El pasado 16 de agosto el Centro de la Diversidad Cultural arribó a 17 años de su fundación. Ese día, en 2006 cuando llegó el Decreto firmado por el Presidente Hugo Chávez, Eduardo Parra y esta servidora, periodistas trabajadores en la sede de lo que fue Fundef saltamos de alegría pues ya sabíamos del alcance de ese Decreto Presidencial que desataba nudos, y soltaba amarras para una gestión que no se quedara en el barniz sino que fuera a las profundidades culturales de Venezuela. Al presidente Chávez le interesaba mucho el tema de la Diversidad Cultural, y tan es así que esas fueron sus palabras cuando designó a esta periodista presidenta de Tves: "Vaya usted con la Diversidad Cultural por delante". Pocos entendieron el alcance de sus palabras en un país carcomido por la alienación, el oportunismo y la banalidad, tres de nuestros grandes males.
Comenzó entonces a cobrar fuerza el sentimiento de Identidad surgido de la tierra profunda y también del medio urbano. Ambos se necesitaban mutuamente para resurgir, recrear y avanzar con pertenencia.
Nunca antes habíamos tenido registrado un Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco. Ya tenemos 8, guiándonos por la vista larga del presidente Chávez y la experiencia vital del profesor Benito Irady, Investigador tan profundo como las culturas vivas de Venezuela, porque las hay, y muchas. Pasa que solo saliendo al campo y la calle podemos llegarles y beber de su riqueza y resistencia.
Ahora el CDC lanza ante Unesco la solicitud de postulación al Registro de Memoria del Mundo de América Latina y El Caribe 2023 porque cuenta en archivo con los testimonios audiovisuales de culturas vivas de América Latina y El Caribe del siglo XX, el mayor acervo regional recopilado como memoria, de estas características.
Bendiciones al CDC y a las culturas vivas con las que cuenta Venezuela.
