III Parte:

Ex ministros Nelson Merentes, Rodrigo Cabezas y Rafael Isea, al banquillo de los acusados sobre el asunto de las notas estructuradas

Con motivo de las noticias, declaraciones de unos y el silencio de otros sobre el tema de las notas estructuradas y la disposición del Ministerio de Finanzas que obligó a los bancos que mantienen estos títulos a venderlos, antes del 19 de agosto, conviene preguntarse ¿quién defiende los intereses de la gente que tiene su dinero en los bancos?

Todo comenzó cuando Nelson Merentes, siguiendo directrices de los ponderados genios de la economía, utilizó los recursos del Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN) para la adquisición de títulos tan riesgosos como las notas estructuradas por más de US$12.000 millones, las cuales fueron negociadas con el objeto de estabilizar el tipo de cambio paralelo…

Parte del plan de gobierno ejecutados por el ex-ministro Nelson Merente consecuencialmente el ex ministro de Finanzas, Rodrigo Cabeza, planteó que había tres o cuatro bancos que estaban en peligro, a lo que se añadió la aseveración del ex superintendente de bancos, Trino Díaz, afirmando que existía la posibilidad cierta de una crisis financiera, tal vez sin ponderar adecuadamente el alcance de lo que trató de decir.

A ello siguió la gestión de Rodrigo Cabeza que en un año continuó la política de vender esas notas a operadores cambiarios a lo largo de 2007. Luego Rafael Isea dio continuidad a la tónica de esta política financiera perversa de los dos ministros anteriores. De esta manera, el Ministerio de Finanzas se convirtió en un inmenso garito donde los tahúres de las finanzas, en complicidad con altos funcionarios, hicieron grandes fortunas ilícitamente, a costa del patrimonio público y luego el ex ministro de finanzas Rafael Isea, fue la aplicación de las Notas Estructuradas, donde aplicaron en este caso este instrumento financiero de alto riesgo para nuestra economía, que se utilizó para sacar provecho a través de una combinación de bonos de deuda pública de Argentina, Ecuador y Venezuela (papeles de deuda de estos tres países) Al tratarse de una operación internacional, el combo se denomina en dólares y es allí donde está “el negocio”. Esto AIPO se lo reclamó a Rafael Isea en reiteradas oportunidades, pero no hizo nada, me recuerda la canción ¡Porque será, porque será que cuando bailo con pepe no quiere hablar…¡, está información se le la enviamos a personas cerca del presidente de república, incluido un informe sobre la realidad del usos del FONDEN….pero. pero…..usen la imaginación, NADA PASO

En conchupancia con directivos de los bancos públicos, grupos de bancos privados decidieron emplear los títulos de deuda del gobierno de Venezuela para realizar sus propias estructuraciones de notas, (no solo fue Mezerhane el involucrado). Siguiendo el ejemplo de Merentes, Cabeza e Isea, ante la mirada cómplice de la Superintendencia de Bancos, hasta conformar un monto de más de US$6.000 millones, que actualmente son parte de los activos de los bancos. Lo más grave de todos estos títulos aparece en el balance de los bancos en bolívares pero en realidad son dólares, que deben ser liquidados con un plazo que expiración. Sigue aun lo grave, de todo este enredo financiero, y es que ya esas notas en algunos casos fueron dadas por los bancos involucrados en garantía para otras operaciones, como por ejemplo, el financiamiento de la compra de divisas cuando los proveedores externos exigieron a los importadores el pago ante la demora de Cadivi. Es decir, los activos no existen como respaldo a esas notas estructuradas. Si ello es así, se resiente el patrimonio de la banca y el soporte de los depósitos de los clientes empieza a resquebrajarse. En otras palabras, esas instituciones estarían vacías de activos para garantizarle su dinero a quienes lo depositaron en los bancos. Este sería un caso altamente probable en el evento de la venta de las notas en la fecha prevista conviene preguntarse ¿quién defiende los intereses de la gente que tiene su dinero en los bancos?

Si hay algo que no se puede negar es la “destreza” económica de “yo resuelvo” que tiene el venezolano. Y por supuesto, la figura del Ministro de Finanzas de Venezuela es el mayor ejemplo, y es así como surgen las notas estructuradas.
Pero ¿cómo se come eso? Pues se trata de un instrumento financiero que se utiliza para empaquetar una combinación de bonos de deuda pública de Argentina, Ecuador y Venezuela, los cuales fueron adquiridos por FONDEN con las reservas internacionales que le confiscaron al BCV.

Una vez que se tiene ese “combo de bonos” se conforma un nuevo título llamado nota estructurada, el cual tiene como base nada más y nada menos que los papeles de deuda de estos tres países latinoamericanos.
Al tratarse de una operación internacional, el combo se denomina en dólares y es allí donde está “el negocio”. Estas notas estructuradas no son otorgadas al venezolano común, sino a las instituciones financieras (que en este caso son seleccionadas dedocráticamente por el Ministro de Finanzas), quienes las adquieren con bolívares (de acuerdo al cambio oficial) para luego negociarlas en el mercado internacional y cambiar esas notas por dólares en efectivo.
En esta fase es cuando entramos nosotros, porque los bancos colocan esos dólares en el mercado paralelo de divisas a un precio muy superior al del dólar oficial, y nosotros se los compramos al precio del “dólar negro” (bien sea porque Cadivi me puso mil restricciones, porque quiero ahorrar en dólares, etc).

Esta ganancia cambiaria que obtienen los bancos y casas de bolsas, se reparte luego entre el gobierno que emitió las notas estructuradas (Venezuela) y las mismas entidades financieras que participaron en la transacción. ¿Por qué se hace esto? porque mientras el gobierno emita más notas estructuradas, la oferta de dólares en el mercado venezolano se incrementa y así bajan los precios del dólar paralelo. También agreguemos que es el “negoción” para el gobierno y los bancos, quienes se quedan con las ganancias, y además se pone al “pueblo feliz con la baja del precio del dólar paralelo”. ¿Qué nosotros le estamos comprando al gobierno los dólares oficiales (Cadivi) y los paralelos también? Sí, se le denomina cambio dual. ¿Qué es ilícito? Sí, en un país con control de cambio como nosotros. ¿Importa? No, entre el 2004 y 2008 se han colocado más de $10.000 millones de esas notas y otros bonos, y se reporta una ganancia para los operadores financieros de más de $1.500 millones. Y después Cadivi cita a los que se van a cambiar sus $5.000 dólares en un casino de Aruba…


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Anticorrupción Interpelación Popular Organizada (AIPO)


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