Caracas se amuralla

  • Por el camino donde nos llevan pronto será un negocio crear un “delivery”  con helicópteros para poder recorrer la ciudad y verla desde las alturas porque a pie será una carrera de obstáculos.

 

En forma crítica me he referido en otras reflexiones a la conducta de países europeos, que han acudido a las murallas  para impedir que migrantes de países que ellos han explotado ingresen a su territorio, cuando ellos como países imperiales, entraron a las naciones de esos migrantes sin presentar papeles y armados hasta los dientes.

Pero ahora, me doy cuenta, que en nuestro país, concretamente en la ciudad de Caracas, parece que está afectando la epidemia de amurallamiento.

Cualquier turista o curioso que vaya al Centro de Caracas, en la adyacencias de la Plaza Bolívar, puede ver, Alrededor del Congreso Nacional, La Ceiba Bicentenaria, la Esquina de Carmelitas hasta Miraflores e incluso hacia la Plaza Venezuela donde se encuentra el SEBIN (aquí las pueden poner a cualquier hora y cualquier día), murallas móviles, Alambradas, abalizamientos y frente a lo que era el Correo de Carmelitas, donde ahora se realizan apostillamientos de documentos, se puede leer  un  cartel anaranjado con letras en negro donde dice “ZONA DE SEGURIDAD”.

Lo menos que podría pensar el turista es que ha entrado en un país en guerra y desde ese momento, si  es que no se va, tomará precauciones para no mezclarse en una plomamentazón.

La Sede del Congreso de la República y el Palacio de las Academias hasta Capitolio, nos muestra la misma imagen de un país en guerra con obstáculos por todos lados que impulsan a los transeúntes a dar rodeos para poder llegar a los sitios de destino.

Pobre imagen le da a Caracas, este amurallamiento, al cual no le veo ninguna explicación.

Soy de las primeras víctimas de este amurallamiento. En época de la IV República, visitaba con regularidad el Congreso, Palacio de las Academias, El Archivo Histórico, de la Biblioteca Nacional, que era su vecina,  y de la Propia Sede del Congreso Nacional, donde acudía a buscar fuentes, para mis trabajos de investigación y copias de leyes y reglamentos, de necesaria lectura en mis trabajos profesionales.  Ahora, verdaderamente da grima, acercarse a esos lugares porque lo menos que piensa uno, es que en algún momento allí, va a ver una plomamentazón.

El Congreso, Miraflores, El Palacio de las Academias,  y las mismas Iglesias que están en esa zona, La Casa del Vínculo, La Casa Amarilla, La Estatua de  Benito Pérez Galdo,  El Antiguo Cine Junín, La Plaza Bolívar, La Calle Billo Frómeta, La venta de Empanadas que está al frente del Estacionamiento de la Casa Amarilla,  La Esquina Caliente, La Casa de los Espaguetis , y otras de interés que están allí, me pregunto ¿Son “ZONAS DE SEGURIDAD”? 

Estuve de visita, en el propio Kremlin, en Moscú, donde llevé unos cuadros que donó mi amigo el pintor Monaguense, Efraín Villarroel  y hasta me saludaron los guardias, ni me pidieron papeles ni vi murallas, ni alambrados y me condujeron a una oficina donde pude dejar las obras de arte donadas por el dilecto amigo.

Pensaran los sesudos estrategas de seguridad del gobierno revolucionario, que con unas alambradas, murallas móviles, carteles, o cuando aparataje puedan poner, van a evitar que haya un atentado contra el presidente  o  contra los congresistas.

Si se trata de un temor a los Estados Unidos, hay que decir que  estos  cuando  toman una decisión (matar o secuestrar presidentes u otros líderes), no los para ninguna alambrada o muralla móvil, ya los hemos visto actuar cuando asesinan a sus propios presidentes, líderes de otras naciones y los propios u otros victimas,  como Gadafi, Manuel Antonio Noriega, y el presidente de Irak, Sadam Huseín.  Sencillamente, lo idean, lo planifican y lo hacen.

El Centro de Caracas, es vital para la imagen de Venezuela. Allí no solo queda el corazón financiero de instituciones públicas y privadas sino que existen sitios históricos-culturales que deben promoverse para que los venezolanos y los turistas que vienen puedan apreciarlos y conocerlos. La misma arquitectura presente en muchas de sus edificaciones es digna de ser apreciada.  Tenerlos  bloqueados, amurallados como si estuviéramos en un estado de guerra permanente no es precisamente la buena imagen que debemos proyectar  ni a nuestros ciudadanos ni al mundo.

Lo más grave, de esta situación, es que,  cuando comenté lo que había visto en el Centro de Caracas, a unos amigos del interior del país, me dijeron, que en algunas ciudades de Venezuela, esto se estaba reproduciendo, es decir que se estaban formando alcabalas móviles, y colocando obstáculos frente a estaciones policiales, cuarteles, algunas oficinas del  estado, es decir barricadas  que impedían la movilidad de transeúntes y vehículos por razones de seguridad. 

Si por esa vía vamos, Venezuela, será pronto una especie Barricada Colectiva y se construirán murallas a granel de acuerdo al criterio irracional de líderes políticos “psicosiados” por la seguridad en desmedro de la libertad de movimiento de los ciudadanos como lo contempla la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

 


Esta nota ha sido leída aproximadamente 640 veces.



Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

Visite el perfil de Jesús Sotillo Bolívar para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Por los Derechos Humanos contra la Impunidad