“El pueblo es sabio y paciente,… ,… Dicen que llegó la hora para ponernos contentos, murió Bolívar ayer (y Chávez) pero hoy viene de regreso. Vámonos pa allá, vamos a su encuentro” Alí Primera
La solución de esta profunda crisis económica está en lo que podamos hacer los revolucionarios de a pie por superarla, por transformar la coyuntura actual estructuralmente para que lo que nos condujo a ella no continúe ni se repita, por ello, pretender que la Asamblea Nacional Constituyente por redactar una nueva constitución pueda sacarnos de esta grave situación es responsabilizar a la constitución del 99 de la coyuntura actual y eso sería nuestro mayor sacrilegio.
Sería pretender borrar la responsabilidad de la derecha terrorista que desestabiliza nuestra economía integralmente desde adentro y desde afuera con ataques al precio de los hidrocarburos con el Fraking y sus guerras del petróleo, con el ataque a la moneda por devaluaciones provocadas políticamente, por presiones de las evaluadoras de riesgos, con desabastecimiento e inflación forzadas por el acaparamiento, contrabando, paralización de la producción, distribución paralela de los productos en el mercado ilegal, con el terrorismo político que obstaculiza cualquier iniciativa del gobierno por salir adelante.
Sería también obviar la responsabilidad de los corruptos que dilapidaron ingentes recursos en divisas robando, apoyando el robo o dejando robar, de nuestras políticas que no fueron capaces de anticipar el derrumbe de nuestra economía rentista, de las mafias sectaristas que prefieren incondicionales nefastos en cargos de dirección que excelentes servidores que no tributen a sus tribus, de los que en su empeño de “servir como un soldado” asumen más responsabilidades de las que humanamente pueden asumir y permanecen indiferentes ante el desastre de gestión que saben están haciendo, de aquellos que por “estar profundamente comprometidos con la revolución” en lugar de servir, se sirven de la revolución ocupando cargos que no ejercen sino los 15 y último.
Sería desconocer que traiciones como la de la fiscal la cocinamos desde el chavismo, que nunca se hizo nada en contra de ella cuando fue incapaz de encausar a alguno de los corruptos Cadivistas, presumiblemente por negociaciones estratosféricas (lejos del alcance de los venezolanos de a pie) que permitieron que la cúpula partidista nos impusiera a un German Ferrer, esposo de la fiscal (y quien sabe cuantos más), como diputado recostado a un revolucionario a toda prueba como Julio Chávez en Lara.
Sería asumir la posición cómoda de echarle la culpa a la “burocracia”, a los “enchufados”, a los “corruptos” pero que como poder popular organizado, como poder que ejerce su soberanía de manera directa a través de la constitución y la leyes y de manera indirecta eligiendo a quienes se encargarían de poner al poder constituido a la subordinación del pueblo, no hemos sido capaces de ejercer ese rol protagonista, quedándonos en la quejadera individual o saltando la talanquera a la “otra izquierda” que sin querer queriendo juega para la derecha, dejando que sea “el buró” o el líder del “sector de tal” quienes ejerzan el papel protagónico.
La buena voluntad y disposición del presidente Maduro (y buena parte de su equipo), quien le ha echado un camión para avanzar en contra del peor ataque de la derecha y ahora de los “chavistas cínicos y traidores”, no es suficiente para construir patria con el petróleo a 40$. Es la voluntad del pueblo hecha fuerza participativa desde la organización y la acción revolucionaria la que puede impulsar “el sacudón” que la revolución necesita y que mejor oportunidad que la Asamblea Nacional Constituyente para construir un plataforma de lucha independiente, revolucionaria y valga la redundancia crítica pero leal, capaz de superar a los vividores de siempre, a los sectarios, a los de muy buena voluntad pero de poca capacidad, que desde la ANC corrija los gazapos capitalistas escondidos en la constitución del 99, incorpore nuevos elementos revolucionarios surgidos del combate, pero sobre todo reconfigure el liderazgo de la revolución con cuadros surgidos de sus luchas colectivas, con cultura de construcción colectiva, capaces de actuar obedeciendo al colectivo que los impulsa.
Bien pendejos seremos si permitimos que nos impongan las maquinarias que ganan elecciones pero que pierden pueblo, si seguimos creyendo que los paracaidistas bien promovidos, que los “cuadros” de otros y no los del pueblo son los que van a rectificar el rumbo a nuestro favor, si así actuamos, entonces no hemos dejado de ser adecos y copeyanos por dentro y Chávez aró en el mar. Estoy convencido que así no será porque el pueblo manso ya es montarás.