Lamentable el vil asesinato del camarada Robert Serra, una víctima más de la gran inseguridad que se vive en nuestro país. No fue víctima del hampa común, dice el ministro, pero ¿acaso es diferente la muerte ocasionada por hampa común a la ocasionada por grupos organizados? ¿acaso se muere más con una que con otra? La muerte del camarada Robert Serra debería servir para que el gobierno nacional, de una ve por todas, deje de poner pañitos tibios a este grave problema y tome medidas certeras contra la inseguridad.
Lo primero, lo principal que se debe efectuar es la depuración de los cuerpos de seguridad del estado, principalmente de las policías estadales y municipales; cuerpos donde no se tiene mayor control y donde laboran cualquier cantidad de hampones uniformados, ¿acaso es un secreto la gran corrupción que existe en las policías estadales y municipales? ¿cuantos delincuentes quedan libre con tan solo bajarse de la mula?
Luego,¿quien hace seguimiento del sistema judicial venezolano? ¿quien verifica el cumplimiento de las penas? ¿quien sanciona a los jueces que se prestan para corruptelas? Y es que mientras no haya un sistema de justicia riguroso, nadie se meterá en cintura.
Otro tema preocupante son los beneficios procesales otorgados a asesinos condenados, ¿cómo es posible eso? para muestra un botón: Ivan Simonóbis, con beneficios procesales frutos de negociaciones políticas. ¡Basta ya de impunidad!
Y a todos los diputados y miembros del gobierno ¿no les parece que los 30 años de pena son poco para la atrocidad de los crímenes que se cometen en nuestro país? Es hora de aumentar la pena a almenos 50 años, o más. Los delincuentes se ríen de los fulanos 30 años que luego, con beneficios y corruptelas terminan pagando a lo sumo 10 años, la mayoría menos.
El drama que se vive hoy por la lamentable muerte del camarada es el día a día del pueblo Venezolano, ¿hasta cuando? ¿hasta cuando? De haberse tomados medidas ejemplarizantes en contra de este flagelo, probablemente no estaríamos hoy lamentando la muerte de este camarada. Es la hora de tomar medidas radicales, es la hora presidente maduro, es la hora de reformar leyes, y de enmendar la constitución, porque, lamentablemente Venezuela se está convirtiendo, o se ha convertido en una especie de paraíso hamponil, de paraíso de la impunidad.
Y la guinda que adorna la torta. Ya basta de que las cárceles sean gobernadas por los hampones, ya basta de que allí dentro los hampones vivan como reyezuelos, ya basta.
En las manos de los que tienen el poder está el acabar con este problema de una vez por todas o de seguir dándole largas. Y repito, parte y gran parte del problema se encuentra en los cuerpos de seguridad, son miles y miles los policías estadales que no viven de su sueldo, sino que viven de negocios con los hampones, así entonces, los delincuentes quedan libres y los policías se llenan los bolsillos. Y el pueblo, sufre las consecuencias.