Rocío San Miguel está secuestrada y torturada por el pranato madurista, antichavista, ahora sabemos de su necesidad de atención médica. Su padecimiento califica fielmente el carácter de este gobierno, no deja lugar para la duda: Están agotados, su fracaso es legendario, su desespero los envilece, han perdido cualquier mesura, no tienen límite en su barbarismo que va aumentando cada hora.
Distantes de Rocío ideológicamente, pero unidos a la defensa de sus derechos humanos, guiados por el sentimiento de Humanidad que debe caracterizar a los revolucionarios, y también por un alerta de “poner en remojo la barda cuando veas la de tu vecino arder”.
Recordamos aquel poema:
Primero vinieron...
—Martin Niemöller
Primero vinieron por los comunistas,
y no dije nada
porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los socialistas,
y no dije nada
porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y no dije nada
porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y no dije nada
porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedaba nadie
para hablar por mí.
Es así, los Revolucionarios debemos ser ante todo, siempre, humanistas, defensores de lo humano y del humano. Un precedente de violación de los derechos humanos, de cualquiera que sea, lesiona la causa revolucionaria, debe ser condenado. La Revolución o es profundamente humana, rigurosamente humana o se pierde desde adentro, comida por sus propios hijos alimentados en el alma con el antihumanismo no condenado.
Allí están los presos políticos, los que están afuera no deben esperar que vengan por ellos, debemos decir. Es necesario entender que esto es una dictadura del pranato, y se debe enfrentar en todos los terrenos.
Este gobierno, que nació de la traición, perdió las bases fundamentales de la Revolución Chavista: el humanismo, la propiedad social, la organización social, el internacionalismo, el “con todos por el bien de todos”. Ese extravío del camino se ejemplifica en el tratamiento a los disidentes, a los presos políticos, a los adversarios. La mentira es su arma predilecta, acusan hasta a las iguanas, sus argumentos no superan las naderías propias de las reyertas en un barrio o en un condominio, atacan a las personas, chismes baratos, y cero estudios de los intereses en pugna.
El gobierno, el Estado está destartalado, nada, nadie cumple sus funciones. La Fiscalía se preocupa por el maltrato a un gatico, a una guacamaya, lo que está muy bien, pero ignora el maltrato a miles de seres humanos presos sin juicio, torturados de varias maneras, no se ocupa de los fusilamientos morales que ocurren cada día, ve para otro lado frente a la liquidación del Salario. No investiga la privatización de la educación, de la medicina, la desnutrición de la población… la traición a Chávez.
La asamblea perdió su majestad, allí no hay discusión, de allí sólo salen gemidos y genuflexiones, los diputados de oposición no pelean en la calle. El sistema de justicia, por decir lo menos no es creíble.
La pelea por la libertad de los presos políticos, de todos, por el regreso de los perseguidos exiliados, debe unirse a la tarea más profunda de la salida del pranato madurista, y de la vuelta al camino de Chávez, al Socialismo.
¡CHÁVEZ, HUMANISMO SOCIALISTA!