Parafraseando un poco parte de las palabras claves del nuevo Ministro y Presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, este señaló hace varios días, que si alguien se había desviado del camino de la revolución, este no era un representante de la mayoría de la clase trabajadora de esta empresa. No deja de ser evidentemente interesante dicha reflexión, y más allá de los últimos escándalos de corrupción y sobre todo el caso evidentemente de traición a la patria ligado a CITGO. La reflexión de Quevedo, que a bien se trae a colación, ataca en términos concretos aquello que dentro de la comunicación se le conoce como "las generalizaciones indebidas". Sin embargo, respecto a las generalizaciones, y sobre todo sobre el terreno mediático, el simbolismo que ha estado presente en el último año sobre la principal industria, puede darse una línea muy delgada entre el debido proceso, y el "dispare primero y averigüe después".
Desde lo más reciente, ha sido el balance positivo la conquista de la colina (PDVSA), de parte del sector castrense. Se dirá en este caso "el sector" en singular, aunque se trata de varios, pero a lo interno estos manejan sus contradicciones con una política de altura, sin redes sociales, sin micrófonos, sin escritos. Si señores, se trata de un balance positivo, que como diría Recursos Humanos en la Campiña, "muy por encima de lo esperado". Superada la salida de Ramírez en lo que se conoció como el sacudón, los desfiles de autoridades fueron inciertos y llenos de forcejeos vánales que inevitablemente culmino en el resultado ya conocido. La creación de la vicepresidencia ejecutiva, (en tiempos de Eulogio) y poner en este rol, junto a vicepresidencias medulares de la Junta Directiva de PDVSA en manos de oficiales representaba, la sublime intervención de la Industria de parte de los militares. CAMIMPEG, apenas ha sido un proyecto en construcción, pero PDVSA, un objetivo a conquistar. Esperemos que sea una cuestión coyuntural, a menos que se esté pensando seriamente, graduar oficiales como "Licenciados en Artes Militares, Mención PDVSA" (CAMIMPEG, la OLP que requiere PDVSA : https://www.aporrea.org/contraloria/a235466.html).
Los seguidores de Eulogio y Nelson, se disputaban por negarse unos a otros, y además renegar de Ramírez, y vociferar en su ausencia lo que nunca le dijeron en su cara, al punto inclusive de atacarse, excluirse, aislarse y hasta usar las jubilaciones como acciones políticas. Mientras esto ocurría en el seno de quienes "aparentemente" rescataron la industria del sabotaje petrolero de 2002, para convertirla en la PDVSA Roja Rojita, el sector castrense, o pudiera decirse "el partido de cuadros", avanzaba en la toma del Poder en PDVSA. De los castrenses poco se escuchan, pero también se debe decir que cuando se exhiben por la TV, o en público manifiestan carencias sobre el negocio de los hidrocarburos, pero eso no ha sido inconveniente para la hegemonía construida. Ahora se espera que las 800 viviendas de Quevedo en la Gran Misión Vivienda Venezuela en casi un año, se pueden "convertir" en más de un millón de barriles menos que Eulogio le dejo como legado a Nelson "el breve".
Vientos de cacería de bruja estiman algunos, Judas y mas Judas deambulan en aras de demarcarse, además se está invitando a los trabajadores a formar parte de esta cacería, pudiéndose instalar de manera irresponsable, una forma de conducción y de hacer política poco constructiva, y más aún cuando la fuga de talentos es escandalosa. Cuando la gallera, los aplausos, las consignas, el bululú se impone frente al debate y el raciocinio las consecuencias pueden ser catastróficas, y PDVSA no puede hoy más que nunca darse ningún tipo de lujo, y menos de improvisaciones.
Chávez en su momento, reconoció que no debió despedir a los conspiradores por su programa, con un pito, cuando no se reconocía la Junta Directiva puesta por Miraflores presidida por Gastón Parra. Desde la primera magistratura, haberlos despedido así, si bien puede ser "de forma" no queda simbólicamente bien posicionado ante las masas desde el uso del PODER. Todo corrupto debe asumir su responsabilidades, con su debido proceso sin necesidad de caer en un reality show, ya que estaríamos reproduciendo lo que estamos cansados de denunciar que hacen en contra de nuestra patria. De allí la importancia que esperemos que sea más que simbólica la presencia de Alí Rodríguez, se espera que sea más beligerante en sus planteamientos, y no se transforme análogamente en "la presidencia como acción dorada, de las asociaciones estratégicas", en tiempos de la neoliberal Apertura Petrolera de la cuarta, donde el verdadero gobierno de facto era impuesto por el capital transnacional.
Se espera además que esa misma eficiencia en el ataque a la corrupción, el Fiscal, puede mirar un poco hacia las fronteras e identificar el desangre a la nación, que se pueda revisar puertos, aeropuertos y aduanas, además pasearse por la banca, revisar la deuda de la burguesía por los dólares asignados, que se investigue las responsabilidades en el manejo de la infraestructura de alimentación creada por Chávez y que hoy se pretende privatizar. Allí de seguro puede haber, coima, rebusque, peaje, tajada, guiso, cuanto hay pa´eso, propinas, y sobre todo desmoralización. Esperemos Sr Fiscal que cuando pueda indagar sobre las campañas electorales, no se sorprenda si en su propia campaña a gobernador recibió apoyo de PDVSA. Si la selectividad en el ataque a la corrupción se sigue evidenciando, tendrá razón Douglas Bravo cuando dice: "A nadie le cabe duda que lo que pasa en PDVSA es un ajuste de cuentas por el reparto del Botín (con implicaciones políticos partidistas PSUV y acomodo en el saqueo GNB).
En esta revolución, más de un dirigente hizo muchas cosas para quedar bien con Chávez, y este sabía muy bien que lidiaba con dirigentes que se enfrentaban entre sí, pero su liderazgo se imponía...Ahora en tiempos de Maduro, al parecer está prelando, más que el liderazgo la construcción de hegemonía. Toca esperar que lancen la primera piedra los no pecadores.