Una vez mas la violencia paramilitar hace su cometido en las tierra de Perijá, la furia racista y fascista de los ganaderos del Zulia cobra con la muerte del yerno de Sabino y sus familiares Alexander Fernández Fernández, su hermano José Luis Fernández Fernández y Leonel Romero el día sábado 23 de junio de 2012, quien con otros miembros de su comunidad rescataban sus tierras originarias.
Una vez más como dice el compa Roland el silencio es parte de la complicidad, el estado hecho para eso, para oprimir y dominar, cubre con silencio la nueva masacre en la sierra de Perijá, está unida a un nuevo asesinato del dirigente JIRAJARA José Rio Pichardo en el sur del lago, es allí donde día a día en el combate a diario por la construcción de nuestra esperanza es que se nos va la vida, volvemos nosotros a enterrar a los nuestros, mientras la cobardía que acecha se complace al mantener su dominio.
Desde el Ministerio de los Pueblos Indígenas, Corpozulia, carbón Zulia, hasta los cuerpos represivos del estado son responsables de la violencia contra los pueblos indígenas, no se trata solo de conspiración de la derecha, no, también se trata de los sectores reaccionarios contrarevolucionarios que tenemos dentro del gobierno y partido.
Es posible que alguien vaya preso, un paraco, es posible que los tribunales lo sentencien y así el gran circo, la gran fiesta, pero todo continuara igual los terratenientes imponiendo su ley… el ministerio indígena en silencio, carbón Zulia y Corpozulia tratando de explotar el carbón.
Sabino y su gente, esos que niegan el progreso, seguirán asechados para que abandonen aun mas sus tierra que es igual que abandonar a su familia, a sus ancestros. Sabino sigue siendo un objetivo para los terratenientes y la hacienda Los Flores un pedazo de tierra que es parte de esa historia que se escribe con rabia e indignación.
Por allí viene y se vuelve asomar el progreso, ese que no le importa el medio ambiente, ni la muerte, en fin es el progreso del saqueo, del despojo, lleno de sangre de pueblo, hoy es Perijá, pero igual es en Bolivia, Méjico, o en cualquier parte del mundo donde el DIOS progreso del capital pueda sacar ganancia.
Hoy, nos toca seguir enterrando a los nuestros, hoy seguimos llorando, coño! y que arrechera!, parece que es imposible construir vida dentro de la posibilidad pacifica de este proceso.
Que nadie reclame a la hora de la furia de nuestro pueblo, que nadie nos hable de amor y paz cuando la indignación se arme colectivamente contra quienes nos han impuesto su violencia, que nadie nos acuse de violentos cuando ellos nos han sembrado el terror, que nadie clame piedad ante la indignación de este pueblo.
Que nuestro llanto despierte la arrechera acumulada de nuestros pueblos.
No hay pueblo vencido.
Viva Perijá, viva su resistencia
Hoy más que nunca luchar hasta vencer