Conductores y colectores, pero más que estos, los directivos de las líneas de autos libres y por puestos de las líneas que cubren la ruta Caracas-Litoral, parecen jugar al descontento y al caos sin saber las consecuencias que pueden generar enfrentamientos violentos entre usuarias y usuarios y los llamados trabajadores del volante al cobrar el pasaje en forma excesiva y sin autorización.
En forma permanente la agresión al bolsillo de pasajeros es permanente. Día a día amenazan con incrementar el precio del pasaje. Ya es habitual que diariamente aumenten el precio. Por ejemplo, el colector o el propio chofer le adviertan antes de abordar el vehículo que hoy cobramos 25 bolívares cuando el mismo está autorizado en 18 bolívares desde Caracas a Caribe del estado La Guaira. El precio según lo autorizado por las autoridades del Ministerio de Transporte es de 18 bolívares. Lo más insólito es que los fiscales de la Línea Malavé Villalba, que ya nombran como Malafé, nada hacen por impedir esta irregularidad.
Sin ningún tipo de razonamiento aplican la tarifa según su conveniencia, mientras que el conductor se hace el que nada sabe. La mayoría alega que son padres de familia, que deben mantener un hogar, como si usuarias y usuarios no tuvieron la misma condición de jefes de hogar y otros que son estudiantes. Creen que los que viajan en forma constante a la ciudad capital lo hacen por placer.
Esta arbitrariedad ya trajo consecuencias. Se han presentado conatos de violencia y hasta han sugerido que esa situación se acabará cuando se quemen varias unidades. Esto es sumamente peligroso y explosivo.
Sábados, domingos y feriados cobran hasta dos dólares y después de las 7:00 pm cobran hasta tres dólares.
Conductores hacen todo lo posible por generar descontento sin saber las consecuencias que pueden generar su conducta que raya en el delito al no respetar las tarifas vigentes del pasaje. A quien competa esta situación, bien sea gobernadores, alcaldes o el ministerio del ramo deben poner coto a esta situación. Pues el alza del pasaje se une al incremento constante de alimentos de primera necesidad y de medicinas.