05/06/2016.- Sin duda que uno de los grandes males de la crisis económica de Venezuela, se originan con las nuevas modalidades de “hacer comercio” de manera ilegal de la mano de ciudadanos inescrupulosos nacionales y extranjeros, todos con el afán de hacer crecer sus cuentas en dólares “a costilla” del ciudadano común.
A estos ciudadanos se les conoce como “bachaqueros” (revendedores de productos regulados por el gobierno nacional); dichas bandas actúan casi libremente, y en Caracas se da la modalidad de llegar por grupos algunos en motos, ocupan por la fuerza los primeros puestos en "las colas" de consumidores que esperan la apertura de los comercios, y al momento mismo de que esta se efectúe por parte de los empleados, aparecen muchos más, y dejan si posibilidades de compra al resto de los agotados ciudadanos que pacíficamente se han mantenido desde la madrugada en una inmensa fila humana.
En este “nuevo orden económico” impuesto por las mafias, han extendido sus acciones con la filiación de los “raspacupos”, mafia de ciudadanos venezolanos y extranjeros algunos hasta nacionalizados que están empleando los beneficios que aporta la banca pública nacional para hacer de las suyas con la reventa de divisas, especialmente dólares viajeros (cupos de viajeros) asignados a tasa preferencial por el Sistema Nacional de Divisas.
Dicha plaga la cual la constituye una minoría, se creía en vía de extinción, pero al contrario ha retornado con nuevos bríos y se ha multiplicado para dejar una imagen negativa en el exterior, gracias a algunos ciudadanos venezolanos, los cuales por el afán de obtener cualquier cantidad de dólares son capaces de todo, desde revender productos en las calles de Aruba o Curazao, dejar vacíos con sus tarjetas de créditos los cajeros ATM en dichos territorios holandeses.
“Los raspa-cupos” (raspar la tarjeta) mientras están en el exterior evitan gastar los dólares obtenidos con tasa preferencial, para luego revenderlo en “el mercado negro” logrando importantes dividendos. Para ello son capaces de dormir en las peores condiciones con tal de evitar gastar el “dinero verde”.
Negocian con comerciantes y clientes de los países que visitan, para que les cambien los consumos por dólares en efectivo, crean mecanismos irregulares con tal de obtener un capital en dólares.
Pero “los raspa-cupos” otro síndrome de la crisis económica nacional aportado desde el extranjero para su desarrollo a nivel nacional, mantienen en zozobra a las autoridades venezolanas por su efectividad para eludir los controles establecidos para eliminarlos.
Hoy en diversos destinos del Caribe y Suramérica apetecidos por los famosos viajeros “raspa-cupos” venezolanos, como: Aruba, Colombia, Cuba, Ecuador y la ciudad de Miami (EEUU). Las autoridades se han visto en la necesidad de combatir esta plaga comercial depredadora del dólar al imponer severas sanciones tributarias y penales a los “viajeros” venezolanos.
Algunos ciudadanos que han visto los “puntos débiles de la crisis nacional”, se aprovechan de la misma para revender medicinas cubanas en Venezuela. Otros transportan productos de baja calidad para hacer transacciones comerciales ilegales según las leyes del “territorio libre de América”.