Perogrullada es la afirmación que resulta superflua o simple por encerrar una verdad evidente. Es decir, la perogrullada que un análisis sociológico debe desembocar en un cuadro de conclusiones sociológicas.
Pedro Grullo
En el hablar corriente y cotidiano del idioma castellano, se identifica a este personaje como el primer, o el más famoso, decidor de perogrulladas o tautologías retóricas, esto es, verdades redundantes o pleonásticas del tipo "ha amanecido porque es de día".
Antecedentes
El profeta Pedro Grullo, Pedrogrullo o Perogrullo, "que a la mano cerrada la llamaba puño", es un personaje paremiológico o de la literatura tradicional cuyo origen histórico es de difícil determinación. Su idiosincrasia es la de un personaje cómico, producto de la imaginación popular, pero existen hipótesis e investigaciones en las que se afirma que habría existido Pedro Grullo real.
Cuando alguien emite una expresión tan evidente o tan sabida que resulta una afirmación trivial o apodíctica, o técnicamente un truismo, suele opinarse que se dijo una perogrullada o una verdad de Perogrullo. Igualmente, cuando se pregunta ociosa o inútilmente por algo porque su respuesta se está viendo, se llama "pregunta del aragonés / que preguntas lo que ves".
En retórica la perogrullada es semejante a la tautología, la redundancia o el pleonasmo: una definición tan simple que duplica su misma denominación. Por ejemplo: "Como dijo el Guerra, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible". También puede adoptar la modalidad de una litotes o atenuación. Ejemplos perogrulladas o simplezas: "Cuando no hace frío hace calor o está agradable", o "En lo lleno no hay vacío".
• En el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) la perogrullada se define como "verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza decirla".
• En el diccionario de María Moliner, donde se le define como "dicho propio de Perogrullo", se dedica una entrada al autor de esas verdades: "Perogrullo (de "Pedro" y "Grullo"): personaje supuesto al que se atribuyen humorísticamente las sentencias o afirmaciones de contenido tan sabido y natural que es una tontería decirlas".
Francisco De Quevedo inventó el vocablo "perogrullada" y fue en su libro "Los sueños" (1622), en concreto en la Visita de los Chistes, también conocida como Sueño de la Muerte, donde interviene el gran profeta Pero Grullo: "Yo soy Pedro y no Pero Grullo, que quitándome una d en el nombre me hacéis el santo fruta", y el personaje ofrece 10 profecías, a las cuales Francisco De Quevedo denomina perogrulladas. Sirva de ejemplo esta:
Andarase con los pies,
volarase con las plumas,
serán seis dos veces tres
por muy mal que hagas las sumas.
Origen del personaje
En un ensayo acerca del origen etimológico de los apellidos castellanos, José Godoy Alcántara dice que Petro Grillo fue un personaje real que actuó como testigo en dos escrituras de 1213 y 1227 en Palencia, y añade: "Coetáneo de Pedro Mentiras, si es que se trata del que ha hecho célebre la naturalidad de las verdades".
Durante el siglo XV, particularmente en Cantabria, se citaba a Pedro Grillo. Existe un documento que data de 1460, titulado Profecía, cuyo autor usa el seudónimo de Evangelista. Se trata de un breve relato en el que se describe a un profeta ermitaño, a quien llama "Pero Grillo". Este personaje hacía gala de una especial verborrea y lanza una profecía que es una sarta de perogrulladas, entre las cuales se leen obviedades como las siguientes: El primer día de enero que vendrá será primero día del año, que todo el mundo no lo estorbará, si con el tiempo no se remedia. Este día amanecerá al alba. Vendrá una niebla tan grande y tan oscura que cubrirá el cielo, y no habrá hombre, por ciego que sea, que vea las estrellas a medio día.
Es probable que a este Pero Grillo, casi 100 años después, en 1551, Hernán Núñez De Guzmán, en sus "Refranes o proverbios en romance", le haya cambiado de nombre y, en consecuencia, convertido en el Pero Grullo mencionado.
• Algunos investigadores creen que el Pedro Grillo del siglo XV evolucionó hasta Pero Grullo en el siglo XVI. Ya en 1605, este personaje aparece en la novela "La pícara Justina", de Francisco López De Úbeda.
• Miguel De Cervantes también lo menciona en la segunda parte de "Don Quijote de La Mancha". En el capítulo LXII, Sancho Panza pregunta a la "cabeza" si volverá a ver a su mujer y a sus hijos. La "cabeza" responde: "Gobernarás en tu casa; y si vuelves a ella, verás a tu mujer y a tus hijos; y, dejando de servir, dejarás de ser escudero". A lo cual Sancho Panza añade: "Bueno, par Dios; esto yo me lo dijera: no dijera más el profeta Perogrullo".