"Ahora recuerdo, aquella noche bajo una lluvia de bombas y balas… mi compañera y yo nos dimos un beso; tranquila mi amor, le dije, si nos matan dejaremos un bello ejemplo de dignidad; ella me dijo que también pensaba así. Entonces nos abrazamos más fuerte y nos quedamos esperando… pero la tal muerte no llegó… seguramente le tuvo miedo a tanto amor. Igual sucedió en el pueblito de Altamira de Cáceres, esa otra noche de terror del 31 de mayo de 2011: ¡El amor volvió a derrotar la reseca muerte!" Julián Conrado
La diligente oposición venezolana, diligente en conspiraciones, sabotajes petroleros, asesinatos con bombas y desestabilizaciones, se mueve rauda ante el llamado al dialogo y la reconciliación que el Presidente Chávez hiciera inmediatamente después del triunfo de las elecciones. Sin perder un segundo proponen al gobierno nacional promulgue cuanto antes una "Ley de Amnistía" que perdone crímenes y delitos de políticos y aventureros iracundos que no toleran que la riqueza petrolera se revierta sobre el pueblo venezolano.
Se trata de un "borrón y cuenta nueva" que el ejecutivo Nacional estudia con "detenimiento" (A cada perdón una nueva conspiración…..).
Paradójicamente al llamado que intelectuales, organizaciones, artistas y colectivos REVOLUCIONARIOS, dirigen al Comandante de la revolución venezolana y al gobierno bolivariano, por la libertad del camarada Julián Conrado, tropieza con un muro de silencio e indiferencia. Pareciera que este tema es "Tabú" cuando se plantea a los funcionarios del gobierno nacional.
El comandante Chávez defiende sobre todo el clima de armonía y de paz que se ha logrado en las relaciones con Colombia desde que Santos asumió la presidencia del hermano país, cuando toca el tema de la libertad de Julián Conrado.
Es indudable que las buenas relaciones entre Colombia y Venezuela deben ser prioridad de ambos gobiernos, pero, eso no significa que debemos decir "amen" a todo lo que Santos y el gobierno de la oligarquía colombiana le exijan al gobierno venezolano.
Las condiciones políticas de las relaciones bilaterales de los gobiernos de Colombia y Venezuela son otras muy distintas a cuando se "capturó" a Julián Conrado, también son otras las condiciones políticas entre el gobierno colombiano y las FARC, sentados ahora en una mesa de conversaciones de paz.
El gobierno venezolano debe, desde la moral y la ética revolucionaria hacer todo lo que esté a su alcance para lograr la libertad de un revolucionario, la libertad del cantor del pueblo colombiano. Debe, sobre todo, hacerle entender a Santos, que el clima de convivencia entre los dos países, pasa por que Colombia también acepte los compromisos morales y revolucionarios del gobierno bolivariano y que el clima de paz no implica ceder en los principios.
También el gobierno bolivariano debe entender que si se perdona a los políticos opositores delincuentes con una "Ley de Amnistía" y no se hace nada por la libertad del camarada, sino que lo entrega a la jauría oligárquica colombiana, la moral del pueblo revolucionario venezolano recibiría un hachazo brutal en el "corazón de la patria"
Porque: “ Revolucionario No Entrega Revolucionario"
¡Solo El Pueblo Salva Al pueblo!
rafaelurdanet@gmail.com