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Estados Unidos aplica una Ley vetusta de hace dos Siglos para llevar al Campo de Concentración de Bukele en el Salvador a cientos de migrantes, sin fórmula de juicio y sin habérseles demostrado ningún delito, violando descaradamente Derechos Humanos Universales.
Estamos viendo sin el menor estupor como medios, portales y Redes, promocionan el Turf del Horror, creado por los Estados Unidos y aplaudido por algunos países que sufrieron en carne propia las atrocidades del Nazismo.
Frente a la impotencia de combatir las ideas mediante la discusión y de resolver los grandes problemas que genera la migración de cientos de miles de seres humanos, que buscan mejorar sus condiciones de vida, se recurre a la represión, con diferentes rostros
Desde adiestrar perros para lanzarlos contra ciudadanos indefensos, hasta construir o habilitar espacios para nuevos Centros de Concentración, pasando por amurallar al mundo e instalar cercas electrificadas para que allí se electrocuten las esperanzas de los que buscan una mejor calidad de vida.
Pareciera que algunas personas, mal calificadas, como seres humanos, tienen sólo imaginación para crear cuanto mecanismo macabro les llega a su pervertida mente, para amargarle la vida a miles de personas que por diversas circunstancias emigran en busca de bienestar individual y familiar.
Hoy vemos, como bajo la mirada poco crítica de los llamados medios de comunicación, frente a una especie de complacencia colectiva, se reviven centros de torturas y se diseña una Especie de Turf del Horror, para llevar y albergar a miles de ciudadanos que han abandonado sus propios países en busca de nuevas alternativas de vida digna, que se les dificulta en sus países de origen.
La iniciativa para la creación y diseño del diseño de este Turf del Horror, parte precisamente de un país, que se posiciona ante mundo como la Cuna de la Libertad. Pero que ha llevado a la miseria y a los peores tratos crueles a millones de seres humanos, sólo por el color de su piel: Los Estados Unidos de América.
Ellos han tenido la repudiable iniciativa, de apoderarse de un territorio que no les pertenece (le pertenece a la República de Cuba), Guantánamo, para construir allí un Centro de Terror, donde la dignidad humana es mancillada, donde cualquier humillación se hace posible, frente a la mirada indiferente de un mundo, que hace pocos años vio con horror los Centros de Concentración de Hitler, donde se asesino a millones de seres humanos, luego de ser sometidos a carencias y torturas que erizan la piel enumerarlas.
Justifican este horror, bajo la supuesta existencia de la delincuencia, calificativo que extienden luego a sus adversarios políticos y contra cualquiera que según ellos amenace sus redes de poder.
Pero son ellos mismos, lo que han generado el factor que dicen combatir: la delincuencia. Porque la delincuencia en un fenómeno social. El que se califica de delincuente no nace por generación espontánea, es un producto de la misma sociedad descompuesta que han creado, los mismos que dicen combatir la delincuencia y el crimen. Nadie nace delincuente, el mismo entorno social, las condiciones donde se desarrolla lo produce.
Y es la misma sociedad quien determina el delito, al calificar algunas conductas de esta manera. Si Ud. elimina los Códigos Penales, el delito como tal no existiría. Pero ese debate no lo hacen los encumbrados en el poder, escogen la vía más fácil, la que no afecta sus intereses, estigmatizar ciudadanos, acorralarlos y luego, desaparecerlos.
El Turf del Horror lo podemos recorrer partiendo de cualquier punto, bien de Guantánamo, bien de El Salvador o en Auschwiz, de donde comencemos terminaremos en lo mismo.
En pleno Siglo XXI, se rémemora Auschwitz. Notas de prensa, documentales, películas, investigaciones, demuestran hasta dónde puede llegar el horror, planificado por “seres humanos”, contra otros seres humanos. Sólo caracterizaremos estos hechos, señalando, que allí fueron sacrificadas, seres humanos en cifras que todavía estarían por verificase, pero que según investigadores se eleva a millones.
Aún no salimos de este asombro, de ver las pilas de seres humanos arrumados, cuerpos cadavéricos apilados como si fueran bagazos (Auschwitz, Treblinca, Sobibor), para, que se nos informe ahora, que estos mismos centros, están siendo creados en El Salvador.
Sí, en un país de Centro América, que nos toca en la piel por la historia y el idioma. Y es precisamente un patiquín, un muñequito de torta, que dura horas maquillándose para presentarse a la prensa, quien encontró, según él, la solución al delito, rememorando y remozando Centros de Concentración que no tienen nada que envidiarles a los que Hitler y sus colaboradores diseñaron en Europa.
El señor Bukele, quien ha pateado a ese pueblo, pero como es amigo de los Estados Unidos, explotador de los negros, es considerado un licenciado en Democracia, y ahora ha instalado en ese país, para sus propios nacionales y ahora para los que Trump, elija en los Estados Unidos, los nuevos Campos de Concentración. Allí según han acordado este par de demócratas, irán a parar el cuerpo de los desdichados que sean expulsados, sin ningún tipo de defensa, convirtiendo los Derechos Humanos en Papel Toilette.
Así, de bizarro, señores, está nuestro planeta, hasta los Europeos, que vinieron a estas tierras y a otras latitudes, sin papeles e hicieron y deshicieron, ahora construyen murallas y realizan operativos con patrullaje armado contra lo que ellos llaman ilegfales que vienen en “Pateras”, para impedir que originarios, de los países que expoliaron hasta el cansancio, acudan a sus naciones a refugiarse.
El Turf del Horror está plenamente en desarrollo, esperando sólo, que este pedagógico, procedimiento tenga nuevo adeptos para complacer a sus creadores y eliminar el delito, cortándole la cabeza a cualquiera que consideren sospechoso. “De ahora en adelante, yo seré aquí la ley. Conozco bien las leyes, porque las he violado todas.”