No hay forma de que pueda entender que sucedió con el sistema de transporte público que hace apenas dos años comenzó a funcionar bajo la mirada incrédula y agradecida de los aragüeños. Se inauguro con bombos y platillos, vino el presidente y sonaron bandas marciales. -Al fin apareció un gobierno que le pusiera remedio al caos del transporte público del eje Maracay-Cagua, se dijo la gente. Los "rojitos", como fueron bautizados, se convirtieron en las delicias de los jubilados, estudiantes, profesionales obreros, amas de casa, y hasta los llamados escuálidos tuvieron que morderse la lengua y hacer uso de ellos por lo cómodo, económico, y seguro del viaje.
Poco duró el sueño. El caos del transporte público actual de Maracay nada tiene que envidiarle al peor de la cuarta republica. El sistema transmaracay-transaragua es hoy un autentico caótico e insufrible cascaron vacio, sistema de tortura que habrían envidiado los nazis para transportar judíos a las cámaras de gas. Interminables e indescifrables colas para esperar sin información adecuada para el acceso a los buses. Las pocas unidades que aun circulan parecen que vienen de regreso de la guerra de Irak. Buses repletos a reventar de pasajeros, ventanales sin vidrios, aire acondicionado dañado, sistema digital de cobros inexistente, paradas programadas olvidadas, tarifa de tres mil bolívares en efectivo para todo el mundo (pague ayer al viajar de Cagua a Maracay, siendo de la tercera edad). La vía acondicionada para la circulación de las unidades, que corre por el canal del centro de la Ave. Constitución está totalmente inservible, con los pasos por las estaciones inutilizables.
-Son órdenes de Marco Torres, gruño el conductor cuando le reclamé que por ser de la tercera edad podía pagar medio pasaje; originalmente la tercera edad estaba exenta de pagar pasaje. - Son órdenes nuevas- dijo, -no hay dinero para el mantenimiento Todos tienen que pagar. Si quiere se baja y se sube a los camiones privados y paga cinco mil. Así si va a estar contento, añadió. No sabía yo, no se lo oí decir al hoy nuevo gobernador de Aragua en su campaña electoral, que impondría un paquetazo neoliberal para el mantenimiento de transaragua.
El terminal de San Jacinto, después de todo el tiempo que tiene en funcionamiento, desde la inauguración del sistema, es muestra del caos operativo, de la ineficiencia, de la falta de gerencia, de todo aquello que se necesita pues, para que algo no funcione como debiera. El piso es de tierra con un millón de cráteres, -pobres autobuses, cómo sufren los cauchos que cuestan millones. Porqué no hay un hangar gigante, techado, atendido con suficientes técnicos mecánicos que mantengan operativas las unidades? Porqué había que esperar a que se llegara a un estado caótico como el actual para iniciar una "recuperación " innecesaria y millonaria por no haber establecido un programa de mantenimiento idóneo? , a todas estas si es que lo piensan realizar.
La guerra económica no parece ser la excusa. Los buses y la tecnología son chinos. Que yo sepa China no nos ha sometido a una guerra económica ni nos niega repuestos, o si? Me parece que es la muestra más cruda de la ineficiencia gerencial de la revolución en Aragua. Seamos autocríticos si queremos mejorar, y reconozcamos los errores cometidos parar poder corregirlos. El conductor del bus hasta me señalo a los culpables. –Marco Torres encontró todo así, dijo, fue la administración anterior. Que yo sepa el único cambio en la administración es el del gobernador, porque el alcalde es el mismo. Será que la culpa de tamaño desastre la tiene Tarek o la gobernadora suplente? Lo único conocido verdaderamente es que el pueblo aragüeño está en manos del terrible sistema de camioneticas, caótico, irresponsable, incomodísimo, insuficiente e inseguro. Los escuálidos nos escupen en la cara: ¡pero tenemos patria! Que arrechera.
abog.paez.rosales@gmail.com