En esta oportunidad y por lo grave del asunto, voy a referirme a un problema que vive el venezolano común, es un referente dañino para la revolución. Cosas como las que narro en esta oportunidad deben corregirse de inmediato, no esperar y reflexionar. Por los detalles como esto, se no esta acabando el denominado Proceso.
No hay una persona en Venezuela que no haya vivido una experiencia de lo “malo” que funciona el servicio bancario en el país. Por lo general, todas las oficinas de los bancos (públicos y privados) tienen de 5 a 20 taquillas, de las cuales funcionan dos o tres, las demás están cerradas. Los justificativos son diversos “salió almorzar, cuadrando cuentas, atendiendo clientes específicos (adulto mayor, misiones, chinos, gringos, árabes, colombianos, entre otros) o simplemente no hay personal”. Algo inexplicable y absurdo.
Aunque, la implementación y avance de las TIC (banca en línea) e inteligencia digital (cajeros automáticos) en la banca, han reducido estos desmanes, tampoco es la solución definitiva. Los venezolanos de a pie, están condenados por la banca a sufrir en grandes colas en sus transacciones y servicios solicitados. En temporadas decembrinas o asueto, este drama se complica más, lo que deja como evidencia una carencia de sensibilidad a la hora de administrar el servicio financiero. Un dato importante, los bancos estuvieron repletos a causa del retiro (cobro) de los beneficios otorgados por el gobierno nacional y la circulación de dinero por múltiples vías. Señal de una remembranza económica y despliegue de circulación monetaria constante y permanente.
También es propicio reseñar que hay un franco deterioro de los servicios que prestan los bancos venezolanos, paulatinamente los cajeros automáticos se dañan o están cerrados en sus sistemas operativos, a pesar de ser pocos (en la mayoría de los casos). Las oficinas donde tienden a buscar mejoras (ampliación y estética), pareciera que no se piensan en el ser humano como tal, sino, en lo mero transitivo; colocan cajeros modernos en lugares cerrados, alegando una fulana seguridad y horarios especiales, lo que hace mas acuesta arriba el servicio a las personas; prosiguen las colas y colas, lo que dificulta y hace que la gente se arreche. Somos pocos y pario la vuela. Situación que me hace trasladar a los años 90, cuando se llego a decir que todo lo público no sirvia, con la simple consigna de privatizarnos la banca, no quisiera ni pensarlo, cuidado, detrás hay signos de eso. En esta primera reflexión vale la pena preguntarse ¿Quiénes piensan la banca en Venezuela? ¿En manos de quién esta el servicio financiero del país? ¿A caso esos detalles (atención y buen servicio, eficacia y eficiencia), no determina el accionar de la gente? ¿Podemos pensar en la persona primero y luego en la mercancía, sistemas de inversión, ganancias y valores de cambio?
Ahora bien, para simplificar mejor el tema, voy a relatar una anécdota o vivencia sentida y, que sirva como experiencia de análisis a fin de corregir. Es un aspecto sencillo, pero, en el detalle se nos esta desviando los procesos para la consolidación de la Patria.
En esta semana, acudí a una agencia bancaria a realizar una transacción, poco lo hago, ya que soy un asalariado y tan solo me limito a retirar mis quincenas por un cajero automático para cancelar mis servicios básicos de subsistencia y demás operaciones. Pero, se me daño el chip de la tarjeta de debito, y no me quedo otra que ir a un banco a solucionar. Como estoy en un pueblo, tuve que trasladarme a la ciudad más cercana. Como todo se piensa desde la ciudad, estos servicios tiende ampliarse más en esos lugares, sin proyectar, que la gente se reproduce en todas partes y más ahora en revolución.
Llegue temprano a la oficina bancaria de mi pueblo (6:00 a.m), pero, había demasiada gente (150 personas). Decidí viajar a la ciudad (tres horas) a buscar una oficina menos colapsada. Al llegar note que habían más colas que la ONA, pero, ordenadas por servicio. No me quedo de otra, empecé hacer mi cola, exactamente a las 10:04 a.m. (fuera de la entidad bancaria); observe, como cosa extraña los cajeros dañados. Delante tenia 34 personas de un lado y por las otras, 75 personas entre misioneros, adulto mayor y clientes “especiales”. Al cabo de 2 horas 56 minutos logre llegar a la puerta del banco, ahí logre ver con detenimiento los modus operantes del servicio y la formas como se empodero esta operatividad en Venezuela, producto de la guerra económica, sin lugar a dudas.
Un vigilante muy celoso de su “servicio”, abría y cerraba la puerta de acceso, metía una llave y destrancaba cada vez que lo solicitaba (por cuestiones del destino la puerta estaba dañada). En los 45 minutos que estuve de primero en la puerta (parte externa), observé cosas como: un joven, dijo ser acompañante de un abuelo y paso, luego una señora paso preguntando por una tal “lisbet”, después un hombre con gesto amenazante y con bauches en la mano, más fajo de billetes en su franela, alegando peligro, accesó. Más tarde una abuelita que estaba recién operada a según, pasó, seguidamente dos mujeres embarazadas hicieron lo mismo, al rato un chino se presento y asintió “voy con jefa” y también, completo este grupo, una dama robusta y bella que logro impactar al cautivo vigilante, y entró. En menos de 20 minutos y frente a mis narices se coló ese pocotón de gente, ante la sagacidad del vigilante que justificaba todo con una habilidad asombrosa a los presentes. Atrás una señora refunfuñaba “hagan la cola no joda, no se dejen colear”, pero, no pasaba de allí. Me límite a soportar y aguante la pela, resistí aquella infamia y tan solo miraba el cielo, armándome de paciencia. A las 12:35, logre pasar, pero, adentro había otra cola, exactamente conté 46 personas esperando ser atendidos por dos colas. Lo de costumbre, cinco taquillas, dos funcionando (uno para el público y otros para tercera edad). Pregunte al vigilante el porque de la situación y me contestó “… los cajeros están almorzando y otros están de reposo y, la gerente, es aquella que usted ve al fondo, esa catira, pero, no se le acerque porque esta demasiado full, tiene la sala de espera ful gente, y me imagino que no te atiende…”. Para pasar el trago amargo, empecé un dialogo con una abuelita y en el transcurso de ese tiempo, logre captar como el vigilante pasaba más gente y dejaba cheques, planillas y copias de cedulas en la taquilla que me tocaba. La promotora, la tal “Lisbet”, se paseaba de un lugar a otro, con un montón de papeles. Al rato, legaron unos fulanos y, inmediato empezaron agilizar los procesos de atención. ¡Bingo! eran los recién llegados, pasaron de primero, lo despechaban en segundos. Fácil, el vigilante con un teléfono inteligente, fajado enviando mensaje “vengase” y la promotora “Lisbet” agilizando todo el papeleo (apresuraba por su hora de almuerzo) concretaba aquella acción de la manera eficiente. La mayor desfachatez, resultó que gran parte de esa gente eran los que habían trabajado en las mesas el 6D, no hacian cola, lo tenían controlado. Tenían cuadrado todo para pasar directo a cobrar. No joda con razón nos jodieron. Seguí aguantando y pude observar a otro señor denominado “cliente especial”, hizo un cheque frente a todos, lo paso a la cajera y a los 10 minutos lo llamó, le entregaron un montón de plata, la misma de nombre Lisbet, que salió despabilada almorzar, dejando el verguero al vigilante y la cajera. La gente empezó a chillar y el vigilante con voz tosca dijo “hagan silencio, sino, los mando a sacar, de inmediato”, por arte de magia se fue la línea, tuvimos que esperar media hora, muchos se fueron arrechos, otros igual que mi persona, aguantamos. Llego la fulana línea y la operatividad del servicio se activo. Cuando me toco el turno y logre pasar a la taquilla, pude ver a la persona que fungía como cajera, una joven muy bien maquillada. Con voz tosca y si mirarme dijo “A la orden”. Dije lo que tenia que hacer y pidió copia de cedula, entregue una tamaño normal, objetó, “Esta no te sirve, debe sacar una tamaño carta y volver”. Observe una cadena de cheques y transacciones en su mesa que le daba curso de manera rápida y precipitada. Hasta ahí, me colme de la paciencia y empecé a entablar un dialogo con la exuberante mujer.
- Perdón, usted me va a devolver por eso, si usted acaba de despachar a una persona que le hizo entrega con una copia de cedula del mismo tamaño.
- No se, son ordenes de la gerencia- contestó, sin mirarme.
- Aja y dónde esta la gerente para hablar con ella – repliqué.
Cabizbaja respondió -Mi amor, espérate un momentico ya te atiendo sip…Mientras no dejaba pasar cheque tras cheque y enviar mensajes de texto de un celular. Paso como tres cheques y plata y, luego me ordeno colocar el dedo en el capta huella y un lápiz para firmar. Como se dio cuenta de la molestia en mi cara, empezó a ser referentes de la navidad y buscarme conversa. Y eso, permitió entrar en mi desahogo con unas palabras suaves, pero firmes y tajantes. Aquí el resumen.
Usted, es muy bella, para que este haciendo eso.
-¿Qué estoy haciendo?
Radicalmente y voz tenue conteste: Corrupción, burocracia y tráfico de influencias. Eso tipificado en la ley es delito. Puedes ir presa y hasta fusilada.
-¿Qué estoy haciendo, según usted?- respondió.
-Eso que estas haciendo allí con esos cheques y lo que el vigilante le esta pasando a cada rato. ¿Qué pasa si voy para donde su jefe y le cuento eso? Además hice una grabación en mi celular como prueba.
- Nada, estoy curada… ya te estoy atendiendo chico.
Con tono suave, pero, estable, dije: Usted es una delincuente en potencia a pesar de ser bonita. Eres una bella sin alma y si fuera su jefe, te ahorcara.
- ¿Cómo así mi niño?-respondió.
-No te hagas, usted se da cuenta lo qué estas haciendo, la gente se arrecha. Por personas como usted, es que nos jodieron el 6D.
- Ja, ja, ja, usted es un chavista dolido, no me hagas reír, aterrice, tenemos cambio, amárrese la lengua de los zapatos mejor.
-Y usted debe ser escuálida, lo más humillante es que tu, es que trabaja en una institución hecha por los Chavistas. Si el gobierno bolivariano se acaba, usted la botan de aquí o desaparece.
- Gua, eso es pendejada, esto va ser como el banco tal… (Privado), mejor para nosotros, vamos a tener mayor beneficio. Ojala usted, supiera como se jode uno en este banco.
Con más vehemencia, asenté: - Definitivamente, usted es una ignorante y de paso corrupta, rapaz, reptil con patas…
- Llore y sufra callado, ahora debe esperar por la transacción, respondió con voz irónica.
- Aja te voy a esperar mujer del diablo, pero, como todo un Angel guardian, te acompañare diciéndote que ojala te pase un carro por encima, te muela en pedacitos y sirva de camino para pisarte como una mierda y de paso, los perros te men todos los días…..
- Este bravo joven, voy a llamar al vigilante…Sonriendo, pero picada
- Bravos son los animales, ando molesto como todo ser humano. Llama al que usted le de la gana, usted y el vigilante se comunican por ese teléfono y andan montados en una corrupción. Te reto que lo haga y salgo ahorita a la defensoría y fiscalía, y por dios y mi madre que hago que te metan presa.
- Para lo que a mi me asusta eso, contesto. Hubo un cambio de color y sonrojo, pero, seguí con mi chachara…..
- Usted, es una especie de vampiro, avispa mata perro que hasta por el olor se petrifica en la basura, a pesar de su aspecto físico, no mereces ser mujer e hija de otra, eres el estiércol del capital.
- Aaaah señor deja la vaina aquí esta su plata, váyase.
- Pues no me voy, refute, hasta que no descargue las 4 horas y pico que me hiciste esperar y bla bla. La mujer se paro, fue y regreso con un café en la mano. De inmediato saque un cheque en blanco y le dije ahora voy a depositar esto. Y continúe a darle más chachara, se fue la luz y coño….
Mi desahogo y éxtasis duro poco, pero, hasta las 4:30 p.m., hora que logre salir. Mire por el vidrio externo, estaba el vigilante hablando con la cajera que fingía “llorosa”, a lo sumo estaba la recién llegada de almorzar, la tal Lisbet; mirando feo. Igual me aleje con una satisfacción del carajo. Al trasladarme a mi casa a tres horas de camino, en un sitio inusual había una alcabala de la policía, nos bajaron a todos (as) e hicieron la inspección de los bolsos, petacas y coalas. Note que un policía le dijo al otro “llama a su hermana que aquí no va ningún camisa de cuadros y con gorra roja”. Sorpresa esa era yo, pues, me había puesto mi suéter y cubría mi camisa descripta por el policía y la gorra la había dejado en el banco, pues, no se podía entrar con gorra y se me olvidó allá en la casilla del vigilante. Hasta donde llega la situación, increíble.
Parte de mi relato, queridos (as) lectores (as), para que puedan observar hasta que punto un detalle como este corrompe y a la vez enlaza la delincuencia en red de un proceso social, espacio que ha tomado la derecha en este país para operar. Lo que me permite contextualizar como están las relaciones sociales y como se establecen en el común. Parte de eso, nos jodió el 6D, producto y causa fundamental de una estrategia que hizo y viene implementado la Oposición en Venezuela para todas las áreas, una red fortalecida y alimentada a diario, a punto de plata, trafico de influencias y nepotismo.