Después de tanto tiempo es factible que a Ud., por sus múltiples ocupaciones, se le haya olvidado las decisiones que tomó con respecto al funcionamiento operativo de la Guardia Nacional de Venezuela en este territorio tan importante y estratégico en cuanto a los recursos hidráulicos y de generación de energía eléctrica, de biodiversidad por las inmensas aéreas sometidas a régimen de administración especial, de recursos auríferos, diamantíferos, hierro, bauxita, la presencia de las empresas básicas y su gente, esto último lo importante , su gente.
El pueblo guayanés conoce las causas de esa decisión de desactivar la operatividad de este componente y su adhesión, desde este punto de vista a la Guarnición del Estado a través de la 5ta. División de Infantería de Selva y está consciente de que era necesario para atacar un mal que corroe no solo a Venezuela sino al mundo entero, tanto en lo público como en lo privado y por supuesto en una relación del ciudadano común o de a pie y esas estructuras, es una cadena cuyos eslabones no serán fácilmente separables.
Junto a las drogas, lícitas e ilícitas, la corrupción es el mal permanente de la humanidad y la Guardia Nacional difícilmente pudiera haber escapado en caer en esa práctica aberrante en un país en el cual los valores, mediados de los años 70 , comenzaron a resquebrajarse producto del crecimiento paulatino de la población, la influencia de elementos exógenos y endógenos y la pérdida por parte del estado de ejercer supervisión y control sobre las actividades del país en forma general.
Pero hay que entender que lo que en un momento se decidió como una acción que sirviera de ejemplo al resto de los hombres de la institución a lo largo y ancho del país, no debería de mantenerse en el tiempo y el espacio porque estaríamos sancionando moralmente a un numeroso grupo de hombres y mujeres, de familias y del propio pueblo, con un doble rasero.
Esas medidas dieron sus frutos y hasta un General es hoy objeto de un juicio, como también entendemos que muchos dejaron de ir a presencia de un juez de la república por actos deshonestos cometidos, pero démonos cuenta que eso no es la cura porque aun así se siguen sucediendo hechos día a día. Ayer, un magistrado del Tribunal Supremo, Gobernadores , Alcaldes, Generales, Fiscales, Policías y funcionarios diversos que alcanzan en los últimos tiempos a mas de 337 casos que se ventilan en las manos de la Contraloría, de la Fiscalía y de Tribunales.
Pero hoy, estimado Presidente, el pueblo necesita a su Guardia, a un funcionario controlado, supervisado, gerenciado y administrado para que sirva a la gente y hoy, esas estadísticas rojas que nos dan los medios de desinformación todos los días, nos plantean también la urgencia de activarlos y puestos en circulación para la contribución en la lucha contra la inseguridad como se ve hoy en Caracas y bajo el lema que signa el titulo de esta reflexión. Estúdielo, revíselo y actívelos porque hoy, hasta en El Palmar, municipio Padre Chien, existen más de 70 carpinterías que producen con la madera que signa la corrupción en el lugar y en El Manteco, municipio Piar, mas de 300 colombianos producen la guayaba en los alrededores de la represa del Gurí en tierras invadidas y así, imaginémonos lo que sucede con la explotación irracional de oro y diamante en las zonas protectoras de los ríos que le dan vida al Caroní.
Razones para hacerlo, hay muchas, incluso comparando el aumento del auge delictivo, de la movilización de drogas ilícitas tanto para consumo interno como para su viaje a África y Europa, islas del Caribe a través del Orinoco y del Atlántico. Incluso lea el reciente informe de la Oficina Nacional Antidrogas y observe los números que reflejan la acción de los organismos policiales y militares en este tema.
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