En una nota anterior dijimos que el plan económico anunciado y puesto en marcha por el presidente Maduro es definitivamente brillante. Con el mismo gana el pueblo al recibir el "oxigeno" que le brinda un aumento significativo de su salario y con ello,de su poder adquisitivo; gana el empresario y el comerciante quienes verán aumentar sus ventas y gana el Estado al conseguir reducir las tensiones que el hambre y la falta de recursos estaban generando.
En cualquier país del mundo, esas medidas serían aplaudidas por todos los sectores de la sociedad, pero Venezuela no es cualqier país. Por ello dijimos, en esa nota ya mencionada, que el gobierno había movido sus piezas, pero había que esperar el movimiento de la masa de delincuentes hambreadores (léase empresarios y comerciantes).
Bueno, ya los malandros comenzaron a mover sus tentáculos y de qué manera. Arreciaron la compra de efectivo, aumentaron los precios descaradamente y escondieron los alimentos y otros bienes vitales para la población.
Retomaron la estrategia con la que iniciaron la guerra económica.
Pronto, si no se hace nada, veremos grandes colas de bachaqueros en los supermercados que impedirán que el ciudadano común tenga acceso a ellos.
Los bachaqueros serán de nuevo los soldados en la guerra que ese ejército de hambreadores tiene contra el pueblo. A ellos les serán entregados los productos para que los vendan a 20 y 30 veces su valor.
Como en el ajedrez, le toca nuevamente al gobierno hacer su jugada y de verdad esperamos que la tenga en cartera, pues resultaría inexplicable que a estas alturas hubiese pensado que la oligarquía criolla iba a quedarse de brazos cruzados ante su plan económico.
El gobierno debe jugar y jugar rápido o en tres meses estaremos igual o peor que antes de la puesta en marcha de las medidas económicas.
Al respecto, nos permitimos hacer la siguiente sugerencia: Es mucho el esfuerzo físico, logístico y económico que debe hacer el Estado para estar persiguiendo a especuladores y acaparadores. Además, los resultados de esas acciones han resultado pírricos.
Lo que procede para acabar con esta vaina es darles, no una cucharada, sino una taza de su propia medicina.
El gobierno estableció un salario mínimo de 1/2 petro; el cual es equivalente a 30 dolares/mes y a 1800 BsS/mes.
La respuesta fue que incrementaron el dólar negro (el cual sigue impactando los precios) en un 100%, en dos semanas.
Esta situación es un calco de lo que hemos venido padeciendo.
El gobierno debería responder anunciado que hará una revisión quincenal del salario minimo, en función de como varien los precios, impactados por ese dolar con el cual nos están atacando.
Ejemplo: el 20 de agosto el salario mínimo fue establecido en 1800 BsS porque el dólar fue calculado en 6 millones de BsF (60 BsS) pero ya al dólar le impusieron un valor de 100 BsS. Con ello, aún antes de pagar la primera quincena, ya redujeron el poder de compra en 40%.
¿por qué no imponer que el 15 de septiembre el salario se cancele tomando en cuenta está variación y sea igual a 3000 BsS.
Si esta medida se toma; de inmediato frenarán la subida del dólar, porque no tendría ningún impacto en la población que es su objetivo. Por el contrario, impactaría a los delincuentes al momento de cancelar las prestaciones sociales.
En resumen, el juego de aumentar el dólar y justificar con ello el aumento descarado de los precios sólo impactaría a quienes hasta ahora se han beneficiado económicamente, al tiempo que promueven un estallido social.
Para finalizar y como complemente hacemos la siguiente observación. Es de inocentes creer que los comerciantes, ganaderos y empresarios van a poder detener su producción por mucho tiempo.
Ellos intentarán aumentar los precios y contrabandear como medidas compensatorias.
Debe, en consecuencia, el gobierno cerrar la frontera y desatar una persecución contra los funcionarios involucrados (léase Guardia Nacional Bolivariana)
