tanta falta hace en el chavismo para seguir el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez.
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¡¡Con Chávez todo; sin Chávez nada!!