Para los que jugamos ajedrez sabemos el peligro que se corre cuando nuestro contrincante busca el Jaque mate; además de desarrollar una estrategia de juego para vencer, en cada jugada se debe de valorar con antelación un conjunto de movimientos que nos permitan descifrar las intenciones del enemigo y luego utilizar la línea de ataque menos riesgosa. En el plano de la geopolítica actual, países como Venezuela que están en un incipiente proceso revolucionario se enfrentan a gobiernos poco amistosos y agresivos como USA y serviles a estos como el gobierno colombiano. No hay que ser adivino para darse cuenta que estos gobiernos apuestan al fracaso del socialismo venezolano y no escatiman usar todos los medios posibles para lograr este propósito.
Desde pequeño escuchaba decir a los mayores que Colombia siempre nos había ganado en todas las negociaciones sobre límites territoriales por la sagacidad de sus diplomáticos en oposición a la torpeza de los nuestros. La última torpeza de negociación fue la que quiso hacer el presidente Luis Herrera Campins cuando estuvo de acuerdo con la hipótesis de la línea media en el golfo de Venezuela. Creo que del lado de acá siempre ha habido buena fe y mucha ingenuidad a la hora de negociar no así del lado colombiano.
El presidente Chávez con toda su buena fe ha restablecido las relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno de Santos, después de haber estado a punto de un enfrentamiento militar con el gobierno de Uribe, cosa que se le aplaude porque despejó el camino a la paz y a las relaciones armoniosas con el país hermano. No obstante los convenios que se hicieron y las promesas o pactos amistosos que nuestro presidente tuvo que comprometerse y al cual dio su palabra sincera a su homólogo colombiano estaban impregnados en el juego geopolítico de un matiz oscuro para nuestro lado. Se podría afirmar que del lado colombiano se han hecho dos jugadas que nuestro gobierno no ha sabido preverlas a tiempo (como en el ajedrez) como es el caso del narcotraficante venezolano Walid Makled quien fugándose para Colombia ( ¿Cómo se pudo fugar?) y con la ayuda de los medios de comunicación colombianos y los medios privados venezolanos y del propio gobierno colombiano habló y acusó a personeros del gobierno de complicidad en sus sucios manejos de la droga, el gobierno venezolano pide su extradición no solo por tráfico de droga sino también por homicidio y sin embargo el caso le han dado largas y en el interím los gringos lo han confesado y los medios colombianos lo han entrevistado, mientras Santos dice que cumplirá la promesa que le hizo a Chávez de extraditarlo a nuestro país.
(Aquí cabe una pregunta ¿ de donde procedía la droga que el susodicho traficaba?), lo curioso de esto es que se encadena con el otro caso reciente como es la detención en Venezuela y posterior deportación a Colombia del periodista izquierdista Pérez Becerra quien ahora es ciudadano sueco y quien se le acusa en Colombia de actividades terroristas ligadas con la FARC , lo que no se entiende es cómo llegó a Venezuela si la Interpol lo tenía en alerta roja?, y ¿porqué el gobierno bolivariano lo deportó a Colombia?. No se entiende o no se quiere entender. Del lado de la oposición si entienden las razones de Santos de tenderle celadas a Chávez y del lado revolucionario no quieren entender la jugada de Chávez. La verdad que en el juego geopolítico que está jugando Santos, estos eran movimientos pensados con antelación en la estrategia ajedrecista para el posible jaque mate a la revolución venezolana. Ya el daño está hecho y posiblemente el gobierno escogió la alternativa menos riesgosa en su juego geopolítico pero a costa de la integridad física de un ciudadano colombiano que se puede expresar libremente en Suecia pero que en Colombia constituye un delito. Cabe ahora preguntarse ¿Cuáles son las próximas movidas en el juego geopolítico de Juan M Santos? Y ¿Cuáles las movidas que hará el gobierno de Chávez para minimizar los riesgos de un Jaque Mate?
Termino como el Che “A los imperialistas ni a sus lacayos se les puede creer ni un tantito así”.
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