En la película de Oliver Stone, “mi amigo Chávez”, Stone pregunta a los ministros del comandante sobre la causa de esa muerte tan inesperada, y todos los entrevistados aseguraban que fue asesinado, que fue envenenado. Los entrevistados fueron Rafael Ramírez, quien responde de forma enfática y el otro fue Nicolás Maduro, el cual también dice que fue asesinado, pero dejando un espacio a la duda. Eso es fácil de constatar.
Luego de la muerte de Chávez, bajo esa sospecha, le correspondía al gobierno de maduro impulsar un debate político sobre su muerte, que explicara, de cara a la masa chavista, las razones por las cuales a los enemigos de Chávez y de la revolución les resultaba conveniente su muerte, para develar el rostro de esos enemigos y el de supuestos amigos del comandante. Pero no se hizo, ¿por qué?
Había que hacer una investigación forense, como la que se hizo con tanta pertinencia con Lanz, así se descubrieran motivaciones personales o familiares distintas a las políticas, como fue el caso de Carlos Lanz, pero nunca se hizo, a pesar de la convicción de muchos de esos ministros, diputados, políticos etc., de que Chávez había sido asesinado.
La diputada María León impulsó una campaña para que se adelantara esa investigación, hasta se recogieron firmas, con mucha gritería, pero de repente se apagó y desapareció. Luego se asignó una comisión especial para que se ocupara, pero hoy no se sabe qué fue de ella. Sobre el tema solo quedamos unos pocos insistiendo sobre la importancia de investigar las causas policiales, forenses de esa muerte y sobre todo analizar las motivaciones políticas.
Se han hecho análisis, desarrollado teorías sobre los crímenes cometidos por el imperio en contra de líderes rebeldes o revolucionarios, muy bien documentados y muy bien analizados, pero nadie retomó el tema sobre el origen del agresivo cáncer que mató a Chávez y su probable asesinato. La pregunta ¿Esa reacción casi que colectiva donde todo el mudo coincidía en que la muerte de Chávez fue un asesinato fue puro parapeto frente a una masa compungida? ¡Esa es nuestra angustia personal!, que nadie sea capaz de tomar en serio, de comprometerse con sus declaraciones, que nos acostumbremos a mentir o hablar por hablar, a mostrar por delante lo que no somos, a engañar y engañarnos.
Sin embargo, en el caso de los jefes, de los dirigentes, esa conducta resulta perniciosa para la masa, y más allá, para toda la sociedad; enseñar que se puede “hablar paja” sin consecuencias, impunemente.
¿Por qué no se ha hecho? ¿Por qué no se hace?
Nosotros creemos que ahí, en esa apatía sobre ese asunto, está el origen de la merma de la calidad de vida de los trabajadores después de la muerte de Chávez.
¿Dónde está el socialismo en las políticas económicas del gobierno?
Parece una tontería, sin embargo una cosa está perfectamente conectada con la otra, descubrir las motivaciones, o las causas, de la muerte de Chávez de cara el giro abrupto de las políticas económicas de maduro demoliendo los sueldos, y deteriorando la calidad de vida de los trabajadores, estimulando la inversión capitalista gracias a sus “ausencias”. Muere Chávez y el trabajador público y privado, el obrero, el trabajador honesto, pensionados y jubilados devienen en esclavos e indigentes menesterosos; no es casual.
Se trata de prioridades. En Chávez, así le hubiera costado, la prioridad siempre fue la gente, la vida, el bienestar de los más indefensos. Chávez muere y la prioridad del gobierno de maduro fue cumplir las demandas de los empresarios, nombrar ministros empresarios, olvidar la lucha social contra el señorío burgués, capitalista, el capricho de los ricos, con la excusa del Chávez resiste luchando contracorriente en contra del capitalismo, muere, sale del juego,… y sus herederos se van con la corriente, “desarrollo de las fuerzas productivas” pero del capitalismo, para no perder ventajas personales en una “lucha social”, de forma práctica, pragmática, para no desaprovechar los privilegios del poder. Más fácil le resulta al madurismo obedecer la lógica del capital, que luchar contra ella y ponerse a favor a los más desvalidos, enfermos y hambrientos, de la vida en general; para ellos “los pobres pueden esperar”. Luego, estando en el poder, los pobres huelen mal, resultan repugnantes, ambiciosos, pícaros. Sin embargo, gracias a ellos (y a la “fortuna” de la muerte temprana del comandante), los herederos del comandante hoy tienen el poder y negocian en privado con el imperio su permanencia en él.
Chávez se gastó tratando de dar ejemplos de humanidad y dignidad con su propia vida, enseñando valores socialistas a diario, semanalmente, a una masa educada en la lógica del lucro capitalista. Mientras, sus herederos, a la misma masa la usan, y en privado la desprecian por hedionda y pobre. Así se explica el por qué nunca se investigó la muerte de Chávez hasta hoy, porque en esa investigación era obligado para todos ellos hablar, recordar a Chávez hombre, humano, el cual, para la mayoría de ellos fue un ser extraterrestre, demasiado intenso, “molesto” como jefe, que defendió sus “prioridades socialistas” hasta el final, hasta dejarlo por escrito en el plan de la patria, para seguir “molestando”, por lo cual tuvo que ser falsificado.
La muerte de Chávez facilitó ese 8 % de crecimiento económico alcanzado gracias la pauperización de la clase trabajadores, de los viejos: pensionados y jubilados, de los servicios públicos, sobre la privatización de la economía y el paisaje. ¡Esta complaciente salida hacia la derecha la llaman cínicamente “revolución socialista y chavismo”!, con todo el descaro del mundo, para que los más tontos sigan votando y esperando que emerja la felicidad, algún día, hasta el fin de sus días.
El chavismo de Chávez debe retomar el poder, retomar el camino de la revolución, truncado por la muerte de Chávez y la restauración madurista del orden económico capitalista, reactivar la lucha comenzando por restaurar la institucionalidad de nuestra constitución, investigar la muerte de Chávez, debatiendo las razones política de su asesinato, para luego corregir el rumbo; defender el socialismo de Chávez por encima del pésimo gobierno de maduro, el gobierno pro capitalista más anarquizado y caprichoso de nuestra historia y que ha servido de excusa a la derecha recalcitrante mayamera para alimentar el odio en su contra y del socialismo.
¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!