El momento histórico actual exige una seria definición por parte del tremendo dictador, que siendo tan dictador ha permitido, la DICTADURA de abusadores y miserias humanas, que constantemente y segundo a segundo, hostigan al pueblo venezolano causando DESASOSIEGO, con el único ánimo, de lograr sus más oscuros propósitos para deponer, este proceso revolucionario y humanístico, iniciado por el Comandante Chávez y que como reguero de pólvora, se ha irradiado no sólo a nuestro continente sino además, a casi todos los pueblos del mundo, sometidos bajo la bota cruel y asesina, del más devastador de todos los imperios sobre la tierra, como efectivamente lo es el IMPERIALISMO NORTEAMERICANO.
Tal como se van desenvolviendo los últimos acontecimientos, generados por Mercenarios de Guerra, financiados por sectores ultrosos tanto de adentro como de afuera de nuestro país y quienes para causar TERROR Y DESASOSIEGO, se han dedicado a quemar Escuelas y Hospitales Materno Infantiles colmados de niños inocentes o Centros de Diagnóstico Integral e incluso para causar más pánico aún, a quemar seres humanos, rociándolos con gasolina ante la mirada de todos.
Eso por un lado y luego para intimidar al propio estado se han dado el tupé, de quemar instituciones públicas como oficinas de la Cantv, Gran Misión Vivienda Venezuela, instalaciones como el Trolebus o sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela y lo peor del descaro y del odio visceral, lo consumaron desde un helicóptero que inexplicablemente, pudo llegar a su destino y atentó contra el Tribunal Supremo de Justicia, sin medir las consecuencias de un desastre, por cuanto, las granadas matan a seres humanos y… ¿si en ese momento sale un grupo de personas y las granadas los impactan, a esta hora habría que festejar la acción o llorar por la acción de enfermos de poder?.
Ante estas atrocidades que bien cabe llamarles CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD, se requiere de MANOS DE HIERRO y NO DE SEDA Nicolás, una cosa es ser tolerante y otra cosa muy diferente es, permitir estas aberraciones criminales y cuyo único y verdadero propósito, es el de alcanzar sus más nefastos fines, como efectivamente lo son: acabar con el proceso revolucionario iniciado por el Comandante Chávez y el cual ha sido generador de verdadero CONOCIMIENTO, además, de haberse esparcido como reguero de pólvora en todos los pueblos del mundo, sometidos bajo el látigo hostigante y pesado del IMPERIALISMO CAPITALISTA SALVAJE Y CRIMINAL.
Las Manos de Seda han permitido la impunidad en sus más variadas formas, en contraposición al pensamiento de nuestro libertador que acertadamente expresa que el PERDÓN AL DELINCUENTE ES UN CASTIGO A LA VIRTUD, con ello se puede decir con entera propiedad, que una cosa es la tolerancia y la otra cosa es permitir con tolerancia, la criminalidad de los MERCENARIOS DE LA GUERRA y cuyo único objetivo es lucrarse bajo cualquier forma, incluso con la muerte de seres humanos.
Presidente Maduro ciertamente esos sectores ultrosos y hediondos a fetidez, merecen cierta tolerancia, pero cuando ellos disfrutaron del poder, no tuvieron la más mínima tolerancia con los que compartíamos en el ámbito ideológico otras posiciones, todo lo contrario, su objetivo fue el de Disparar Primero y Averiguar Después, ejemplos sobran por todas partes, con los asesinatos cometidos por las policías secretas de Rómulo Betancourt, como efectivamente lo fueron la DIGEPOL Y EL SIFA, aún persisten los hogares donde nunca más, regresaron sus padres o regresaron sus hijos.
No se le pide intolerancia pero al menos, que estos Esbirros y Mercenarios Criminales, disfruten por un buen rato de las suntuosas instalaciones de la Penitenciaria General de San Juan de los Morros, al menos, los quemadores de seres humanos, serian objeto de un buen recibimiento por parte de la población penal.
Basta de MANOS DE SEDA y por lo menos que se permita que prevalezca el imperio de la Ley, por cuanto si no hay justicia, no habrá PAZ y con actuaciones de esta naturaleza, estaremos desconociendo el legado del Presidente Chávez de Manos de Hierro Nicolás y además, nos estaremos burlando en forma descarada de nuestro libertador Simón Bolívar cuando sostenía que… EL PERDÓN AL DELINCUENTE ES UN CASTIGO A LA VIRTUD.