El Comercio: Actividad tramposa por excelencia

Hablaremos de la personalidad del comerciante, no de su persona ya que esta podría ser la de un buen padre de familia, adorador de sus hijos, buen amigo, etc.

La personalidad o rol que una persona asume en la sociedad es otra cosa.

Por ejemplo, los burgueses, particularmente los de mediano y alto giro económico, deben sus inmensas fortunas a negocios chimbos en lo político, en lo administrativo, en lo económico, y mientras más poder económico alcanzan más tramposas resultan sus actividades tendentes al acrecentamiento forzoso de su capital, y, es más, si no lo hacen, razonablemente su fortuna corre peligro de extinción por aquello de la permanente competencia entre sí tanto nacional como internacional.

Un hecho relevante de estas personalidades es que jamás de les ve tratando planes políticos, ni evaluando situaciones, no figuran en la prensa ni en ningún otro medio, de allí que de ellos suela afirmarse que no se retratan en grupo salvo en el de los familiares con quienes hacen vida.

Durante las ejecuciones (paredón) que practicó la revolución cubana, a los reos se les enjuiciaba con su correspondiente tribunal; de este salía la aclaratoria de que se les estaba juzgando su personalidad y no como persona. Generalmente los medios han silenciado esa relevante diferencia entre personalidad y persona.

Ajusticiar personas es criminal, pero no así cuando se trata de su personalidad.

Efectivamente, se les juzgaba por su práctica de actividades económicas morbosas de toda índole: fomento de la prostitución, casinos amañados, tráfico ilegal de licores-adulterados muchos de ellos-por algunos actos de corrupción administrativa, y sobre todo por actuaciones dañinas a la sociedad con su Control presupuestario nacional que dejaba por fuera a las mayorías de los ciudadanos en beneficio sólo de ellos y sus aliados.

El comerciante tiene una personalidad que hace de cada uno de sus actos una manera de acrecentar su capital, entre la cuales están las siguientes:

Falsea los costes de operación mediante abultamiento de sus precios de compra, es costumbre suya la evasión de impuestos municipales y nacionales, la descarada adulteración de las medidas de capacidad[1] y de peso para engañar a sus clientes[2].

Las mercancías deterioradas son mantenidas en el inventario a la espera del primer "venado" que les "pase adelante". En los restoranes, inclusive, mientras más lujosos, más tramposos: se acostumbra reciclar las sobras de los clientes y minimizar la ración de los platos, por ejemplo, hace muchas décadas desapareció del país el plato hondo que se usaba para las sopas; ahora sirven en platos ovalados llanos de manera que una mñpinimna ración abarca un grande y engañosa tamaño.

En las finanzas es donde la alta burguesía capitalista hace de las suyas: usa el billón norteamericano (1.000.000.000) para los pagos de sus deudas con los bobos países latinos y africanos; pero usa el billón de 12 ceros (1.000.000.000. 000) para el cobro de sus acreencias. El Fondo Monetario Internacional y bancos afines son expertos en estos menesteres de altas finanzas.

Otra trampa comercial usada por las grandes fábricas y empaquetadoras es la de usar esas medidas anglosajonas o medidas muy discretas que haga engorrosas sus comparaciones entre las marcas de mercancías sustitutivas.

[1] En Venezuela ha sido costumbre malsana e impune llamar litro a 900cc y a 200 cc un cuarto de litro. En el comercio internacional, por ejemplo, el petróleo es medido en diferentes barriles, unos de 158 litros y otros de 159 l. Estas medidas que son traducidas a galones son atávicas y ventajistas por el carácter leonino de este comoditiy. Todas las especies comerciales han sido uniformadas bajo el sistema métrico métrico decimal, menos el petróleo porque detrás de este energético está la más alta jerarquía burguesa intermediaria y concesionaria del rubro más comercializado. Venezuela, como uno de los principales productores y exportadores del siglo pasado fue objeto de la más asombrosa tramposería en cuanto a estas medidas, además de otras trampas como as recientemente descubiertas por la Fiscalía general, aunque estas quedaron para los medianos y nuevos comerciantes tramposos de menor rango burgués.

[2] En materia de rubros sometidos a medidas de peso, recientemente entraron al país muchos pesos portátiles con escalas de medida en libras para engañar a incautos. Lo hicieron, por lo general, inmigrantes vecinos que el gobierno ha permitido que sigan en nuestro país a pesar de sus malas y descaradas conductas. Digresión: Que Venezuela haya importado 5 MM y más de inmigrantes vecinos con una población de apenas 25 MM de habitantes es muy curioso porque eso significa que de cada 5 venezolanos tenemos 1 importado, una cifra que merece la pena cotejarla con la de otros países.

 

 



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Manuel C. Martínez


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