El gobierno de los Estados Unidos, dirigido ahora por alguien que ha sido condenado por actos criminales y condonados por otros, Donald Trump, ha escogido la excusa perfecta para enviar a Campos de Concentración a cientos de venezolanos, sin presentar prueba alguna, sobre supuestos delitos cometidos.
Y a excusa perfecta ha sido calificarlos como miembros del llamado “Tren de Aragua”, organización delictiva, que prácticamente ha desaparecido en Venezuela, producto de la acción policial.
Pero ellos, han encontrado en ese nombre la excusa para adelantar procedimientos reñidos con el Derecho Internacional y los Derechos Humanos, que denigran y estigmatizan a una migración, producto de sus propias políticas contra nuestro país, donde implementa bloques y sanciones que contribuyen a que sus nacionales abandones a Venezuela y acudan a los Estados Unidos, buscando nuevas alternativa de vida.
Es decir que los estados Unidos y sus actuales gobernantes son responsables por partida doble: primero, creando un caos económico-social, bloqueando y sancionando a Venezuela lo que generó migraciones masivas; segundo, estigmatizando la migración, calificándola de problemática, para luego deportarla y violar todos sus derechos.
Mutatis mutandi, los Nazistas actuaron con ese mismo estilo, crearon para justificar la represión, lo que denominaban “El Problema Judío”, y luego para eliminar el problema, por ellos mismos definido, se propusieron “La Solución Final”.
Esto trajo como consecuencia, lo que se conoce históricamente como el “Holocausto”, que se extendió de los judíos europeos a: a diferentes personas por su origen étnico, religión, creencias políticas u orientación sexual.
Investigadores de huella criminal que es una mancha para toda la humanidad, cifran los muertos en aproximadamente 6 millones de judíos europeos.
Así está actuando el gobierno estadounidense, con saña y alevosía, engañando incluso a los que van a exportar, con presunto traslados a sus países de origen, pero luego los negocian y los envía a los Campos de Concentración de El Salvador.
Previamente han creado el “problema migratorio”, y han calificado a los migrantes, como integrantes de un fulano Tren, que sólo existe en sus mentes pervertidas, porque esa organización ya fue eliminada por actuaciones de seguridad en Venezuela.
Los han calificado incluso de terroristas, para justificar todas las arbitrariedades que están cometiendo. No lo hicieron a la sazón, con sus bandas de mafiosos, criminales despiadados , liderizados por Joe Messeía, Al Capone, Lucky Luciano, Frank Costello, Johnny Torrio, Benjamin "Bugsy" Siege y Frankie Yale , entre otros, que consolidaron en ese país poderosísimas organizaciones al servicio del crimen organizado. A estos no le aplicaron la Ley de Enemigos de los Estados Unidos, que ahora invocan contra los migrantes. Por el contrario, convivieron con ellos, los utilizaron en sus planes guerreristas y hoy son íconos de la cultura estadounidense, solo les falta su firma en el Paseo de las Estrellas, en las Vegas.
Durante 50 años impusieron el crimen organizado, asesinaron miles de personas, traficaron con drogas, prostitución y cuanto negocio sucio había y nunca fueron declarados ni terroristas ni enemigos de los Estados Unidos. Se llegó al extremo de condenar a Al Capone por evasión de impuestos y no por los cientos de crímenes cometidos. Porque a ellos lo que les importa es el dinero y no la vida.
El caso de Lucky Luciano, considerado el padre de la Mafia Estadounidense en emblemático y está documentado:
<Fue contactado por los mandos militares de Estados Unidos, para que los nativos de Sicilia, en caso de una invasión de las fuerzas armadas norteamericanas, apoyaran ese esfuerzo bélico de Estados Unidos, especialmente durante la fase anfibia de una invasión». (Primera Guerra Mundial)
De existir algunos miembros del llamado Tren de Aragua en los Estados Unidos, no son, ni nunca podrían ser como las poderosas bandas criminales que azotaron ese país en los años treinta, que llevaron incluso a pasar a la historia, un célebre Día, El Día de San Valentín, cuando fueron acribillados por la banda de Al capone otros mafiosos, por rivalidad y venganza.
Pero el gobierno estadounidense, no ahorra epítetos y calificativos contra todos los migrantes (independientemente que sean inocentes), además de calificarlos como problema, indeseables, y terroristas, los ha declarado “enemigos de los Estados Unidos, que ponen en peligro la seguridad y defensa de esa nación”.
Yo me pregunto: ¿Está tan debilitado ese país que un puñado de supuestos miembros del Tren de Aragua ponen en peligro el Corazón del mismísimo Imperio Estadounidense que está armado hasta los dientes?
Si el mundo en pleno, las organizaciones civiles, de derechos humanos, ONGs independientes, gobiernos realmente democráticos, no le sale al paso a esta arbitrariedad imperial, no quedaría duda que el próximo paso sería instalar hornos crematorios para cumplir con su propósitos de exterminio. Así lo veo yo.
“¿Cómo se llora a seis millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia?