Hace unos pocos días, en una reunión de la Comisión de Ideología en el Batallón de aspirantes a militantes de futuro PSUV planteé el asunto y saltó la liebre de manera inesperada. Algunos compatriotas participantes alegaron que la tal Señora Corrupción es un huésped indeseable que, por ahora –frase infeliz en este caso-, no podemos expulsar del futuro partido considerando que es una mal "endémico" que arrastramos desde que nos bajamos de los árboles preferimos tumbar mamones y otros frutos a pedrada limpia. O sea, que estamos jodidos de aquí hasta que llegue el Juicio Final de un Capitalismo "que no termina de morir" y un angélico Socialismo "que no termina de descender de los cielos" con su flamígera espada redentora para cortar las mil cabezas de tan terrible azote. Si comenzamos así, caballeros y caballeras, yo recomendaría humildemente que apaguemos la luz de una vez y nos vayamos muy largo al carajo.
Aquí huele a azufre. Algo está podrido y no precisamente en Dinamarca. Con el Templo de la Perdición hemos topado, mi buen Sancho. Tanto nadar para morir en la orilla. ¡Pero si no hay que ser un genio para advertir que es esa vaina la que nos está minando la Revolución! Globovisión sobrevive gracias a nuestros corruptos y a los saboteadores internos…
¡No hay que ser un Sherlock Holes para darse cuenta de que aquél camaradita
-¡tan buen cuadro él-, que conocimos cuando era un dirigente comunal en el 23 de Enero, hoy anda en un camionetón que grita a los cuatro vientos "murió aquél pelabolas"! ¡Pero si vemos que sus hijos e hijas ya no van a las escuelas bolivarianas sino al San Ignacio de Loyola o al Mater Salvatoris, para que se codeen bien y tengan "una sólida formación católica"!
- ¡No me jodas porque no soy Mister Magoo!
Claro, hay que considerar que el camaradita, -hoy en día y por ahora- es un alto o mediano funcionario que no puede andar por ahí de alpargatúo, perjudicando la imagen y majestad de su cargo -mediano y/o alto- en representación de la Revolución. Si, a veces lo formal importa, la imagen importa para tener credibilidad… Pero, andar vestido al mejor estilo del sindicalismo adeco nos trae a la memoria el manual de cómo el gatopardo cambia para que todo siga igual.
No, camarada. Como decía Neruda en uno de sus poemas: "Amor, no amamos, como quieren los ricos, la pobreza. Nosotros la arrancaremos como diente maligno que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre (respetando los géneros, quería decir "el ser humano")". Y eso es así: la miseria es enemiga tanto como la ostentación.
"Por sus actos los reconoceréis", reza la Biblia. Si ese libro se escribiera hoy, en Venezuela, diría: "Por sus AUTOS los pillaréis".
Camaradas, tenemos choros en la casa, ladrones en el grupo, rateros evidentes que sesgan la intención revolucionario y esa –por ahora- entelequia que llamamos el "Proceso". Chávez lanza una línea, y la canalla de siempre asiente: "Se acata, pero no se cumple", como en los viejos tiempos en que los Amos del Valle decretaron la independencia de España y no la del Pueblo.
Chávez ordena eliminar barreras para que los más necesitados y las cooperativas accedan a los créditos y se le aprueban en Margarita 14 millardos para que la mafia de "Los Ranchos de Chana" (golpista, oposicionista, derechista, clasista, abusiva) haga un nuevo emporio turístico exclusivo para los que puedan hacer turismo en dólares… No se puede servir a dos señores: o se sirve al pueblo o se sirve al "empresariado" depredador.
A riesgo de que me jodan –y me han jodido bastante los "revolucionarios de hace un ratico pa' acá"-, creo que al Presidente no le gusta que le digan que lo están engañando, pero la verdad no tiene miedo a nadie, y con ella ni ofendo, ni temo.
¡Sí, CAMARADA PRESIDENTE, lo engañan porque usted no es omnisciente, porque no puede estar en todas partes, porque no es el conserje de este país y hay una cuerda de hijos de mala madre que están llenándose los bolsillos con sus misiones y proyectos de verídica intención liberadora y socialista!
¡Las vigas de esta casa tienen comején, señor Presidente! ¡A los que gritamos verdades se nos tuerce el brazo y tratan de chantajearnos con la amenaza declararnos contrarrevolucionarios! ¡Hay que fumigar la vivienda, camarada Hugo Rafael!
Porque esas plagas le están meando los rosales de los sueños para que se sequen; porque esas ratas están royendo el boquete que hacen los torpedos del enemigo en el casco de la Revolución para que se acelere el naufragio; porque hacen peso para que el sistema que no termina de flotar, se hunda.
Recuerde a Miquilena, recuerde a Rosendo, recuerde a Pablo Medina, a Guaicaipuro La Mierda –perdón, Lameda-, y otros tantos de ingrata recordación para usted "a quien nadie engaña"… excepto algunos… que ya son como muchos… ¡Alguien tiene que decírselo, señor Presidente! Porque, si nos hunden el navío de la Revolución, puedo asegurarle que los únicos ahogados serán los pendejos. Los capitanes y oficiales que dicen acompañarlo tomarán los botes salvavidas, y los más pendejos de todos, los que hablamos en voz alta, tenga la seguridad que nos mantendremos en cubierta porque es preferible morir peleando a tiros que en la impotente ignominia de un stadium.
Por eso, creo que la columna vertebral de este partido que amenazamos fun dar debe enclavarse sobre la base acerada de la moral revolucionaria, de horror a la oligarquía ya a la corrupción, y del ser implacables contra los traidores a la patria y al humanismo socialista.
Créame, Señor Presidente… o usted toma medidas, o el pueblo tomará las armas y aplicará el Código de Bolívar contra la corrupción.
Para servirle a Usted y a la Patria, siempre a la orden.
¡Patria y Socialismo… o Muerte! ¡Venceremos si nos revisamos y rectificamos! ¡Viva Bolívar! ¡Y mueran los majaderos que lo traicionaron como los que hoy traicionan a la Revolución!
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