Las recientes declaraciones de Tareck El Aissami, como vicepresidente de la República, en las cuales afirma que tres "casas de cambio" integradas por Grupo Zoom (¿desde cuándo ésta funciona como tal?), Italcambio e Insular, serán en lo sucesivo quienes puedan recibir las remesas de los millones de venezolanos que han emigrado huyendo del madurismo, o que las personas de otras naciones en su buena voluntad cooperan con miles de familias que pasan estruendosas necesidades bajo el efecto de la hiperinflación, representan la más absoluta confesión del fracaso de este gobierno.
En efecto, ¿Cómo podría explicar El Aissami o cualquier vocero madurista que si este gobierno brinda "protección al salario" y "protección a las familias" con lo que ganan los venezolanos por su "trabajo" o reciben por los "bonos" del mal llamado "carnet de la patria", tenga que recurrir a un "convenio" para que el país reciba remesas? O sea, será que El Aissami en un momento de lucidez dice a los venezolanos que están tanto dentro como fuera del país, palabras más, palabras menos: "Sabemos que millones de familias están pasando hambre y necesidades, por eso envíen sus remesas".
Ahora bien, en tal mensaje también está implícito además del reconocimiento que los ingresos que ganan la mayoría de venezolanos en bolívares son insuficientes para vivir, no todo en el fondo pareciera que busca el bienestar de quienes podrían recibir las remesas sino todo lo contrario. Dijimos en su momento que la intervención de Banesco sólo tenía como propósito apoderarse de la mayoría de esas remesas que entraban por esa entidad bancaria¹, en virtud de su plataforma y agencias en el exterior, lo cual también se confirma cuando El Aissami afirma que han congelado billones de bolívares en cuentas dentro de esa entidad financiera².
En otras palabras, ¿Cuántos venezolanos se habrán quedado sin sus remesas, a raíz de la "congelación" de tales cuentas bancarias? ¿Qué pensará hacer ahora el gobierno con esos recursos? ¿Apropiarse de ellos? ¿O será que en la llamada "intervención" aparecerán como siempre los funcionarios corruptos que comprarán divisas en el mercado paralelo, para después que termine la "intervención", es decir en el lapso de 90 días, que seguramente serán ampliados como mínimo con otros 90 días, terminar devolviendo esos bolívares a sus dueños al final de la "intervención" sin valor alguno por efecto de la devaluación y la hiperinflación, mientras algunos de esos "funcionarios" termina enriqueciéndose de manera fraudulenta?
El otro punto que también llama la atención en cuando El Aissami dice que se encontraron 12 billones de bolívares en efectivo. Aquí surgen otras interrogantes ¿Dónde encontraron esos bolívares? ¿En varias zonas o en una sola? En ambos casos es muy sospechoso que se pueda encontrar semejante cantidad de efectivo, la cual incluso supera con creces la cantidad de dinero que pudiera tener un banco en su caja fuerte. ¿Acaso no se imagina El Aissami el número de camiones o vehículos que debieron haberse utilizado para transportar esa suma de dinero? ¿Y por qué El Aissami no menciona el nombre de funcionarios, así como de policías y militares que debieron haber estado implicados para que una cantidad gigantesca de efectivo pudiera estar en cualquier parte del país, cuando ni los bancos del Estado, otorgan más de 30 mil bolívares a cada cliente que apenas alcanzan para un pasaje? Sin duda, lo que refleja tal confesión es que el gobierno es un inútil contra las mafias del efectivo. Verbigracia, si el Banco Central de Venezuela es el responsable del circulante en el país, ¿Cómo puede explicar tal barbaridad financiera?
Lo cierto del asunto es que con esas declaraciones el madurismo reconoce que tiene como propósito dos alternativas. O quedarse aproximadamente con más de mil millones de dólares que estarían entrando al país por concepto de remesas, o en su defecto evitar la entrada de las mismas, porque al ser "cambiadas" a la tasa oficial, resultaría que unos 30 dólares que recibiría cualquier familia, apenas alcanzarían para comprar un cartón de huevos. ¿Acaso vale un cartón de huevos 30 dólares en el exterior? O lo que es lo mismo ¿Vale un dólar un huevo fuera de nuestras fronteras? Por supuesto, que al no tener equipolencia semejante comparación, estaríamos en la certeza que el gobierno lo que busca es terminar de empobrecer a las familias venezolanas que perciben esos ingresos, para como decimos en criollo, "terminar de torcerles el pescuezo", y de esta manera que sean subyugados a través del hambre para ser dominados políticamente.
Si el gobierno, lograra congelar la entrada de remesas vía entidades bancarias en Venezuela, las mismas serán desviadas por Colombia, Brasil y las islas de Aruba, Curazao y Bonaire, o en su defecto, a través del propio imperio por diversas vías electrónicas, y eso terminaría por disparar el valor del dólar paralelo sobre los ochos dígitos en el país, y con ello, la acelerada multiplicación de seis cifras en el plano destructivo de la hiperinflación anual. En otras palabras, al madurismo le saldría el tiro por la culata, con el agravamiento que la explosión social no podrá ser evitada, y la misma terminará arrasando con todo lo que encuentre a su paso, no sólo en el plano económico y social, sino con toda seguridad, también en lo político.
Un funcionario que se jacte en que el pueblo reciba remesas y además quiera controlarlas en su ingreso, pero que además no tiene control sobre el circulante que emite, es un gobierno fracasado en política económica y social. Es simplemente un gobierno que reconoce que la población muere de hambre. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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