Analisis de la Cumbre de Cancilleres de la OEA en el caso Ecuador vs Colombia

Los resultados de la OEA son altamente satisfactorios para los países que respetan el Derecho Internacional Publico, eso es innegable. Aunque quizá habrían sido mucho mejores si los miembros de la OEA se hubieran pronunciado firmemente a favor de sanciones contra Colombia, por su violación de la soberanía territorial ecuatoriana.

Porque es que el manejo colombiano del tema requería de parte de los Estados de este continente una reacción mucho mas firme y contundente, pues la acción colombiana contra la soberanía territorial ecuatoriana podría plantear, en el futuro, serios desafíos a la seguridad regional de la zona andina y no debe generarse un expediente blandengue.

Se supone que las negociaciones entre Cancilleres fueron fuertes y difíciles, habida cuenta de lo mucho que tardaron en anunciar la resolución. Ecuador tuvo que haber flexibilizado su posición y Colombia tuvo que haber reconocido su incorrecto proceder. Por ejemplo, Ecuador tuvo que haber renunciado al uso del termino "condena". En tal sentido, el propio gobierno ecuatoriano ha señalado que la OEA nunca ha usado la palabra "condena"' en una resolución y que, incluir tal termino, hubiera significado "poner a Colombia en una posición peor". Es así como Ecuador logra obtener una resolución favorable, mas por el fondo, que por la forma del lenguaje expresado.

Lo cierto es que, en ningún caso puede señalarse, con sensatez, que la acción colombiana de irrespeto a la soberanía territorial ecuatoriana fue "una travesura". Fue un exceso inexcusable y una violación a las normas del Derecho Internacional Publico Interamericano, específicamente los artículos 19 y 21 de la Carta de la OEA.

De hecho, Colombia y su aliado, los EEUU, pretendieron hacer pasar por "aceptable"'esta acción, justificando el derecho de los Estados de protegerse del terrorismo, aun cuando con ello deba pasarse por encima del derecho, bien establecido y reconocido, de la soberanía territorial.

Así, la legítima lucha contra el terrorismo se convierte en una patente de corso para un Estado para interpretar el Derecho Internacional como le plazca, violar soberanías, llamar terrorista a cualquiera, e incluso, ejercer el Terrorismo de Estado, tan reprobable como cualquier acción terrorista.

El triunfo de la tesis estadounidense/colombiana hubiera significado poner el Derecho Internacional Publico Interamericano totalmente patas arriba, de modo que un Estado, digamos Colombia, pudiera autoarrojarse el supuesto Derecho a pasar por encima de la Soberanía Territorial de otro Estado para mantener la seguridad interna en su país, lo que implicaría la israelización de la zona andina, sumando esa accion que se pretendía legitimar en la OEA a la aceptación de la tesis militarista que pretende la alqaedización de las FARC.

El debate se anticipaba difícil: de hecho, llegaron a un acuerdo sobre la resolución pasada la medianoche. Pero bueno, había que llegar a un acuerdo satisfactorio para la mayoría, respecto a la resolución.

Al menos se rechazó la acción colombiana en Ecuador (hubiera preferido una condena), Colombia se comprometió a no repetir la acción, y, lo más importante, se resaltó el respeto a los compromisos asumidos por los países latinoamericanos en la XX Cumbre de Río, en Santo Domingo, con lo cual el Gobierno de los EEUU quedó haciendo cuic-cuic.

La Cumbre de Cancilleres de la OEA y la resultante resolución sobre el caso Ecuador vs Colombia es, a pesar de que mayor contundencia y firmeza por parte del Organismo Interamericano hubiera sido mucho mejor, un innegable avance en las relaciones interamericanas, ya menos sumisas al Imperio que en los últimos 60 años. Aunque es de suponer que ayer, los EEUU hicieron grandes presiones y chantajes, no lograron su objetivo, que era, sin duda alguna, legitimar la doctrina Bush en América.

Que tal era su objetivo se evidencia en la propia naturaleza de la reserva hecha por la diplomacia norteamericana en la Cumbre de Cancilleres, en el articulo 4, ya que, según los EEUU "Colombia tiene derecho a la legitima defensa". Como se ve, una interpretación sui generis del Derecho de los Estados a la Legitima Defensa, interpretación colombiana hecha a la medida de los intereses del complejo militar industrial estadounidense y de los halcones del Pentágono, belicista y contraria al espíritu del articulo 51 de la Carta de la ONU.

Esperemos que en algún momento del futuro, los Gobiernos latinoamericanos vean la necesidad de aprobar la creación de un organismo en el que se traten los asuntos estrictamente latinoamericanos, como lo planteo el Presidente Rafael Correa. Las pruebas de la eficiencia de un organismo así las vemos en la propia dinámica que tomo la XX Cumbre de Río, cuyos resultados permitieron superar prontamente, y casi milagrosamente, las tensiones diplomáticas entre Ecuador, Colombia, Nicaragua y Venezuela, muy presumiblemente porque no existió el obstáculo de los intereses estadounidenses para alcanzar la Paz en la región.

yurlenron@hotmail.com


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